El Rey, sus amigos y la justicia en España

currobena

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En "El Confidencial", escrito por Jesús Cacho:

El Rey Juan Carlos, Manuel Prado y Colón de Carvajal y el juez Enrique Bacigalupo

@Jesús Cacho - 27/09/2007

La historia es conocida, aunque merece ser recordada, siquiera a grandes rasgos, para que tanta ignominia no caiga en el olvido. Tuvo su origen en la invasión de Kuwait por Sadam Husein, lo que motivó la intervención norteamericana y británica para expulsar a los invasores y volver a instalar a la familia Al Sabah al frente del emirato. Solo al final de la guerra se supo que, además de los pozos de petróleo, habían ardido algo así como 55.000 millones de pesetas de la época que la Kuwait Investment Office (KIO) mantenía en las cuentas de su filial española, el Grupo Torras. Resulta que una buena parte de aquella cantidad se utilizó para el pago de favores políticos realizados en pro de la liberación del emirato, en concreto para permitir que los aviones de la USAF pudieran utilizar las bases españolas para repostar en sus periplos al Medio Oriente. Al menos esa es la excusa que los sinvergüenzas de turno pusieron para sacarle los dineros a KIO.

La nueva rama de los Al Sabah que tras la retirada iraquí se instaló en el emirato pronto se dio cuenta del timo y procedió a querellarse en Londres y Madrid contra el presidente de KIO, Fahad Mohamed Al Sabah, miembro de la familia reinante, que ovejas negras hay en todas partes, contra su primer ejecutivo, Fouad Khaled Jaffar, y contra el presidente de Torras en España, Javier de la Rosa, quien, en declaración jurada ante la Corte de Londres reconoció en su día haber entregado a Manuel Prado y Colón de Carvajal hasta 160 millones de dólares, de los que el propio manco ha reconocido en sede judicial haber recibido 100 millones –en dos entregas de 80 y 20- de nada, algo así como 15.000 millones de pesetas de la época, recepción que justificó como “el pago de dictámenes y trabajos de asesoría por él realizados para De la Rosa”.

Testigo del episodio en las alturas fue Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa del Rey, a quien un día el Monarca pidió que acudiera al piso que De la Rosa solía utilizar durante sus estancias en Madrid, un hermoso penthouse en el 47 del Paseo de la Castellana, para que transmitiera al catalán el siguiente escueto mensaje:

-Vas a ir a ver a Javier de la Rosa a este número del Paseo de la Castellana y le vas a decir que, de parte del Rey, todo está arreglado y que muchas gracias.

-Pero bueno –quiso saber Sabino, despistado- ¿no hay que decir de qué se trata?

-No, nada. Tú limítate a transmitirle lo que te he dicho.

Y dicho y hecho. Fernández Campo cumplió su misión, certificando que el dinero había llegado a su destino. La gente más enterada de entre el madrileñeo nuestro de cada día se las prometía felices maquinando cómo se las iban a ingeniar los Tribunales para hacer como que juzgaban sin que saliera a relucir la figura que bajo ningún concepto tenía que salir por ser tema tabú. ¡Ingenuos!

Tras años de dilaciones, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por el magistrado Gómez Bermúdez, condenó el 23 de junio de 2006 a Javier de la Rosa a cinco años y dos meses de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental en las operaciones Pincinco (300 millones de dólares que volaron durante la Guerra del Golfo, incluidos 80 de los 100 pagados a Prado) y Oakthorn (préstamo de 105 millones). Por los mismos delitos fue también condenado a tres años y ocho meses el abogado de Torras, Juan José Folchi; a un año y seis meses el ex consejero delegado, Jorge Núñez, y a otro año por apropiación indebida Manuel Prado y Colón de Carvajal, nacido en Quito y con residencia en Suiza, ex diplomático e intendente real, cargo que tradicionalmente designa a la persona encargada de manejar los dineros privados del Rey, en este caso Juan Carlos I.

Los juicios celebrados a cuenta de las distintas piezas que componían el caso KIO se han convertido en una gran farsa, representación de esa escopeta nacional que ha supuesto la obligación legal de condenar al dante y la necesidad real de dejar que el tomante se vaya de rositas. En otras palabras: cinco años y dos meses a De la Rosa por regalar 80 millones de dólares de dinero ajeno, y solo un año para Manolo Prado por embolsarse sin la menor explicación ese mismo dinero ajeno. Justicia a la española.

