Fosforiano
de Gaullista
En enero fue nombrada como asesora nivel 30, cargo por el que recibe una retribución bruta anual de 51.946 euros.
Clara Alonso es una de esas figuras políticas que, sin llegar a estar nunca en la primera fila, siempre ha conseguido mantenerse en la estela del partido, pendulando de un puesto a otro como persona de máxima confianza. Viniendo del activismo, empezó en Izquierda Unida en 2012, en un puesto técnico, y en sólo cuatro años logró convertirse en directora de comunicación de la formación. Después pasó a ocupar un cargo orgánico y, el pasado mes de febrero, fue nombrada directora de comunicación del Ministerio de Igualdad, bajo el liderazgo de Irene Montero. Siempre ha estado ahí, en política, escalando, pero esa no es su única fuente de ingresos.
Según ha podido averiguar EL ESPAÑOL, Clara Alonso es propietaria de una sociedad limitada unipersonal, una fórmula empresarial en la que es la única trabajadora. Se trata de una estructura conocida para muchos: es la que usaron Màxim Huerta -que tuvo que dimitir tras destaparse-, Juan Carlos Monedero o Pepu Hernández, aunque cada caso es distinto. Así, a través de la sociedad, la directora de comunicación de Irene Montero podría tributar sólo el 25% correspondiente al impuesto de sociedades en vez del 45% que pagaría como persona física.
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Clara Alonso es una de esas figuras políticas que, sin llegar a estar nunca en la primera fila, siempre ha conseguido mantenerse en la estela del partido, pendulando de un puesto a otro como persona de máxima confianza. Viniendo del activismo, empezó en Izquierda Unida en 2012, en un puesto técnico, y en sólo cuatro años logró convertirse en directora de comunicación de la formación. Después pasó a ocupar un cargo orgánico y, el pasado mes de febrero, fue nombrada directora de comunicación del Ministerio de Igualdad, bajo el liderazgo de Irene Montero. Siempre ha estado ahí, en política, escalando, pero esa no es su única fuente de ingresos.
Según ha podido averiguar EL ESPAÑOL, Clara Alonso es propietaria de una sociedad limitada unipersonal, una fórmula empresarial en la que es la única trabajadora. Se trata de una estructura conocida para muchos: es la que usaron Màxim Huerta -que tuvo que dimitir tras destaparse-, Juan Carlos Monedero o Pepu Hernández, aunque cada caso es distinto. Así, a través de la sociedad, la directora de comunicación de Irene Montero podría tributar sólo el 25% correspondiente al impuesto de sociedades en vez del 45% que pagaría como persona física.
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