MAS ALLA
Madmaxista
- Desde
- 16 Jul 2008
- Mensajes
- 2.063
- Reputación
- 2.335
Googleando un poco sobre el tema del aterrizaje forzoso y retención de Evo jovenlandesales en Viena, me he llevado una sorpresa.
Mi tesis inicial es que la relación de España con el incidente se limitaba a la metedura de pata de un diplomático cualquiera, pero me equivocaba.
Resulta que el "diplomático" que trató a Evo jovenlandesales de tú a tú, o más bien de "caballero contra indio" se llama Alberto Cardona. Antes de ser Embajador de Austria, entre otras cosas y sin alejarnos más de dos años en el tiempo ha sido:
- Jefe de Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores.
- Director de política exterior de las FAES
- Director de la publicación: "América Latina; una agenda para la libertad 2012", presentada el año pasado por Aznar en presencia de García Margallo.
Aznar presenta en Cádiz el informe FAES 'América Latina. Una...
Podéis descargar esta "agenda para la libertad" en internet, en la página de FAES, pero al margen de ideologías y si se está de acuerdo con ello o no, lo cierto es que nos podemos imaginar que el trato del Embajador de España en Viena hacia el Jefe de Estado de Bolivia no es casual, sino que viene precedido de un movimiento ideológico que le prejuzga.
He llegado a alguna conclusión que quería compartir con vosotros:
- El Embajador Alberto Carmona no le pidió al presidente Evo jovenlandesales que le invitara a un café en su avión porque le profisa simpatía, se lo pidió porque que debía demostrarle que no era un indio mentiroso y que el tal Snowden no estaba en el avión.
- El Embajador Alberto Carmona, cuándo le decía a Evo jovenlandesales que iba a consultar con su equipo, lo hacía con sus jefes con los que estaba en contacto telefónico directo toda la noche: el Ministro García-Margallo y el ex presidente Jose María Aznar.
A Rajoy le libero de responsabilidad, pues supongo que, como de costumbre, no se enteraría de nada. Entre Aznar, García-Margallo y Carmona se encargaron de encauzar las relaciones de España con algunos países de iberoamérica.
---------- Post added 06-jul-2013 at 11:19 ----------
Lo de anti-indigenista lo digo sin acritud. Y no lo juzgo. Es un hecho que en esta "agenda para la libertad" se llega a equiparar el islamismo yihadista con el "indigenismo":
La alianza antisistema empezó a gestarse de manera espontánea, por la coincidencia en los enemigos y en las fobias. Esa aversión común es la que aglutina a la izquierda que fracasó en mayo del 68 y a la que se le vinieron encima los cascotes del Muro de Berlín; la que reúne a los intelectuales que jalearon
el comunismo y hoy ven con complacencia la pulsión antioccidental del islamismo yihadista; la que congrega a los antiglobalizadores altermundialistas del más distinto pelaje y a las distintas manifestaciones de indigenismo, populismo y fanatismo religioso. Todos los que forman parte de esta alianza, difusa pero operativa, creen ver en ella una oportunidad de acrecentar su influencia y debilitar a su enemigo común: Occidente. Para ello no dudan en aliarse con los más extraños compañeros de viaje, lo que explica la creciente cercanía y coordinación
entre todos estos elementos y el islamismo.
El indigenismo, al buscar la reinstauración de supuestas o míticas instituciones prehispanas, promueve peligrosas excepciones a la normalidad democrática, de la única forma en que esta puede ser concebida: sufragio universal, igualdad ante la
ley, separación de poderes, rendición de cuentas y transparencia. La idealización en clave política actual de las civilizaciones precolombinas supone la reivindicación del autoritarismo y del colectivismo.
(...)
Por todo ello consideramos que América Latina es Occidente. Lo es por su historia, pero también por sus aportaciones al pensamiento, a la cultura y a la creación. Se podrá alegar que este proceso ha sido imperfecto o incompleto. Que puede haber y de hecho ha habido regresiones. Nada de esto es ajeno a la evolución histórica de otras partes del mundo occidental. Pero reconocer esa realidad no debe impedir ver que el futuro más brillante de América Latina está precisamente en recobrar y continuar su identidad occidental, que no supone negar el fértil hecho del mestizaje, sino darle un nuevo impulso.
