INFORME FINAL (2): La preocupación por la vida de la gente no fue una prioridad
La preocupación por la vida de la gente pareció ser lo último en la mente de los responsables de Tokyo Electric Power Co., o del gobierno central, mientras trataban de contener el desastre nuclear en la prefectura de Fukushima el año pasado.
Esta es una de las sombrías evaluaciones que se desprenden del informe final publicado el 5 de julio por un grupo de trabajo de la Dieta que investigó el accidente ocurrido en la planta de energía nuclear Fukushima N º 1.
La Comisión Independiente de Investigación del Accidente de la Nuclear de Fukushima sugirió que las preocupaciones por la salud y la seguridad simplemente no eran una prioridad.
La comisión fue especialmente crítica con la falta de medidas de seguridad adoptadas en el pasado, así como con la respuesta inicial a la catástrofe provocada por el Gran Terremoto del Este de Japón de magnitud 9,0 el 11 de marzo de 2011.
Concluyó que el operador de la planta, TEPCO, y el gobierno central mostraron una falta total de responsabilidad en hacer todo lo posible para proteger la vida de los más afectados.
El retraso en la aplicación de medidas demostró salir caro
El informe final señala que los problemas surgieron después de que TEPCO y la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA) no aplicaran medidas de seguridad a pesar de que sabían que la planta era peligrosamente vulnerable a un gran terremoto y tsunami alcanzando la costa.
"El accidente no se puede decir que haya sido totalmente inesperado y no hay manera de poder eludir la responsabilidad", dice el informe.
El miembro de la Comisión Katsuhiko Ishibashi, profesor emérito de sismología en la Universidad de Kobe, había advertido hace tiempo de que Japón podría enfrentarse a una catástrofe nuclear provocada por un desastre natural.
Dijo que el accidente no fue simplemente debido al tsunami que inundó la planta 40 minutos después del terremoto.
"Lo que necesitamos hacer ahora es evaluar rápidamente la situación en otras plantas nucleares para que nada como esto vuelva a suceder", dijo.
El informe final resaltó las demoras en responder a las nuevas directrices anti-terremoto para las centrales nucleares en 2006.
TEPCO estimó que costaría 80 mil millones de yenes ($ 1000 millones) la construcción de barreras marinas y otros refuerzos para proteger la planta tras cálculos revisados sobre la amenaza para la instalación de terremotos y tsunamis.
Pero al final solo fueron tomadas medidas limitadas.
La empresa dijo en un principio que detallaría las medidas que había tomado en un informe que sería publicado en junio de 2009, pero una vergonzosa falta de progresos visibles llevó a TEPCO a decidir por su cuenta que lo demoraría hasta enero de 2016.
La compañía no dio a conocer un cronograma de la obra por hacer, ya que fue incapaz de demostrar que se habían tomado medidas suficientes.
Los funcionarios de NISA tampoco hicieron nada, habiendo concluido que TEPCO estaba en una mejor posición para juzgar qué trabajo importante había que hacer y cuándo.
El informe final también se burla del argumento de TEPCO de que el tsunami fue tan fuera de serie que no había manera de que se pudiera anticipar un desastre de esa magnitud.
De hecho, en una reunión en abril de 2007 entre NISA y las empresas de energía eléctrica, la discusión se centró en la posibilidad de que un tsunami superando todas las expectativas golpeara las plantas costeras. Se expresó preocupación sobre los daños a los núcleos de los reactores si eso pasara.
Estas mismas preocupaciones fueron compartidas en una reunión similar el año anterior entre NISA y las empresas, mientras los recuerdos de la catástrofe del tsunami de finales de 2004 en el Océano Índico aún estaban frescos.
El informe de la comisión de la Dieta dice que los intercambios entre NISA y las empresas de energía eléctrica al parecer no llegaron a ninguna parte. También señala que las largas demoras en la aplicación de las medidas de seguridad han creado multitud de problemas.
La comisión declaró sin rodeos que el flagrante desprecio por las normas internacionales fue la razón detrás de la incapacidad de TEPCO para tomar medidas de seguridad apropiadas.
"No se hizo nada para prepararse ante un escenario de posible accidente que pudiera conducir a un resultado devastador", añade el informe.
Los operadores de plantas en los países occidentales suelen considerar factores internos, tales como avería del equipo, así como factores externos, como daños causados por terremotos e inundaciones, y factores artificiales, como actos de terrorismo.
Sin embargo, en Japón, el único factor externo considerado fue la amenaza de los terremotos.
El informe final dice que fueron tomadas medidas inadecuadas para hacer frente a factores externos y artificiales. Señala que las regulaciones gubernamentales garantizan que en occidente se toman tales medidas, pero que en Japón esas decisiones se dejan a la discreción de las empresas de energía eléctrica.
Haruki Madarame, presidente de la Comisión de Seguridad Nuclear de Japón, dijo a la comisión de la Dieta: "Fue un terrible error no haber pensado en la posibilidad de un accidente grave. Japón no está ni siquiera cerca de aproximarse a los estándares internacionales de seguridad. En cierto sentido las evaluaciones de seguridad se llevan a cabo basándose en la tecnología de hace 30 años".
