Hay que dejar de pensar en términos del mantenimiento del precio/cotización de los distintos activos, y pensar en términos de cuales de ellos sobrevivirán al colapso monetario.
Porque el colapso se va a producir de una forma o de otra.
Ya sea porque el proceso de expansión se resuelva con los bancos centrales capitulando ante el desplome de los activos y terminen aplicando una política monetaria más restrictiva (deflación) o porque incrementen el estímulo y la expansión en cada crisis de insolvencia que la política monetaria ultraexpansiva está produciendo (inflación o hiperinflación).
En el primer caso, los precios de todos los activos que han sido burbujeados directa (bolsa, bonos) o indirectamente (inmobiliaria) por las políticas de los bancos centrales, implosionarán. El crash sonará hasta en los confines del sistema solar, y el dinero huirá desde esos activos hacia activos duros como el oro.
Quien sea capaz de mantener en su cartera oro, plata y BTC, estará protegido en el caso de que cambien las directrices de la política monetaria actual.
Si, por el contrario, se da el segundo caso y los bancos centrales mantienen la política de estímulos a amiguetes, bancos y gobiernos, para sostener el tinglado corrupto y el saqueo al ahorrador, como es evidente que esta expansión no puede seguir indefinidamente, la expansión se trasladará en algún momento de forma poderosa a la inflación de activos, precios de bienes, servicios y salarios. La inflación terminará llegando a todos los rincones de la sociedad, y el dinero huirá desde esos activos en burbuja hacia activos duros que por supuesto incrementarán su valor con respecto a los primeros.
Quien sea capaz de mantener en su cartera oro, plata y BTC, estará protegido en el caso de que se mantengan las directrices de la política monetaria actual.