si ya lo dijeron:
es del 9 de enero:
China parece perder interés en comprar deuda norteamericana
Varios bancos comerciales –los mismos que están bajo fuego en Washington- creen detectar señales desde hace dos semanas. Ello en vísperas de difundirse estadísticas de diciembre o el cuarto trimestre y mientras Barack Obama afronta un déficit de US$ 1,2 billones en 2008/9 más cifras similares en ejercicios subsiguientes.
Sin duda, Estados Unidos continuará dependiendo de China, Japón, Taiwán y Surcorea como financiantes de deuda nueva. Máxime con el megapaquete de estímulos por US$ 775.000 millones que Obama suscribirá antes de terminar enero.
Normalmente, Beijing sería la más ávida por tomar deuda norteamericana y respaldas los planes del presidente electo. Mayormente, vía bonos cortos, que funcionan como pagarés federales. Hasta 2008, los chinos colocaban un séptimo del producto bruto interno en deuda extranjera, sobre todo estadounidense. En septiembre, sus tenencias sobrepasa por vez primera las de Japón.
Pero, ahora, China debe solventar su propio programa de estímulos por US$ 580.000 millones, que el propio Obama elogiaba hace poco tiempo, precisamente mientras se enfrían la economía y la recaudación tributaria. Más drásticos que sus colegas transpacíficos, los reguladores han ordenad a los bancos pretura más a empresas pequeñas y medianas –afectadas por la baja de exportaciones- o a provincias. En su caso, para obras públicas y otros incentivos keynesianos.
Fitch Rating, la tercera calificadora, es llamativamente pesimista. Estima que las reserva internacionales netas crecerán este año a razón de US$ 177.000 millones, o sea 57,% menos que los 415.000 billones de 2008. Hasta hoy, la avidez china por letras norteamericanas ha logrado mantener bajas las tasas de interés para el gobierno federal, los compradores de viviendas y el sector privado. Si eso vacila, habrá problemas.
Cabe apuntar que el pesimismo de ciertos analistas no refleja aún escasez de compradores de letras y otros instrumentos de deuda federal. En buena parte del mundo, hay mucha gente saliendo de mercados inciertos rumbo a la estabilidad de la deuda estadounidense titulizada. Pese a exiguos rindes récords y tipos cortos de casi 0% anual. Por supuesto, hay un riesgo: los mercados pueden exigir mejores retornos, lo cual obligaría a Washington e elevar las tasas de letras. Por su parte, eso afectaría los costos financieros en el resto del sistema. Las incógnitas son cuándo o como pueden suceder esas cosas.
Los ingresos tributarios del gobierno central chino subieron 32% en 2007, pues la industria y el comercio funcionaban a todo trapo. Pero, hacia noviembre de 2008, la recaudación cedía 3% respecto de un año atrás. A fin de diciembre, un alto funcionario del banco central reveló que las reservas en divisas (US$ 1,9 billones) empezarán a achicarse. En general, son títulos de tesorería, Fannie Mae y Freddie Mac. Hasta el colapso de ambas hipotecarias paraestatales, el valor del “stock” chino venía subiendo desde la crisis sistémica (1997/8) en el este y el sudeste asiáticos. Cabe una observación: el desinfle de la burbuja puntocom no castigó a esa región.
Fitch afirma que el ritmo mensual de inversión externa directa en China ha bajado más un tercio desde mediados de 2008. Otro signo es que, tras el récord de noviembre (US$ 40.100 millones), parece aflojar el superávit de comercio exterior. Por ende, este año quizá ceda a la mitad. Pero, igual, US$ 20.000 millones mensuales no es tan mal número.