Si, seguro que funcionará, todos sabemos de toda la vida que las revoluciones se hacen con palabras bonitas y muchas flores.
Las revoluciones de colores apoyadas desde el extranjero por intereses ajenos a los de la propia nación no cuentan como revoluciones, más bien son cambios de gobierno forzados para dar paso a grandes cambios sociales que siempre suelen ir en perjuicio de los propios ciudadanos.
Ya sea el derrocamiento de Gadafi en Libia, la guerra de Irak para derrocar a Saddam o el Euromaidán en Ucrania.