El informe apunta a posibles daños del terremoto en la planta de Fukushima
Hasta ahora, TEPCO había insistido en que el terremoto de magnitud 9,0 no había causado daños en el equipo de la planta Fukushima N º 1. Sin embargo, el informe final de la comisión de la Dieta dice que es probable que el equipo utilizado para enfriar los reactores hubiera sido dañado por el seismo.
TEPCO ha sostenido que las fusiones de los núcleos de los reactores Nº 1 a Nº 3 fueron causadas por una falta de refrigeración de los núcleos de los reactores después de que las fuentes de energía de emergencia fueran arrasados por el tsunami.
Hay un gran problema con esa afirmación, puesto que el momento indicado para la llegada del tsunami en la explicación de TEPCO es cuando las olas estaban a 1,5 kilómetros de la costa de Fukushima.
La comisión de la Dieta, citando el desfase entre el terremoto y la llegada del tsunami especuló sobre que algunos de los generadores de emergencia dejaron de funcionar incluso antes de que las olas golpearan.
En el reactor N º 1, que fue el primero en llegar a una fusión del núcleo, TEPCO insistió en que el condensador de aislamiento (IC) no fue dañado por el terremoto.
Explicó que la presión del reactor no cayó rápidamente inmediatamente después del seismo.
Sin embargo, el informe final de la comisión de la Dieta dice que las tuberías del condensador de aislamiento (IC) muy probablemente ya habían sido rotas por el terremoto. Señala que la presión en el núcleo puede no caer en tales casos y descarta la afirmación de TEPCO como irracional.
Los trabajadores de la planta también arrancaron y pararon las operaciones del IC después del terremoto y antes del tsunami.
Si el IC hubiera sido operado de forma continua para enfriar el núcleo del reactor rápidamente, el desastre nuclear probablemente no habría escapado a todo control con tanta rapidez.
Las comisiones de investigación establecidas por el gobierno central y TEPCO concluyeron ambas que los trabajadores de la planta siguieron los manuales de operación en el manejo del IC.
Sin embargo, la comisión de la Dieta rechaza esa evaluación. Supone que los trabajadores detuvieron el IC debido a preocupaciones de que el agua refrigerante se fugara de las tubería del IC.
El informe también dice que la válvula principal para liberar el vapor del núcleo del reactor N º 1 para reducir la presión debe de no haber funcionado. Ninguno de los trabajadores de la planta interrogados dijo haber escuchado el sonido de la operación de la válvula.
El informe también señaló la falta de formación en la ventilación para reducir la presión en la vasija de contención y la dificultad de trabajar sin un plan adecuado como razones clave para una explosión de hidrógeno.
TEPCO concluyó que no se habían producido daños por el terremoto en el equipo de la planta a pesar de que no estaba en condiciones de confirmar la extensión del daño debido a los altos niveles de radiación dentro de la planta.
"La gestión de TEPCO se condujo pensando en buscar minimizar los efectos en otras plantas nucleares", dice el informe.
Sin embargo, dado que los miembros de la comisión de la Dieta tampoco pudieron confirmar la extensión del daño, los resultados siguen siendo nada más que una especulación.
El gobierno deja la decisión de la evacuación a los residentes locales
La comisión de la Dieta también fue crítica sobre cómo y cuando el gobierno central emitió las órdenes de evacuación a los residentes locales.
Por ejemplo, el gobierno central instruyó a los residentes que vivían en un radio de 20 a 30 kilómetros de la planta de Fukushima para que permanecieran en las casas por un período de 10 días.
Luego cambió sus instrucciones y dejó la decisión sobre si debían evacuar a los residentes.
"Debido a que se dejó a los residentes (sobre si evacuar), debemos concluir que (el gobierno central) abandonó su responsabilidad (de proteger) la vida de la gente".
El informe fue mordaz en sus críticas a los inadecuados planes de gestión de desastres elaborados por el gobierno de la prefectura de Fukushima y las instituciones médicas.
Señaló que al menos 60 personas que se encontraban en hospitales o centros de atención para la tercera edad dentro en un radio de 20 km de la planta de Fukushima N º 1 habían muerto a finales de marzo de 2011 después de que su salud se deteriorara debido a la evacuación.
La comisión también se refirió a la incapacidad de algunos gobiernos locales para dar instrucciones a los residentes locales sobre tomar tabletas de yodo para contrarrestar la exposición a la radiación.
También críticó una evaluación por parte del gobierno central y el gobierno de la prefectura de Fukushima de que no se han detectado riesgos evidentes para la salud en personas expuestas a niveles de radiación de 100 milisievert o menos.
El gobierno central está revisando su norma para exposición máxima en zonas de evacuación a un nivel anual de 20 mSv.
El informe estimula a los gobiernos centrales y locales a hacer frente a los asuntos sanitarios en territorios donde la exposición de hasta 100 milisievert o menos pueda dar lugar a problemas.
Dice que la norma de 20 milisievert para la revisión de las zonas de evacuación fue demasiado alta, especialmente cuando se considera la salud de niños y mujeres embarazadas.
La comisión también fustigó a los gobiernos central y de la prefectura de Fukushima por no tomar las medidas necesarias para evaluar los problemas de salud causados por exposición a la radiación interna.
FINAL REPORT (2) : Concern for people's lives was not a priority - AJW by The Asahi Shimbun