Como van los precios los que estais de vacaciones???

hijodeputin

Madmaxista
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No se, por ejemplo comparado con el año pasado??. Una cañita, una clarita de limón, una media ración de bravas, un cafe con leche etc lo que se os ocurra

La hostelería de Santiago sube los precios al compás de la temporada alta: «Vin marchar a clientes habituais»

Muchos hosteleros ya han ido haciendo pequeños ajustes durante este año, marcándose un antes y un después con la Semana Santa

Está demostrado, lo afirman hasta desde la Universidade de Santiago: los precios suben en temporada alta. Es justo el proceso que está viviendo Compostela con la llegada del calor. «Se xa viñamos dun contexto inflacionista, agora non se vai deter coa chegada destes meses de maior demanda», indica Carmela Sánchez, profesora de Desarrollo Económico en la USC. Es por ello que el consumidor compostelano debe esperar nuevos encarecimientos en la hostelería para las próximas semanas, algo que, según el punto de vista de Sánchez, «altera os ritmos de consumo de calquera cidade, entornándoa cara un modelo turístico que non conta tanto como debera cos veciños».

Este fenómeno ocurre por varios motivos entre los cuales está, por supuesto, el propio ánimo de lucro de cualquier empresa. El aumento de la demanda que se puede dar en algunos puntos dentro del sector también juega su papel, como el hotelero. No todas las habitaciones cuestan lo mismo, como tampoco los pisos turísticos, que suben como la espuma en verano, o los transportes, con el avión a la cabeza de los incrementos y el tren pisándole los talones.

Todo ello, por una cosa u otra, es fruto del incremento de una demanda de los turistas que acaba con la oferta compostelana, que también debe sobrevivir en invierno con cada vez menos población en la zona monumental y aprovechar a partir de la Semana Santa para cuadrar mejor sus cuentas. Si bien es cierto que el vecindario desciende, el universitario se encarga de dinamizar muchas veces a la hostelería, aunque sea la de la noche.

Es justo desde esas primeras vacaciones, las de Semana Santa, cuando comienzan a escalar los importes de las consumiciones. No se libran ni las cañas y ni los vinos, ni las raciones y ni los menús del día, sean o no de copa y mantel. Existen, de todos modos, tres modelos que marcan los encarecimientos de las cartas: el del goteo progresivo, el de la subida estratégica y el que varía, apegado al mejor postor en cada momento.

En el bar Viño, en plena plaza de Mazarelos, optan por el primero. Se trata de una explanada noble, universitaria, ocupada con una de las terrazas más atractivas de Compostela, de esas que invitan a pasar todas y cada una de sus horas de luz que tiene la ciudad. Xabier Rúa, su gerente, cuenta con un buen verano por delante, «que xa está a deixar boas cifras agora, sobre todo do turista extranxeiro». Su oferta se enfoca en el consumidor local y justo por ello realiza los ajustes de precios cuando mejor le parece, a través de una subida progresiva y escalonada pero sin un patrón concreto, «simplemente cando fai falta».

Reconoce, eso sí, que el cliente está siendo más precavido a la hora de gastar, «deixando de consumir certos pratos máis caros e apostando por outros máis asequibles, de xeito que eu, como hosteleiro, teño que ver cara onde vai o mercado e non deixalo ir». Es por ello que ha optado por retirar de su carta ciertos productos caros, que no le estaban compensando, y redoblar su apuesta en otros más baratos. Su especialidad son los vinos, «e dá pena ver como os bos non saen tanto como deberan», asume. De esa manera, él ha ido adaptándose tanto con su oferta como con sus precios, siempre por encima de los costes pero no mucho.

