Me ha llamado poderosamente la atención sus alusiones a la figura del todopoderoso. No sé si tanto por encontrar un nexo común con sus oyentes y la creencia con mayor peso en la sociedad de aquél entonces, o en una creencia propia:
Es cierto que era antibolchevique, y un bolchevique jamás aludiría a tal figura en ninguno de sus discursos (quizás un motivo más para sí incluirlo en los suyos...)
O quizás, sabedor del destino que iba a acontecer a Alemania en apenas unos meses, en ese contexto lo consideró lo más apropiado. De hecho, en comparación con
un discurso de apenas un año antes (antes del desembarco de Normandía) sus alusiones se limitan a una sóla vez (pero de tener reparos, quizás ni lo incluiría). Curioso.