Mi tesis inicial es que la relación de España con el incidente se limitaba a la metedura de pata de un diplomático cualquiera, pero me equivocaba.
Resulta que el "diplomático" que trató a Evo jovenlandesales de tú a tú, o más bien de "caballero contra indio" se llama Alberto Cardona. Antes de ser Embajador de Austria, entre otras cosas y sin alejarnos más de dos años en el tiempo ha sido:
- Jefe de Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores.
- Director de política exterior de las FAES
- Director de la publicación: "América Latina; una agenda para la libertad 2012", presentada el año pasado por Aznar en presencia de García Margallo.
Aznar presenta en Cádiz el informe FAES 'América Latina. Una...
Podéis descargar esta "agenda para la libertad" en internet, en la página de FAES, pero al margen de ideologías y si se está de acuerdo con ello o no, lo cierto es que nos podemos imaginar que el trato del Embajador de España en Viena hacia el Jefe de Estado de Bolivia no es casual, sino que viene precedido de un movimiento ideológico que le prejuzga.
He llegado a alguna conclusión que quería compartir con vosotros:
- El Embajador Alberto Carmona no le pidió al presidente Evo jovenlandesales que le invitara a un café en su avión porque le profisa simpatía, se lo pidió porque que debía demostrarle que no era un indio mentiroso y que el tal Snowden no estaba en el avión.
- El Embajador Alberto Carmona, cuándo le decía a Evo jovenlandesales que iba a consultar con su equipo, lo hacía con sus jefes con los que estaba en contacto telefónico directo toda la noche: el Ministro García-Margallo y el ex presidente Jose María Aznar.
A Rajoy le libero de responsabilidad, pues supongo que, como de costumbre, no se enteraría de nada. Entre Aznar, García-Margallo y Carmona se encargaron de encauzar las relaciones de España con algunos países de iberoamérica.
---------- Post added 06-jul-2013 at 11:19 ----------
Lo de anti-indigenista lo digo sin acritud. Y no lo juzgo. Es un hecho que en esta "agenda para la libertad" se llega a equiparar el islamismo yihadista con el "indigenismo":
La alianza antisistema empezó a gestarse de manera espontánea, por la coincidencia en los enemigos y en las fobias. Esa aversión común es la que aglutina a la izquierda que fracasó en mayo del 68 y a la que se le vinieron encima los cascotes del Muro de Berlín; la que reúne a los intelectuales que jalearon
el comunismo y hoy ven con complacencia la pulsión antioccidental del islamismo yihadista; la que congrega a los antiglobalizadores altermundialistas del más distinto pelaje y a las distintas manifestaciones de indigenismo, populismo y fanatismo religioso. Todos los que forman parte de esta alianza, difusa pero operativa, creen ver en ella una oportunidad de acrecentar su influencia y debilitar a su enemigo común: Occidente. Para ello no dudan en aliarse con los más extraños compañeros de viaje, lo que explica la creciente cercanía y coordinación
entre todos estos elementos y el islamismo.
El indigenismo, al buscar la reinstauración de supuestas o míticas instituciones prehispanas, promueve peligrosas excepciones a la normalidad democrática, de la única forma en que esta puede ser concebida: sufragio universal, igualdad ante la
ley, separación de poderes, rendición de cuentas y transparencia. La idealización en clave política actual de las civilizaciones precolombinas supone la reivindicación del autoritarismo y del colectivismo.
(...)
Por todo ello consideramos que América Latina es Occidente. Lo es por su historia, pero también por sus aportaciones al pensamiento, a la cultura y a la creación. Se podrá alegar que este proceso ha sido imperfecto o incompleto. Que puede haber y de hecho ha habido regresiones. Nada de esto es ajeno a la evolución histórica de otras partes del mundo occidental. Pero reconocer esa realidad no debe impedir ver que el futuro más brillante de América Latina está precisamente en recobrar y continuar su identidad occidental, que no supone negar el fértil hecho del mestizaje, sino darle un nuevo impulso.