Todos los condenados plantearon recurso de casación ante el Tribunal Supremo, cuya Sala de lo Penal (ponente Luis-Román Puerta) dio a conocer su fallo el pasado viernes, 21 de septiembre, fallo que, como todas las cosas trascendentes que ocurren en la España anestesiada, ha pasado de puntillas ante la opinión pública. Básicamente el tribunal ha ampliado la sentencia para Javier de la Rosa a siete años de prisión, leña al mono que es de goma, que ya se sabe que el único corrupto que ha existido en la Historia de España se llama Javier y se apellida De la Rosa, elevando igualmente la condena de Jorge Núñez a cinco años de guandoca, mientras que confirma las de Folchi, y el añito al diplomático Prado y Colón de Carvajal.

Entre los cinco magistrados de la Sala figura el ínclito Enrique Bacigalupo, juez de procedencia argentina que ha dado a la Justicia española tardes de gloria tan sonadas como la condena de Javier Gómez de Liaño, caso Sogecable (es decir, Jesús Polanco), por una supuesta prevaricación que, en ausencia de pruebas, él, experto psicólogo como tantos argentinos, fue capaz de detectar infiltrándose hábilmente en el cerebro del denunciado. Siempre arrimado al árbol del PSOE y con concomitancias más que evidentes con el grupo de prensa que acabó con la carrera de Liaño, su presencia en el tribunal resultó decisiva para que tan injusta condena se hiciera carne. Y ahí sigue, firme en el Supremo, siempre dispuesto para los trabajos especiales, sin que el CGPJ haya tenido a bien considerar su escasa adecuación para pertenecer a tan alto Tribunal.

Pues bien, ocurre que el gran Bacigalupo se ha aparecido de nuevo en carne mortal para rescatar del oprobio a Manolo Prado con esta sentencia (200 folios). Porque resulta que el tribunal, que ha desechado la práctica totalidad de los motivos de casación alegados por el resto de condenados, ha tenido a bien estimar dos de los tres presentados por Prado (vulneración del principio de presunción de inocencia, y del derecho a la tutela judicial efectiva y a un proceso con todas las garantías...!), rechazando el tercero que reclamaba la prescripción. Y ahí ha surgido el audaz Bacigalupo, formulando un voto particular según el cual “el Magistrado que suscribe discrepa del fallo de la sentencia de la mayoría, por entender que debió ser estimado el motivo tercero del recurso de Don Manuel Prado y Colón de Carvajal y, consecuentemente, declarar la prescripción de la acción penal de acuerdo con los arts...”

Don Enrique, en suma, quería y quiere a don Manuel en la calle, limpio de polvo y paja, que aquí no ha pasado nada. En la calle y a disfrutar de los 100 millones birlados al jovenlandés Muza, o de las migajas que hayan ido a parar a su orilla. Prado, por cierto, era la persona a la que el ex presidente Felipe González se refería cuando, frente a Sabino Fernández Campo, advertía: “¡Y dile a Manolo que se conforme con el 2%, porque cobrar el 20% es una barbaridad...! Aludía Felipe a las supuestas comisiones del petróleo importado por España de algún país árabe. Estas son las cosas que deberían preocupar seriamente a la institución monárquica y a sus defensores, algunos tan novedosos como escandalosamente interesados, más que la quema callejera de cuatro retratos por parte de cuatro patanes maleducados.
Como decía Mel Brooks en "La loca historia del mundo": es bueno ser rey...:rolleyes::rolleyes::rolleyes:
 

Mouguias

Madmaxista
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Ya lo han recomendado otras veces en el foro, pero helo aqui de todas maneras:
"Un Rey Golpe a Golpe", la biografia no autorizada. La historia del libro es un escandalo en si misma: exito editorial sin la menor publicidad, silenciado por la prensa española, nunca ha sido reeditado pero se sigue difundiendo de manera clandestina.
Otro articulo que me acabo de encontrar sobre el tema:

Por: FERNANDO VALLEJO

El 12 de octubre del 2004 el periódico Romania Libera de Bucarest informó de la cacería en la región rumana de Covasna, al pie de los Cárpatos, en que Juan Carlos Borbón, alias Su Majestad don Juan Carlos I de Borbón y Borbón (con el "de" y la "y" que se suelen poner estos zánganos en sus nombres para significar que nacieron de la vagina de oro), mató a escopetazos a nueve osos, una osa gestante y un lobo y dejó malheridos de bala a varios otros animales que medio centenar de ojeadores le iban poniendo a su alcance de suerte que los pudiera abatir alevosamente. Varios miembros de la policía secreta rumana disfrazados de campesinos e infiltrados entre los ojeadores protegían de los osos y de cuanto peligro se pudiera presentar al señorito.

