KUTRONIO
Será en Octubre
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No. No es posible aburrirse un sólo día con la política española. No puede pasar un sólo día sin que se produzca una gran conmoción institucional. Lo que cabe preguntarse es si con tanto golpe en la cabeza la democracia española acabará en la lona o deambulando por el futuro como un boxeador sonado. A lo mejor en cambio, seamos optimistas, el sanchismo es la oportunidad que merece la democracia española para una amplia regeneración. ¿Pero qué es ahora mismo lo que tiene en la cabeza Pedro Sánchez para amenazar con que el lunes dimitirá o no dimitirá?
En realidad lo mismo que ha anunciado Pedro Sánchez lo podía anunciar cualquiera. Que el lunes dimitirá o no dimitirá lo puede decir cualquiera. El lunes dejaré de fumar o no dejaré de fumar. Me pondré a dieta o no me pondré. Pedro Sánchez anuncia nada de un modo espectacular.
Desde luego todos nos vamos a pasar casi 5 días hablando de Pedro Sánchez sin parar, de lo que vaya o no vaya a hacer, de por qué lo hace, de las consecuencias de lo que haga o no haga… Si Pedro Sánchez ha hecho su anuncio por vanidad y porque un vanidoso quiere que todo se centre en él y que sólo se hable de él entonces va a pasar cinco días recociéndose en su propia satisfacción, centrado en el torrente de mensajes de apoyo generados por las fuentes políticas y mediáticas de su lado del muro, halagado por una marea de peloteo y devoción incondicional. Pero también puede ser que las cosas no vayan tan bien.
¿Puede ser que Sánchez esté pensando realmente en dimitir? ¿Por qué no lo ha hecho ya y demora la decisión hasta el lunes? Esto segundo podría ser lo del niño que tapa el chorro de la fuente con el dedo para que el agua salga el lunes más fuerte, para provocar un efecto amplificador. Respecto a lo primero, tampoco resulta totalmente impensable que realmente Sánchez tuviera algún motivo para dimitir. Si nos creemos lo que él mismo dice, podría ser que su esposa estuviera psicológicamente afectada por todo lo que se está publicando sobre ella o por la apertura contra ella de una causa judicial. Puede que Sánchez tenga la piel de adamantium pero su esposa no. Y puede que Sánchez pudiera dimitir para intentar rebajar la presión sobre su mujer. Para que después los socialistas nos digan que no existe el amor romántico. Eso sí, mejor hubiera protegido a su mujer antes, no dejándola actuar como una atípica conseguidora de fondos del gobierno, y no ahora tratando de evadir las consecuencias de esta anormalidad.
También podría ser, pensando menos románticamente, que Sánchez y su mujer son conscientes de todo lo que puede ir saliendo sobre las cartas de recomendación y manejos de su mujer, que lo temen y que dan por hecho que su situación política y judicial se va a volver insostenible y que la salida más digna es marcharse ahora del poder. No sabemos todo lo que puede haber debajo de las alfombras de Moncloa o en los móviles hackeados del entorno presidencial, pero lo que sabemos ya resulta bastante besugo. Es decir, que la mujer del presidente del gobierno sea una conseguidora de fondos del gobierno es besugo. Puede que además sea ilegal, pero en cualquier caso es inaceptable y besugo. Por supuesto todo lo ilegal es inaceptable, pero no todo lo legal es aceptable. Que el hermano del presidente del gobierno tenga un millón y medio de euros en acciones del BBVA tampoco parece del todo normal. Hay como poco en el entorno personal de Sánchez mucho que explicar.
A la pregunta de qué pretende Sánchez con su anuncio, nos puede servir de respuesta ver qué es lo que está pasando como consecuencia del anuncio, sobre todo en su ámbito ideológico. A este respecto lo que observamos es una salida en tromba mostrando no sólo el apoyo incondicional y devoto al presidente, sino exigiendo medidas contundentes contra los jueces, contra la oposición y contra los medios de comunicación que osan publicar información que perjudica al gobierno. Si Sánchez pretendiera generar un ambiente que legitimara acciones extraordinarias para rebajar aún más el nivel de la democracia, para blindar al gobierno más allá de todo control, o para perseguir a la oposición, el ambiente que está generando ahora mismo la izquierda es lo que tendría que provocar. Victimizarse antes de atacar.
Decíamos que la posibilidad de que Sánchez dimita el lunes es real si a lo mejor se sabe culpable de acciones que pueden salir a la luz pública y que resulten gravemente comprometedoras. Cabe preguntarse sin embargo si algo en este sentido empujaría a Sánchez a dejar el poder o aferrarse más fuerte que nunca a él. O sea, para defenderse y blindarse ante ciertas acusaciones, más aún si son ciertas, mejor quizá mantener el control de todo el enorme aparataje de poder estatal.
No resulta por tanto descabellado pensar que o el lunes Sánchez deja el poder o le da un golpe a la democracia para perpetuarse en él. Lo que parece claro es que algo extraordinario tiene que pasar el lunes. Es decir, sería un tanto patético tomar una acción extraordinaria, como lo es anunciar una posible dimisión en diferido dejando paralizado y conmocionado varios días al país, que no tuviera después consecuencias extraordinarias. Naturalmente tampoco podemos excluir, tras todo el revuelo levantado, que Pedro Sánchez haga el lunes algo patético como no hacer nada. El 99% de la política actual es a menudo humo.
La pregunta final, si necesitamos una carta de recomendación para pedir urgentemente dinero al gobierno, es si en este momento y dadas las circunstancias nos la puede escribir todavía la mujer del presidente del gobierno o no. Hasta el lunes, ¿estamos a tiempo aún? Que alguien nos responda o nos ingrese 4 millones de euros, por favor.
