Yo la adaptación la he hecho a la bruto, no me junto con españoles, tampoco hay muchos españoles de mi edad aquí. Me fui la primera vez para probar hace 7 años, me quedé un año y volví, con sueldo de trabajador no podía hacer mucho y mi abuelo murió. Luché mucho en España, ahorré un poco y me escapé del psiquiátrico tamaño país antes llamado España, hoy conocido como el bichito landia. Asumí que es un viaje de no retorno, como el que hacían los españoles a las Américas, porque no hay acuerdos fiscales y España me trataría como un traidor. Llevo 6 meses y me siento genial. Se me hizo un poco cuesta arriba cuando tuve problemas de pareja, pero la verdad, el estilo de vida de esta gente, tranquilo y despreocupado, ayudado por poca inmi gración y que no nos tienen mal visto a los españoles, me hace sentir genial. Siento que no volvería a España por varias razones
- La educación la perdimos. En España la gente se habla mal y de maltratan todo el tiempo.
- La cultura del gasto europea del DIY es dañina para la economía. Detesto la tacañería del español, peor aún la del italiano que la he tenido que sufrir en mis carnes. Yo me quedo en un punto medio: ni tacaño amargado ni vivir al día y comprar todo a cuotas.
- Me he dado cuenta que la gente de clase alta vive mucho mejor, por lo comentado arriba, contratan a gente. Mi vecino tiene criada, niñera interna, profe para el niño de 2 años y profesor de gym. Eso reparte mucho la economía y te das cuenta de porqué España está como está. Tengo una tía que entran más de 3000€ al mes y de tacaña y huraño no tiene ni limpiadora y está esclavizada
- La gastronomía española es una escusa. Yo cocino comida española, internacional,y tengo asumido que si quiero jamón y lo tengo que pagar bien caro lo hago. Quesos de cabra nacionales hay, de un maestro quesero español por cierto. Hoy en día si buscas bien encuentras de todo en todas partes. Cuestión de voluntad y de querer pagar el precio extra. Otro freno es comparar todo el tiempo precios de comida u otras cosas. El precio es el que hay, que sentido tiene pensar en el precio en España si traer algo me va a costar más caro? Vivir como una calculadora humana es agotador, es una enfermedad mental, como hacen los italianos.
Así que en resumen, yo me siento en mi salsa. No volvería a España ni atado. El discutir siempre de política, el que la gente esté constantemente preocupada por su futuro, las normas llevadas al extremo, es algo que me deja todo el tiempo nervioso y ansioso. Aquí es donde he aprendido a disfrutar de la vida. Si este país acabará muy mal, me iría a otro. No creo que eso cambie por mucho que pasen los años. Para adaptarse hay que valer. No todos los emigrantes se adaptan o se quieren adaptar.