En cierta ocasión, con un solazo que derretía las piedras, y una ventolera que te hacía tragar polvo, caminaba yo por un puente sobre una carretera,
es difícil imaginar un entorno menos natural, en medio de un bosque, ni el sol ni el polvo hubieran sido un problema,
pero en medio de aquél puente de cemento, sobre una carretera con coches tirando humo y haciendo ruido, estaba tan lejos como es posible estarlo de un entorno natural.
Y entonces, sin venir a cuento, cansado y agobiado como estaba, sentí que todo estaba bien, que todo era como debía ser, me sentí en paz.
fue una revelación, y no se hubiera dado en otro lugar.