Es un claro delito de odio, pues sentirse insultada por un nombre masculino que puede escoger una mujer recién hecha a sus treinta años, debería ser considerado delito de odio por considerar insulto el nombre, aunque el heteropatriarcado lo considere masculino, que se puede poner una mujer con todo su derecho (como la famosa presentadora Jose Toledo). Por lo tanto, la portavoz trans de Madrid debería ser acusada de delito de odio y transfobia al considerar "insulto" un nombre que puede utilizar una mujer que se acaba de registrar como tal.