Están educando a generaciones enteras a no tolerar nada la frustración. Cuando se habla de cosas reales, quieren cambiar de tema, te tachan de pesimista o agorero. Quieren creer que todo va a ir bien, porque tienen inculcados valores individuales, el yo por encima de todo, un ego desmesurado, el tanto tienes tanto vales, la constancia y el trabajo te llevan al éxito, pero ya no se tolera ni ser segundo. Si comparamos los resultados de las diferentes generaciones salidas de la Ley General de Educación de 1970, de Villar Palasí, un calco del modelo educativo francés, con las que salen de los siguientes sistemas educativos, que si la LOGSE, la LOE o la LOMCE, las diferencias son muy claras. Están creando seres narcisistas, que no toleran la frustración, inanimados, dóciles e individuales, reniegan del conocimiento porque ese ya está en Wikipedia y mientras el mundo no se lo impida, piensan comérselo porque así los han educado.
En cuanto a pensionistas y funcionarios, es algo que procede del paternalismo de finales del franquismo y que se ha asentado. Mientras el
sector privado se ha neoliberalizado a marchas forzadas, creando miedos, inseguridades, pocas oportunidades, lo que llaman flexibilidad, competitivdad, buscar la productividad, desarrollar tu capital humano, desaprender para volver a aprender o adaptación y movilidad en tus cualidades curriculares, el individuo puede triunfar y alardeará de su éxito porque así les motivó Steve Jobs en su discurso en la Universidad de Stanford, pero también tendrá que lidiar con sus fracasos (algo que ninguno contempla porque son mejores que el resto, buscarán la felicidad como Will Smith), el
sector público sigue aún bajo el paraguas del Estado y los protege, tanto al individuo como sus condiciones materiales de vida.
Y aunque en lo peor de la crisis los pensionistas solo vieron congeladas las pensiones, así como los funcionario también vieron reducido su sueldo, les quitaron una extra y luego vieron congelada su asignación, la gran realidad es que ninguno sufrió una bajada brusca de su capacidad adquisitva, ni perdió el empleo ni tampoco la estabilidad, y con un pais devaluado de arriba a abajo, excepto en las grandes ciudades donde el aumento del coste de la vida les perjudica si no tenían una vivienda en propiedad, no es que sean los ganadores, sino que se han quedado absolutamente igual, tanto que son los únicos que en mayor o menor medida no han vivido la crisis con sus efectos secundarios, que han provocado depresiones, inseguridades, miedos y carencias. Eso sí, en un país mas pobre, nadie está a salvo de no caer en las redes de la pobreza. Es cierto que hay pensionistas que tienen una pensión ridícula y sí que deberían revalorizarse para garantizar una mínima calidad de vida; muchas veces esos pensionistas han trabajado mucho más que los que tienen pensiones dosmileuristas, pero ese no es el debate.
El escenario se ha complicado por cómo se ha dirigido la protesta, y en gran parte los culpables son los posmodernos populistas de Podemos que han creado la tormenta perfecta desuniendo a trabajadores, jóvenes y pensionistas y gremializando dichas protestas, se dirigió solo en su vertiente más corporativista, los de educación un día, los de sanidad otro, los pensionistas otro, las feministas otro, los lgtbi otro, los estudiantes otro, al final, poco a poco, se han ido separando todos los "qué hay de lo mío" por sectores ajenos a la realidad de los otros, y eso ha provocado la irracionalidad de las medidas electorales, donde los grupos más compactados son los que más exigen, más condicionan elecciones y por eso Sánchez prometerá las subidas necesarias para salir reelegido.
Finalmente, la realidad es que las cuentas no salen. La productividad del trabajo (que no de los trabajadores) está haciendo que el factor trabajo sea cada vez menos necesario, y en un pais desindustrializado como España se nota más, y aunque puede prometer y les promete que subirá pensiones y sueldos públicos a sus votantes más concienciados, el dicho de "prometer hasta meter, y una vez metido nada de lo prometido" hará valer su significante. Si durante la última década se hubiera usado la hucha de las pensiones para trazar una transición de viabilidad del sistema de pensiones (la demografía, la productividad, el desempleo estructural, los asalariados pobres, todo eso pedían prioridad a la sostenibilidad de las pensiones, no la revalorización), se hubieran usado los fondos de Draghi para adaptar la economía nacional a los nuevos tiempos, intentando integrar a todos los que se han dejado tirados, reformado la educación, con una legislación laboral que pudisera ser flexible pero que no troceara el trabajo, olvidarse del ladrillo y fomentar la movilidad provincial, reformar el sistema nacional de búsqueda de empleo y diseñar un modelo que avanzara al pleno empleo en sectores económicos que van a ser punteros, se cambiaran las universidades por centros de Formación Profesional (que nadie olvide que ha sido Podemos el que ha institucionalizado la necesidad de tener una carrera con matriculas de honor que no sirven absolutamente para nada), pues seguramente no tendríamos legiones de ninis desorientados sin saber qué hacer ni reconocer dónde están, ni tampoco tendríamos legiones de desempleados desmoralizados con manuales de oposiciones perdiendo la poca salud que les queda con legislaciones que detestan memorizar, ni tendríamos una generación de graduados universitarios que creen que se van a comer el mundo porque se lo merecen, que les preocupa el planeta y la igualdad de género y aún no son minimamente consciente de lo que les espera, todo bañado en discursos positivistas, porqueyolovalguistas, optimistas y dramáticamente egocéntricos e individualistas, ni una función pública egoista que ha adoptado valores de clase media y desprecia todo lo que está por debajo de ellos, ni unos pensionistas que niegan la realidad, porque solo ven en el horizonte lo que ellos tienen garantizado por ley, quieren revalorizar sus pensiones via presupuestos pero ni se molestan en pedir trabajo para los jóvenes ni bajar las viviendas que les arriendan, porque antes que bajar el precio del alquiler, prenden fuego al piso.
Mi opinión ante lo que se nos avecina es que a los trabajadores del sector privado, en la proxima crisis, les van a poder exprimir bien poco. Porque una gran parte de esos trabajadores tiene bajos ahorros o directamente no tienen, no poseen propiedades, atraviesan problemas para llegar a fin de mes, y a la mínima que tosa la economía, muchos caerán en la pobreza, y no habrá 15M que les calmen, así que tirarán o bien por la protesta generalizada o por la reacción. Es por eso que durante la última década se debió reforzar todo esto, para evitar tensiones que serán inevitables. Y el Estado, que lo sabe muy bien, conoce que con una crisis, donde hay margen, es en la función pública, en las pensiones y en los pequeños propietarios (viviendas, locales, ahorros, pequeño comercio local) donde va a tener capacidad de recorte. La televisión los señalará y el público pedirá que actúe. Han dividido tanto a la sociedad que vamos a tirarnos los trastos entre nosotros, incluso dentro de nuestro propio entorno. Porque al convertirnos en meros individuos los ganadores han disfrutado lo ganado, los perdedores se han frustrado porque han perdido, se han responsabilizado los éxitos y los fracasos, y eso es un cóctel perfecto para una crisis social.
La realidad lo pinta todo muy oscuro. Vienen tiempos duros, y si a eso le sumamos la división ideológica, la división entre generaciones, entre función pública y sector privado, entre trabajadores y desempleados, entre los que tienen vivienda y los que no, entre pensionistas pobres y pensionistas dosmileuristas, entre hombres y mujeres, pues muy fácil lo van a tener para gestionar la crisis. Comparto un artículo del blog de Antonio Turiel que viene perfecto a razón de lo que nos viene:
Tus vecinos no se conformarán con un YA OS LO DIJE
