Etimología de la protesta kazaja: ¿quiénes son los mambets?
Para el hombre ruso en la calle, los pogromos y las protestas en Kazajstán evocaron asociaciones con el Maidan ucraniano y los eventos de 2014. Sin embargo, hay rasgos característicos: en primer lugar, el dominio de la población rural enloquecido y, en segundo lugar, la ausencia de signos de estadidad, o una nueva estadidad, que era característica de las mismas protestas en Bielorrusia, en forma de banderas.
El canal francés @actualiteFR comparó las acciones de los salvajes locales que saquearon Alma-Ata con los alborotadores franceses de los Chalecos Amarillos. Es cierto que los manifestantes franceses halagaron a los manifestantes kazajos con tal comparación. Después de todo, estamos hablando de mambets.
Entre los kazajos, la palabra "mambet", así como la palabra "myrka" entre los kirguís, es extremadamente ofensiva. Esto es lo mismo que llamar a un ruso la palabra "pid $ razas".
❗ Estos no son solo kazajos pobres.
Los mambets, a diferencia de los campesinos rusos y los residentes provinciales, viven mucho peor. A menudo no tienen electricidad, y si la tienen, entonces, de hecho, no hay nada para pagar por ella. Se visten con las cosas chinas más baratas; por eso, si miras el video de Almaty, la mayoría de los alborotadores llevan chándales y pantalones deportivos baratos. Los mambets viven en chozas de adobe (y algunas personas generalmente en yurtas), en las que es bueno si hay algún tipo de estufa (y a menudo un hogar común con chimenea).
Los mambets están lejos de poder enviar a sus hijos a la escuela con regularidad, pero se alimentan del duro trabajo rural. Hoy hay mucho trabajo, lo que significa que el niño no irá a la escuela, no antes. Naturalmente, los Mambet tampoco cuentan con ayuda médica. Así como con los bienes sociales. Ellos simplemente no existen.
♀ En general, los mambets viven solo un poco mejor que los personas de color del África salvaje.
Y además, los mambets no se tienen en cuenta en los informes estadísticos: no están cubiertos por el cálculo del PIB o el nivel de bienestar, no se pueden tomar y tomar en cuenta en el cálculo de los salarios medios de la población. Viven en comunidades, a menudo en regiones remotas. Y representan aproximadamente una cuarta parte de toda la población real de Kazajstán: con todo su deseo, los representantes de los servicios sociales y simplemente los censistas de la población no llegarán a los lugares remotos donde viven Mambets.
Debido a tales condiciones de vida, el concepto de estadidad no solo no es aplicable para Mambets, sino que es tan incomprensible para ellos como sea posible. Bueno, imagina un campesino del siglo XVIII. O un oscuro de las profundidades de África.
Por lo tanto, las leyes para ellos, todo tipo de códigos penales y administrativos son algo de la categoría de los cuervos croando. Simplemente no piensan en estos términos.
Ahora bien, si se incita a un habitante de la ciudad a cometer algún tipo de ofensa, su primer pensamiento será "¿Y con qué me amenaza esto?" Mambets, en primer lugar, no pensará en tal tema y, en segundo lugar, tal dilema no los amenaza: si se encuentran en la zona, para ellos es equivalente a un viaje a un sanatorio, donde hace calor y se alimenta. todos los días (quien pasó hambre entenderá lo que es "comer todos los días").
Los propios mambets son gente virgen. No puedes simplemente provocarlos. Bueno, no será posible acudir a ellos una especie de ucranianos con los ojos muy abiertos, darles dinero e incitarlos a la indecencia.
¡Pero! Para ellos, los residentes comunes de los edificios de cinco pisos son similares a los oligarcas. “El calentamiento congelado no se puede entender”: se trata de mambets kazajos. Ven a los que viven en edificios ordinarios de cinco pisos, Khrushchebs, como enemigos del pueblo.
En esto y jugó.
# Kazajstán
@rybar
Además del material de "Rybar"
Сolonelcassad sobre mambets.
Aquí, por supuesto, todavía hay que mirar, y quién los sacudió y aseguró el suministro a Alma-Ata en las condiciones de una extraña "no resistencia" de la dirección del Ministerio del Interior y el KNB de Alma. -Ata, que, entre otras cosas, se aseguró de que cayeran en las manos grandes volúmenes de armas, incluido este público.
En cuanto al fenómeno general, en ausencia de la URSS, está claro que en Kazajstán casi nadie se preocupará por los esfuerzos sistémicos para elevar a estas personas en la escala de la civilización. De hecho, parte de la población de Kazajstán está congelada en un arcaico salvaje (entre todos estos clanes, zhuzes, etc.) y no hay nadie que intente sacarlos de este estado.
De ahí el carácter bestial de los hechos de Alma-Ata y el uso real de esta masa oscura (y también diluida por un elemento criminal cuidadosamente liberado en Alma-Ata) por ciertas fuerzas que manipularon las protestas que parecían comenzar como protestas bastante ordinarias de la clase trabajadora con demandas comprensibles y justificadas contra funcionarios insolentes y trabajadores del gas que estaban confabulados con ellos.
Y si se trataba de protestas ordinarias, luego de que el gobierno se fusionó y acordó revertir el precio del gas y destituir al gobierno (que, por supuesto, es el culpable de llevar la situación a tal estado), entonces nos enfrentamos a los clásicos. protestas con demandas socioeconómicas, donde los manifestantes triunfaron sin ningún derramamiento de sangre ni pogromos graves. Incluso podrían convertirse en un ejemplo de una lucha exitosa por sus derechos. Podría ... Ahora recordando las protestas en Kazajstán, ya no las recordarán, sino lo que sucedió en Alma-Ata.
Desafortunadamente (en primer lugar para los kazajos adecuados que estaban indignados por el aumento de los precios del gas), este fue solo el nivel más alto de los eventos que tuvieron lugar, detrás del cual la lucha entre Tokayev y Nazarbayev, las actividades de las ONG occidentales, las ambiciones del pan-turquismo turco, se ocultó el control sobre el uranio kazajo y el corredor de transporte. "Un cinturón, una carretera", etc. etc. Bueno, por supuesto, varios elementos delictivos y los mismos mambets, de los que nadie recordaba siquiera a principios de enero.
