El Ministerio de Transición Energética francés responsable del proyecto de gasoducto pirenaico que reclaman los Gobiernos de España y Alemania zanja que es muy costoso y "no es una respuesta a la actual crisis". Pese a que el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, concedió el pasado martes que el Gobierno examinaría la propuesta, en el Departamento competente que es el que dirige Agnès Pannier-Runacher concluyen que "no es apropiado" afrontar ahora esa obra, pero que hay otras vías de ayudar a Berlín.
Así lo asegura a EL MUNDO una fuente de toda solvencia próxima al Ministerio galo de Transición Energética y que reafirma la posición inicial del Departamento sobre el llamado gasoducto Midcat a través de los Pirineos.
"El aumento de la capacidad de interconexión entre España y Alemania a través de Francia exigiría un refuerzo sustancial de la red francesa, que en cualquier caso llevaría varios años y costaría varios miles de millones de euros. Por tanto, no es una respuesta a la actual crisis energética", zanja.
Y lanza un argumento similar al que defendía hasta hace unos meses la propia vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, y es el de incoherencia con la estrategia de ir abandonando el gas. "La construcción de una infraestructura permanente a tan largo plazo, en un momento en el que queremos acelerar el abandono de los combustibles fósiles y especialmente del gas natural, de acuerdo con la estrategia europea, no es apropiada".
Las críticas de Ribera a la falta de solidaridad francesa con Alemania en una entrevista en este diario el pasado lunes no son compartidas en absoluto en París. "Las autoridades francesas garantizan plenamente y sin reservas la solidaridad energética que está en el centro del proyecto europeo. Desde el comienzo de la crisis energética, las interconexiones con Bélgica, por un lado, y con Suiza e Italia, por otro, que abastecen indirectamente a toda Europa del Este, incluida Alemania, han sido utilizadas en su totalidad en dirección a las exportaciones: en agosto, estaban saturadas al 87% y al 97%, respectivamente".
También asegura esta fuente que "la interconexión suiza está saturada en más de un 80% desde finales de marzo".
Para reforzar esa solidaridad "los operadores del sistema están trabajando para abrir un flujo adicional de 100GWh/d a Alemania directamente en Obergailbach este otoño". Da estos datos para defender que "por lo tanto, el flujo entre España y Francia no es en absoluto un factor limitante. Esto ya se observó hace dos años, cuando se decidió abandonar el Midcat, al concluir que este proyecto no era útil para la diversificación de los suministros europeos".
Y subraya que la conexión existente actualmente entre Francia y España, de baja capacidad, sólo ha sido utilizada en agosto en un 60% y "en el sentido de las exportaciones de Francia a España".
Sánchez defendió en Alemania el pasado lunes que sí que es necesario el gasoducto para poder explotar la capacidad de regasificación de España, que es un tercio del total de la UE, para poder trasladar esa fuente de energía a Alemania. Scholz apoyó el proyecto en rueda de prensa conjunta. Ribera asegura que, si hay voluntad política, el llamado MidCat podría estar operativo ya en el próximo invierno, pero en el Gobierno francés lo niegan.
Sánchez apela también a que el gasoducto permitiría trasladar hidrógeno en el futuro, pero tampoco convence en París. "La construcción de infraestructuras de transporte de hidrógeno es una cuestión europea a largo plazo que no tiene nada que ver con nuestra seguridad de suministro para los próximos dos inviernos".
Ya el pasado viernes, en declaraciones en Argel, el presidente francés Emmanuel Macron ninguneó la propuesta española al no mencionar el gasoducto entre las próximas actuaciones francesas.
