¿Cuál es la diferencia entre un colegio profesional y un sindicato?

poliorcetes

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Lo digo porque ambos están para defender los intereses de profesionales determinados.

Lo dejo abierto. Esta tarde pondré mi postura, que tiene algo que ver con la historia no tan reciente.
 

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Madmaxista
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En teoría:

El Colegio Profesional defiende a los titulados universitarios en una materia concreta, como en mi caso la Ingeniería Técnica en Informática y en un futuro la Ingeniería en Informática.

El Sindicato defiende a todos los trabajadores si es generalista, o a los trabajadores de un sector si es sectorial.

En la práctica:

El Colegio Profesional procura defender a los titulados universitarios en una materia concreta, aunque siempre hay chanchullos "arriba", sobre todo cuando el Colegio tiene cierto poder, y muchas veces influyen en las decisiones políticas, si tienen "infiltrados" en alguna Secretaría de Estado o incluso Ministerio. Los Colegios con más poder, en mi opinión, son el de Abogados, el de Arquitectos, el de Médicos y el de Ingenieros Industriales.

El Sindicato es una hez, una cosa poco buena ponzoñosa, y los sindicalistas unos vividores (la mayoría, siempre los hay honrados, aunque los Sindicatos corrompen, igual que la política), sobre todo los "sindicalistas liberados". Y lo digo porque mi madre, que es funcionaria fija del Grupo B (es Enfermera), está afiliada por razones que no vienen al caso a la Unión General de Trabajadores, y conozco el tema de cerca, puesto que mi madre conoce a sindicalistas y está en trato con ellos frecuentemente.

No me fio de los sindicatos, son unas amebas absorbedoras de cuotas de afiliados y subvenciones del Estado para cursos y basuras del estilo.
 
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poliorcetes

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Ok con la parte práctica. Mi colegio da servicios parecidos al tuyo, JCA. Y mi experiencia con los dos sindicatos mayoritarios se ajusta a las descripciones. Claro que, ¿Qué puede esperarse de unos sindicatos únicos en Europa al estar pagados por el Estado y no por cuotas de los sindicados?

Sin embargo, la teoría es distinta... y la historia también. Históricamente, los colegios profesionales se constituyen, entre otros motivos (resalto para que quede claro :) ), para evitar intrusismo en sectores críticos (una capa de seguridad extra para asegurarte de que quien te opera es médico de verdad), o como supervivencia/reedición más o menos exitosa de los gremios premodernos. En este segundo caso, de lo que se trata es de (re)generar castas y nichos laborales cerrados artificialmente. El ejemplo más evidente, en mi opinión, serían los registradores de la propiedad, pero se puede aplicar a todo colegio profesional de actividad limitante exitosa cuya disciplina no sea absoluta e indiscutiblemente crítica.

Los sindicatos, sin embargo, nacieron en su momento como defensa organizativa contra los excesos del primer capitalismo industrial. Buscaron, lucharon y consiguieron jornadas de menos de 60 horas, pausas en el trabajo, legislación sobre seguridad laboral, bajas por enfermedad... los políticos inteligentes también pusieron su parte, al entender que los principales beneficiados de la calidad de vida de los trabajadores no eran ellos mismos, los trabajadores. A nivel micro, los sindicatos eran la barrera primera para evitar los abusos de las directivas de las empresas, antes de acudir a magistratura de trabajo, o de forma paralela a ella. Cuando la empresa, por ejemplo, pretendía recortar plantilla sin que hubiera condiciones objetivas que forzaran tal resultado (e.g., "no hemos alcanzado el crecimiento del beneficio neto que esperábamos, para lograrlo bajamos gasto recortando plantilla"), el sindicato actuaba, estallaba la huelga y la empresa tenía que negociar.

¿Marciano, eh? Pues viajad a Bélgica, e incluso a Alemania. Eso sigue pasando. Comparativamente, los trabajadores atan los perros con longanizas y dan palmas con las orejas.

Las sociedades más avanzadas del mundo (las escandinavas) han superado la fase del bien limitado, y sus élites han asumido que la mejora de condiciones laborales de la fuerza de trabajo va en su propio beneficio.

Nosotros, al contrario que Bélgica, tuvimos una pausa de 40 años sin sindicatos que no fueran verticales. Más de una generación creció y se educó desconectada de la visión previa del sindicato. Y cuando llega la democracia, la élite (con la anterior y la nueva dándose la mano), recordando la conflictividad del trabajador hispano cuando el unicejo empresario español pretendía la n-sima barbaridad, "montan" unos sindicatos con nombre histórico o nuevo heredando vicios del sindicato vertical y creando vicios nuevos. No sólo el propio hecho de la subvención, sino la figura extrema del liberado, o la relación de tantos comités de empresa con la directiva nos dejan en una situación en la que una mayoría de los sindicados... son funcionarios.

Son gente que no se les puede despedir.

Mientras, en El Corte Inglés no hay sindicatos reales, cada intento de movilización de los trabajadores es eliminado de raíz y cualquier gobierno mira hacia otra parte.

El resultado es que muchos trabajadores de hoy en día no se llaman a sí mismos tales, y tanto si se consideran trabajadores como si no, casi todos compartimos la sensación de indefensión completa, de que es imposible lograr nada organizándose, que cada uno tiene que buscarse la vida por su cuenta.

En otras palabras, todas las lecciones olvidadas y se completa el círculo. Estamos como cuando la máquina de vapor entró en España, con los trabajadores indefensos ante las directivas.

Comparativamente, creo que colegios profesionales y sindicatos deberían ser complementarios. Creo que los colegios deberían concentrarse más en los servicios positivos (formación, asesoramiento, bolsa de trabajo, etc.) y menos en los negativos (lobbying e intentos de secuestro de sectores profesionales que no sean necesarios). Los sindicatos teóricos, hoy utópicos, transversales, horizontales, deberían ser el contrapeso a las directivas.

No estoy hablando de huelgas generales revolucionarias. Estoy hablando de limitar, apoyados en la ley, los perjuicios hacia los trabajadores, las más de las veces implícitamente. Las empresas belgas no se atreven a muchas de las barbaridades de nuestras empresas porque saben de antemano que van a perder más que a ganar.

Y si se está en una situación belga, danesa o sueca, no es un juego de suma cero. No gana el trabajador para perder la empresa. Ganan todos. En una situación así, los nichos artificiales y cerrados son innecesarios, salvo en los casos mencionados anteriormente, como mecanismo adicional de seguridad.