Más estratega es el hostelero que tiene claro cuando pegar el necesario hachazo. Carlos Suárez, gerente del bar La Tita, ha subido el precio de sus afamadas tortillas justo antes de Semana Santa. «Non quedou outra, o prezo dos ovos era moi elevado e non se podía soster a situación despois de meses apandando coa perda», se defiende. Le han caído críticas por esos dos euros más que ahora marca la ración de este plato hasta el punto de que ha visto irse a algunos de sus clientes habituales, «que remataron volvendo ao ver que todos os locais estábamos a facer axustes, como é lóxico». Eso sí, la tortilla entera ha mantenido su coste habitual.

No solo le ha renovado la factura a su estrella, que engrandece sin duda su local. Los vinos o las cañas también han elevado su precio. Ahora toca mantenerse así al menos hasta finales de año, «pois nos últimos anos a temporada alta está durando case ata novembro». Ahora bien, del mismo modo que él ha hecho ajustes, también ha pedido a sus comensales que los hiciesen. Era frecuente encontrarse en sus mesas a clientes que pedían una cerveza y exigían dos pinchos de tortilla, «algo que tiven que frear, claro está, aínda que agora o que fan é pedir unha soa ración para dous».

Por último, en O Dezaseis apuestan por un modelo más variable, dependiendo del día. Dado su tipo de propuesta culinaria, se plantean para este verano alejarse de una carta fija, todavía más de lo que ya lo hacían, e ir buscando ofertas que les den sus proveedores para confeccionar sus ideas de cada día. «Rotaremos moito de produto, pero si que imos levar a cabo para estes meses unha subida de prezos no trasfondo», asume Ismael Ferreira, el encargado.

Esta vía de negocio les obliga a estar pendientes del mercado, que es la base de su carta y también de sus platos especiales cada día. Si este sube de precio, algo que están haciendo mucho los frescos, el plato también se encarecerá para el cliente de turno. De todos modos, esperan un buen verano, a pesar de que el grueso de su clientela esté empadronada en Santiago y alrededores.

La copa, ¿medio llena o medio vacía?

Puede ser traicionero este aumento de demanda, claro está. En cualquier tipo de establecimiento hostelero se hacen a la idea, cuando el número de clientes aumenta, de que tienen que contratar a alguien, «algo que demuestra que el sector sigue siendo muy estacional y que no genera unas condiciones laborales lo suficientemente atractivas», en opinión de Marcos Rodríguez, responsable sectorial de hostelería, restauración social y turismo en UGT Galicia.

Lo corrobora Carmela Sánchez, profesora de Economía en la USC: «Malia que se intenta avanzar, o sector segue a ser moi inestable, de xeito que en ningún caso é capaz de absorber toda a carga de traballo do verán durante a primavera ou o outono, xa non digamos durante o inverno, cando moitos destes locais acostuman a pechar e mandar ao seu cadro de persoal de vacacións, ao que é fixo». A pesar de esto, destaca que el negocio no está en decadencia ni mucho menos, «pois tan só hai que ver a cantidade de novos establecementos que abren».

Los hosteleros se defienden hablando de subidas escalonadas de precios, de ajustes previos a la temporada alta fruto de una fuerte presión inflacionista en muchas de sus materias primas, «desde la luz a los productos frescos, que se mantienen disparados y son la base de cualquier cocina en Santiago», según el punto de vista de Thor Rodríguez, el presidente de la Asociación Hostelería Compostela. Se congratula, eso sí, de que esos costes ya no estén subiendo más, ni la electricidad ni la distribución que les sirve los productos y que depende de los combustibles, pero subraya que siguen siendo muy altos.

Los indicadores, de hecho, señalan que la inflación se está frenando e incluso cayendo, «pero nuestras materias primas no lo hacen», señala el presidente de los hosteleros, que asume que los precios no bajarán aunque comiencen a moderarse las facturas. Esta evolución de la hostelería también entraña una madurez, una profesionalización que se encarna en que, ahora mismo, «se puede asegurar que en Santiago no quedan locales que vivan solamente del turismo, como antes sí había, pues nosotros estamos aquí todo el año», según dice Thor Rodríguez.
 
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