Una MiniPelota de poliéster, tamaño futbol sala, para ir caminando empujándola con el pie por mi casa. Y una pelota antiestrés de espuma, para llevarla a su vez en la mano, golpeándola contra la pared de mi pasillo. Siempre las utilizaba para pensar. Me pasaba horas y horas pensando, así, cada día.
Las tenía desde los 5 años. A los 31, las deje, porque falleció mi Pa. Las deje al lado de su urna, para que me las cuidara y le hicieran compañia. Entonces pase a llevar un Móvil que me hace de Ipod. Siempre voy escuchándolo mientras camino y pienso. Pero las pelotas, fueron mis fieles compañeras, durante gran parte de mi vida...