Sobre los ataques de las fuerzas aéreas estadounidenses e israelíes en Siria
Siria sigue siendo uno de los epicentros de los acontecimientos: la aviación rusa golpea a las formaciones pro-turcas, y los turcos golpean a los kurdos en el norte del país. Y el otro día los israelíes y los estadounidenses llevaron a cabo una operación puntual.
En la noche del 7 al 8 de noviembre, cuatro cazas F-16I de la Fuerza Aérea israelí desde la base aérea Ramon lanzaron ocho misiles teledirigidos desde el espacio aéreo libanés contra objetivos en el suroeste de Siria. Dos vehículos aéreos no tripulados Heron-1 de la base aérea de Palmahim que operaban sobre los Altos del Golán sirvieron de guía.
En esta incursión hay que prestar atención a los objetivos seleccionados: de los ocho misiles, sólo uno fue derribado por la defensa antiaérea de las Fuerzas Armadas sirias. Cuatro alcanzaron estaciones de interferencia electrónica en las provincias de Damasco y Al-Suwaida, uno destruyó una antena del radar GYL-1 y otros dos impactaron en un edificio de grupos proiraníes cerca de Damasco.
A pesar de la actividad en la Franja de Gaza, los israelíes siguen atacando territorios sirios. Y el énfasis no sólo está en derrotar a las fuerzas iraníes cerca de sus fronteras, sino también en destruir las capacidades de combate de defensa aérea de las Fuerzas Armadas de la SAR, como lo demuestra la destrucción del EW de las Fuerzas Armadas sirias y los activos de defensa aérea.
Y los estadounidenses enviaron un par de F-15 y F-16 cada uno desde la base aérea de As-Salti, en Jordania, al paso fronterizo de al-Bu Kemal en la noche del 8 al 9, donde atacaron depósitos de proxy iraníes en el este de Deir ez-Zor y en los alrededores de al-Mayadeen.
Los ataques se llevaron a cabo en respuesta a los ataques de grupos chiíes contra bases estadounidenses cercanas a los yacimientos petrolíferos de Al-Omar y Conico. Como resultado, murieron al menos nueve miembros de las fuerzas aliadas de Irán. Dos Ripers de la misma base realizaban labores de vigilancia.
Como en ocasiones anteriores, los ataques contra las posiciones de los grupos proiraníes no deben verse como un paso hacia una mayor escalada. En la fase actual, se puede hablar de una especie de paridad, en la que unos y otros mantienen el grado adecuado de tensión mediante ataques mutuos.