La cacería o masacre tuvo lugar del viernes 8 de octubre al domingo 10 y la organizó la empresa Abies Hunting, experta en estas bellaquerías. El rey había llegado al aeropuerto Otopeni de Bucarest en su jet privado, y escoltado por diez patrullas de la policía y varios vehículos de acompañamiento protocolario se había trasladado a las cabañas que tenía en la región para sus cacerías Ceaucescu. Los lugareños de Covasna le depararon a Su Majestad un cálido recibimiento folklórico vestidos con trajes típicos y lo agasajaron con palinca, un aguardiente de ciruela que no sé si le gustó o no al borrachín.

Porque han de saber que este señorito viejo además de cazador es mujeriego, buen vividor, borrachín y corrupto. Lo de mujeriego, buen vividor y borrachín es cosa suya y de su familia, que se lo tendrán que aguantar. Lo de corrupto es cosa de España, que lo alcahuetea. Y lo de cazador es cosa mía y la que me mueve a escribir este artículo para denunciar al bellaco.

Dada la absoluta insensibilidad de la mayoría de los seres humanos ante el sufrimiento de los animales, pero dada también la indignación general que causan en todos lados la venalidad y los peculados de los funcionarios públicos, voy a mencionar de pasada a algunos de los amigos íntimos del rey, con quienes ha tenido negocios (ya no más porque están en la guandoca) y quienes, tramados en la más embrollada red de complicidades y llenándose de paso sus bolsillos de millones, han hinchado las arcas reales con los sobornos que han sacado de aquí y allá con su consentimiento y usando su nombre hasta el punto de convertirlo, del pobretón que era cuando llegó a la Corona en 1975, en uno de los hombres más ricos del mundo: en el 2003 la revista Forbes le atribuía una fortuna de 1.790 millones de euros. He aquí unos cuantos de sus amigos delincuentes:

Javier de la Rosa y Manuel Prado y Colón de Carvajal (otro con la "y" y el "de", nacido de la chimba de oro), condenados en diciembre del 2002 por la Audiencia Nacional de España el primero a cinco años y medio de prisión y el segundo a dos por los delitos de apropiación indebida y falsificación de documentos (75 millones de euros le transfirió De la Rosa a Prado para que éste se los repartiera con el rey).

Mario Conde, "el banquero de la monarquía", que se embolsó 8.000 millones de pesetas, y que fue condenado por el Tribunal Supremo por los delitos de estafa, apropiación indebida y falsificación de documentos a 20 años de guandoca que viene purgando desde diciembre de 1994. Este Conde sin condado, un "financiero" (hampón), es el del famoso caso del banco Banesto, que presidió de 1987 a 1993 y donde el rey tenía dos cuentas, la 8317-172 y la 148963-172, vinculadas con operaciones en la Asturiana de Zinc, Sindibank y el propio Banesto.

Alberto Alcocer y su primo Alberto Cortina, "los Albertos", del Banco Zaragozano y asiduos del Palacio de la Zarzuela, a quienes en marzo del 2003 el Tribunal Supremo condenó a tres años y cuatro meses de prisión por los delitos de estafa y falsificación de documento mercantil en la venta de la sociedad Urbanor, propietaria de los terrenos donde se construyeron las torres KIO de los kuwaitíes (de cuyos fondos en 1992 De la Rosa transfirió 12 millones de euros a una cuenta personal en Suiza del "administrador privado del Rey", el mencionado Manuel Prado y Colón de Carvajal). Los Albertos pidieron el indulto al Gobierno, que lo denegó, tras de lo cual recurrieron la sentencia del Tribunal Supremo ante el Constitucional, recibiendo el apoyo del rey. Obligados por la condena del Tribunal Supremo a renunciar a sus cargos en el Banco Zaragozano y a vender la participación del 40 por ciento que tenían en la empresa Barclays, se embolsaron en esta última operación 453 millones de euros. En los montes de Toledo tienen una finca de 2.000 hectáreas, Las Cuevas, donde para venderles una flota de carros de combate y cañones a los saudíes los invitaban a cazar en el mejor estilo del franquismo, cuyos jerarcas solían cerrar sus negociados y tramar sus corruptelas en el curso de las cacerías, a las que tan aficionado era el Caudillo. Impuesto por éste, Juan Carlos Borbón, el cazador, no surge pues de la nada por generación espontánea: brota de lo más corrupto e inmoral de España. Es la herencia infame que les ha dejado Franco a los españoles después de haber arrasado con su cultura.

