A mi también me gustaría saberlo y no tengo ni idea pero mientras lo adivinamos está muriendo demasiada gente.
Somos el tercer país más cliente de los doscientos y pico del planeta, dos de cada cinco españoles reconocen irse de pilinguis alguna vez y uno de cada cinco lo hace a menudo, esto es, con un gasto de 127 euros al mes de promedio, unos 1530 euros al año, el triple de lo que invierte en fruta y verdura. Global Freedom Network calcula que los 3.000 burdeles del país han hecho que el número de cortesanas que ejercen en España ascienda hasta las 400.000 profesionales cuando, según la Asociación para la Reinserción de Mujeres Prostituidas, en Europa al completo apenas hay poco más de un millón de pilinguis. Eso significa que España, que sería el líder indiscutible en turismo sensual si Tailandia y Puerto Rico escondieran solo un poquitín sus garitos, tiene en su suelo a cerca de la mitad de las meretrices europeas, casi el 1% de las mujeres que hay en este país se están prostituyendo; tenemos más de diez pilinguis por cada dentista colegiado.
Pero no sabemos dónde se está contagiando la gente.