Vlad_Empalador
Será en Octubre
Hola, Pau. En la redacción hemos debatido bastante sobre este tema. Se trata de un caso que ocurrió hace un año y que hasta ahora no se conocía –en gran medida porque afecta a menores y la justicia intentó proteger la identidad de la víctima para evitar un daño aún mayor–. Lamentablemente, las violaciones en grupo no son un suceso puntual que ocurra cada mucho tiempo. Hay decenas cada año en España –54 solo el año pasado–, y no informamos de cada uno de estos casos, sino del problema general.Pau Castilla González: "Primero de todo decir que me gusta mucho eldiario.es y que soy un orgulloso socio. Envío este mensaje porque leo otros diarios con los que no coincido ideológicamente y me hacen reflexionar. Hoy he leído la noticia sobre la violación múltiple que sufrió una niña en Azuqueca y no puedo evitar compararlo con el caso de la manada de San Fermín. Creo que es evidente que el caso de la manada de Azuqueca ha tenido menos repercusión. Sin querer hacer de esto un ensayo, ¿cuál es el motivo de que por ejemplo en eldiario.es no haya (o no he podido encontrar) una noticia sobre la manada de Azuqueca? ¿Somos cautivos de no querer dar alas a las ideas xenófobas que recorren Europa al no dar notoriedad a las faltas que realizan los pagapensiones?"
He trasladado tu pregunta a Ana Requena, la redactora jefa de Género. Me explica esto:
Desde que saliera a la luz el caso de 'la manada', especialmente desde el juicio y la posterior sentencia, la violencia sensual está mucho más presente mediáticamente. Conocemos más casos, tanto de agresiones sensuales individuales como grupales. Eso nos obliga a hacernos algunas preguntas: ¿tenemos que publicar todos los casos que conocemos?, ¿por qué se conocen y publican unos casos y otros no?, ¿la mejor cobertura de la violencia sensual es la que se dedica a publicar sin filtro todos los casos que conocemos? No tenemos respuestas concluyentes para todas las preguntas, pero sí algunas orientaciones. Por ejemplo, que no tenemos capacidad de investigar o aportar información propia a cada caso que sale a la luz. Que la cobertura de la violencia sensual debe tratar de no revictimizar a las víctimas mediante relatos que, lejos de aportar contexto, solo incluyen detalles más morbosos que informativos.
En el caso de Azuqueca, la víctima es una menor de doce años, y la mayoría de agresores también lo son. Consideramos que esa circunstancia implica necesariamente una mayor protección. Volviendo al caso de 'la manada', la atención del caso supuso una presión enorme para la denunciante y su entorno. En la agresión de Azuqueca, estamos hablando, insisto, de una niña de doce años. ¿Ayuda ese caso a comprender la violencia sensual de una manera novedosa?, ¿sabemos algo que no supiéramos sobre la violencia sensual después de conocer este caso? Creo que la respuesta a las dos preguntas es no. Seguimos pensando y debatiendo sobre cuál es la mejor forma de llevar a cabo estas coberturas. Durante 2018 lanzamos una serie llamada 'Rompiendo el silencio' para contar historias sobre acoso y violencia sensual. Queríamos sacar a la luz historias que sirvieran, no solo para contar casos concretos, sino para contextualizar y explicar las diferentes formas y consecuencias que tiene la violencia sensual. Hablamos, por ejemplo, de las violaciones dentro de las parejas, del periplo que muchas mujeres sufren al ir a denunciar, de las agresiones por parte de familiares, de hombres con los que tienes una cita, o de las consecuencias psicológicas o sensuales de una violación.
Lo que define a la violencia sensual no es el origen de víctimas o agresores, es el machismo y las relaciones de poder, y eso es algo que no deberíamos olvidar cuando los que tratan de desplazar el foco usan casos como el de Azuqueca para reforzar sus programas electorales.