Lo de prestar dinero es complicado, pero no obviemos que un factor importante es a qué clase de gente le estaríamos prestando.
Me explico: a algún familiar no le prestaría ni los buenos días (algunas cosas no se olvidan así como así). Sin embargo a algún otro, y a algunas amistades les dejaría dinero a fondo perdido mientras pudiera permitírmelo. Sin dudarlo.
Por cierto que conozco personalmente un caso al que guardo cierta admiración y considero casi ejemplar. 3 hijos en edad escolar, pagando parte de una hipoteca, separada, y actualmente agotando el paro. Con apenas ayuda familiar, relación bastante mala con su ex-pareja, y otros problemas que no procede relatar. ¿Actitud? Mucha personalidad, lonchafinismo en grado avanzado (reaprovechar todo lo que se puede, ingenio con las cosas de casa...), tener claros los límites, contar con un plan (A, B e incluso C), y tener en todo momento, en cada día, algún objetivo o propósito constructivo.
Esto último, lo subrayo, porque lo considero trascendental: seguir haciendo cosas en el día a día, y no olvidar los detalles pequeños pero importantes. Esta persona a la que pongo de ejemplo se corta de muchas cosas, pero siempre emplea ingenio y trabajo personal para montarle fiestas a los peques etc.