La verdad es que flipo bastante... sé que es pronto para mirar...lo hago casi inconscientemente (zona Madrid - Moncloa Aravaca) y es verdad que resido en un piso recién reformado (en Diciembre de 2019 acabo la reforma.... me vino Dios a ver antes del el bichito) por lo cual a la hora de mirar y comparar soy más tiquismiquis... pero es que veo pisos de 300K (e incluso más) que me tocaria reformar SI o SI con azulejos año polca, baño con tuberias de hace 30 años, ventanas antiguas... y claro lo mas graciosos "para entrar a vivir"... los narices. La verdad es que la oferta del mercado inmobiliario es indecente.
Para mí 300K es vivienda nueva o con antigüedad de menos de 5 años... sin necesidad de reforma o minima y al menos 80m2.
Creo que hay una distorsion notoria en el mercado para que pasen este tipo de casos...¿que opinaís?
Jaja Sisi toda la razón...
Lo peor es cuando por las fotos solo no eres capaz de distinguir y visitas.
Hace 3 años o así, cuando compré,me tocó uno de una inmobiliaria que conforme vino ya me estaba poniendo de mala leche. Con un maletín de ejecutivo y hablando por un pinganillo de esos manos libres como el mismísimo lobo de wall street. Ni se digno a terminar la llamada para presentarse e ir a ver el piso. Dentro del piso, también con el vendedor, el corbata verde seguía a dos bandas, con sus llamadas y "enseñándome" el piso. Piso que no cumplía casi nada de lo que yo le había especificado como MINIMOS al de la inmo.
El vendedor si era claro y amable y me enseñaba lo que necesitaba reforma. El corbata decía que "un lavado de cara" y perfecto.
En una de esas ya dije al de la inmo que si de verdad él pensaba que esa cocina estaba para entrar tal y como me había asegurado esa tarde, y si eso era "luminoso orientación sur", cuando en realidad era un segundo orientación noroeste (cómo mientes en algo tan objetivo como la orientacion)
Le dije muy clarito que era un pedazo de inútil y que no hiciera perder el tiempo así a la gente, agradecí la visita al vendedor (muy simpático), y me fui.
Ya estaba de mal humor ese día y el impresentable fue la gota que colmó el vaso. Todavía recuerdo lo agusto que me quedé...