Un ordenador cuántico, aunque teóricamente podría necesitar de menos cálculos que un ordenador normal, sigue debiendo realizar un número cuasiinfinito de cálculos antes de encontrar el nonce que le de la respuesta adecuada para conseguir el bloque.
Un ordenador cuántico usaría el algoritmo de Grover lo que le da un máximo de 2^n/2 posibilidades en lugar de 2^n de un ordenador clásico. En el caso del bitcoin, que usa SHA256 seguiría existiendo 2^128 posibilidades (3,402823669×10³⁸).
Así que ya os podéis quitar esas caricias de la cabeza. Ningún ordenador, a no ser que se descubra algo realmente revolucionario, va a conseguir romper un SHA256 y mucho menos en el plazo de tiempo de un bloque.
Un ordenador cuántico usaría el algoritmo de Grover lo que le da un máximo de 2^n/2 posibilidades en lugar de 2^n de un ordenador clásico. En el caso del bitcoin, que usa SHA256 seguiría existiendo 2^128 posibilidades (3,402823669×10³⁸).
Así que ya os podéis quitar esas caricias de la cabeza. Ningún ordenador, a no ser que se descubra algo realmente revolucionario, va a conseguir romper un SHA256 y mucho menos en el plazo de tiempo de un bloque.