Existe una curiosa película, lejos de los ciclos comentados que prácticamente se realizó por cabezoneria de Jane Mansfield. Durante aquel 1960, plagado de peplums y viajes a la antigüedad, la estrella y sex symbol norteamericana era pareja del culturista Mickey Hargitay de breve escarceo cinematográfico. Y fue "Los amores de Hércules" (Carlo Ludovico Bragaglia, 1960)
Primero Mansfield, ya con carácter de estrella convenció a 20th Century Fox para trabajar durante unas supuestas vacaciones de 1960 en Italia para esta producción europea. Aún estando al principio de su tercer embarazo. Recibió un salario de 75.000 dólares y se limitó a pasear su porte y belleza en contraposición con su musculado marido.
En el film Hércules ha de vengar la muerte de su mujer, pero el causante ha muerto, enamorándose seguidamente de su hija, la reina actual. Enfrentándose a conspiraciones, las Amazonas, la Hidra y hasta un Cíclope, el nuevo amor vencerá a todas las vicisitudes que recuerdan, como siempre, lejanamente a las leyendas, y que vuelve a recrear el peplum fantástico en todo su apogeo.
Poco más,en un film que además de lo anecdótico y completista del ciclo Heráclida en el cine, no tiene mucho que aportar.