Tres hijos oficiales y reales tiene Juan Carlos: dos infantas y un principito, casados todos y en pleno delirio reproductor. El principito anda ya por los cuarenta y se ha convertido en un principote alto y largo como una cañabrava que mandan a las tomas de posesión de cuanto presidentucho de América no alcanza a merecer rey (como Uribe) para que se destaque entre los invitados y los aborígenes por su gran altura moral. Lee bien los discursos que le escriben, a diferencia de su papá que será muy bueno para la escopeta y la rapacería pero que nos ha resultado a los de la raza hispánica bastante torpe de lengua así lo pongan a presidir los congresos de Academias de la susodicha, como el que viene a inaugurar en Medellín, la ciudad de las orquídeas en el país de los doctores (donde se le dice "doctor" a cualquier hijueputa).

Señor alcalde de Medellín: ahora que vaya el rey a mi ciudad y lo suba en su Metrocable para mostrarle desde arriba la bella villa toda despedorrada abajo por las obras de su Metroplús, muy respetuosamente le recuerdo que se debe dirigir a él como "Majestad", que es como le dijo Uribe en la última cumbre en que se vieron en el Cono Sur: "Majestad -le dijo con su vocesita, sumiso, el bajito mirando hacia arriba-, cómprenos nuestros productos pero no la coca, que nos hace mucho mal". ¡Pendejo! ¡Qué va a saber el Rey de España qué es la coca! Habrá pensado que son las Coca Colas que producimos en Colombia y no el polvito blanco que tan felices hace a muchos y que fabricamos con gran ingenio artesanal en nuestras cocinas repartidas por todo el territorio nacional como Tirofijo.

En fin, lo que el periódico rumano sacó a la luz no fue más que la punta del iceberg: la testa coronada estaba yendo a Rumania a cazar furtivamente desde hacía décadas, desde los tiempos de su compinche Ceaucescu, el tirano sanguinario de Rumania, que lo invitaba. Y a propósito de genocidas y tiranos, sabemos de una carta del 4 de julio de 1977 en que nuestro Borbón, recién encaramado al trono y en plena pobreza, le extiende la mano al sha de Persia: "Me tomo la libertad, con todo respeto, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder 10 millones de dólares como tu contribución personal para el fortalecimiento de la monarquía española". "Con todo respeto", como piden los mendigos de Bogotá. Y a la monarquía saudí le pidió un crédito de 100 millones de dólares, que la empresa kuwaití KIO le entregó a Manuel Prado y Colón de Carvajal a cambio de que durante la Tormenta del Desierto la aviación estadounidense pudiera disponer a su antojo de las bases españolas de Rota y Torrejón. Y hasta el sol de hoy. Nunca pagó.

Otros amigos y cómplices del Borbón son el georgiano Zourab Tchokotua, procesado en Mallorca en 1978 y 1992 por estafas inmobiliarias; el dueño de la FIAT Giovanni Agnelli implicado en casos de corrupción en Italia; y Marc Rich, calificado como "el delincuente más inescrupuloso de la era moderna", prófugo de la justicia norteamericana que lo perseguía por 65 delitos, enriquecido por sus suculentos negocios con la mafia rusa, Milosevic y la empresa Hallyburton de Dick Cheney y nacionalizado español.

"El rey de todos los españoles" no tiene que rendir cuentas de sus acciones, no se le pueden fincar responsabilidades, goza de inmunidad penal ante cualquier delito y está protegido por la Consitución, que lo considera inviolable. Y como si esto fuera poco, el artículo 490 del Código Penal español amenaza: "El que calumniare o injuriare al rey será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la multa de seis a doce meses si no lo son". Y así han llevado al banquillo entre varios, acusados de injurias al rey, a Jesús Zulets por una caricatura en la revista El Cocodrilo y a Javier Madrazo por decir "ya que le pagamos policías, yates, viajes a esquiar y a montar a caballo, no habría estado de más que por una vez abandonase sus ocupaciones y compartiese con la sociedad su preocupación por la guerra de Iraq".

Sin embargo cuando José María Ruiz Mateos, prófugo de la justicia española, acusó desde Londres al rey de haber aceptado "miles de millones" no sólo de su propio bolsillo sino del de diversos empresarios y el Fiscal General del Estado lo iba a procesar por el delito de injurias, lo que habría podido convertirse en un sumario contra el impúdico monarca quedó reducido a nada, le dieron carpetazo al asunto. De la secta tartufa y cazadora de herencias del Opus Dei, este Ruiz Mateos fue el artífice de Rumasa, un holding de infinidad de empresas que le expropiaron. La Audiencia Provincial de Madrid lo ha condenado recientemente a tres años de guandoca por los delitos de alzamiento de bienes y de insolvencia punible en la venta de la agencia de viajes Mundo Joven, pecata minuta frente a la inconmensurable magnitud de sus fraudes. Éstos son pues los que le untan la mano al monarca y los que lo han situado en un buen puesto en el ranking de la revista Forbes.
En fin, espero que la policia de pensamiento no me rastree la IP
 

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