Más personas y personajes deberían devolver el dichoso Premio Nobel de la Paz.
Así a bote pronto.
Henry A. Kissinger, provocador de guerras y guerra sucia de la CIA.
Mohamed Anwar Al-Sadat y Menachem Begin, militares que solo firmaron una paz que convenía a ambos, no es criticable esa paz, eran leales a sus países y militares, pero no es para darles un nobel de la paz.
Rigoberta Menchú, falsaria.
Nelson Mandela y Frederik Willem de Klerk, ambos defendieron y usaron la fuerza, no es criticable en el caso de Mandela dadas las circunstancias, pero tampoco es para darle el nobel.
Yasir Arafat, Isaac Rabin y Shimon Peres, nobel para terroristas.
Organización de las Naciones Unidas, aquí chupándose las platanos.
Al Gore, por vendernos y forrarse con la farsa del calentamiento climático.
Unión Europea, nos volvemos a absorber las platanos.
Wangari Muta Maathai, feminista radical y nazionalista africana, llegó a decir que el SIDA lo metió en África el "hombre blanco".
Y unos cuantos dudosos, como Lech Wałęsa, que aunque rechazó la violencia y no la practicó, montó algo de manera muy imprudente que pudo haber acabado muy mal, aparte de ser un nobel de circunstancias, como el del Dalai Lama o Desmond Tutu.