Los "tratados comerciales" de los mexicas con los pueblos vecinos eran en carne para sacrificios, los impuestos de los pueblos sometidos o clientes eran en carne humana, niños para ahogarlos al dios de la lluvia y corazones arrancados en vivo para que siguiera saliéndo el Sol cada día. Aparte de la esclavitud, La Malinche fué vendida como un vulgar objeto por su padrastro, ¿ pero de esto o del machismo azteca tampoco hablamos, progres?. Cortés obligó a sus hombres a casarse y respetar a las mujeres indígenas, no hubo violaciones, ni asesinatos machijtah de los españoles.
Una ciudad infernal Tenochtitlán, la peste a descomposición y las montañas de huesos dejaron muy claro a Cortés que había que terminar con aquello, demasiado diplomático fué.
Lo gracioso es que ha día de hoy incluso la visita a una ciudad como Tenochtitlan hubiese espantado al tipo más curtido. Eso de visitar mercados donde tenían en jaulas a críos pequeños bien cebados para su consumo como describe algún cronista, tiene que revolver el estómago al más multicultural o comprensivo antropologo. Pero aquí tenemos a toda la progresía horrorizandose porque se censurase o persiguiese al hereje, es decir disidente, algo que se hace incluso hoy día, pero que entierra la cabeza si se trata de canibalismo, asesinato ritual en masa o simple barbarie más absoluta.
En realidad lo realmente sorprendente de Cortés para ese tiempo y lugar es su enorme tolerancia y perspicacia. Debía ser un tipo brillantísimo y realmente fuera de serie para ser capaz de separar lo que sus sentidos percibían de todo lo demás. Capaz de detectar humanidad incluso bajo las capas de esa barbarie absoluto.
Repito, si incluso a día de hoy todo ese espectáculo nos hubiese resultado intragable, dejando a los del ISIS como hermanitas de la caridad, para un español de la época tenía que resultar enteramente delirante. Convencer al resto de españoles a que no se dedicasen directamente a exterminar a todo bicho viviente debió ser realmente una tarea ingente.
Aquí a quien vemos realmente humano y asequible es al "villano" de Pedro de Alvarado. Ese sí que se dejó de tonterias. Se comportó como lo haría ni más ni menos un hidalgo de su epoca y condicion. Ni sacrificios, ni adoración de ídolos demoníacos. A quien participase hierro o fuego, no había otra, no se entendía otra.
Pero es que Cortés se sale de todas las escalas. Un tipo realmente que se marece no una pelicula sino un centenar de ellas.
