Es poesía de instagram, en plan pensamiento positivo y toda esa hez.
Poesía muy menor, ínfima, pero que a los adolescentes (y a los blandengues de cualquier edad, sobre todo mujeres) les impacta y entusiasma. Las editoriales han visto el filón y se han propuesto convertir en poetas consagrados a autores que ni de coña dan el nivel: este venezolano, Elvira Sastre y compañía.
Lo de los premios es solo parte de la estrategia promocional. En realidad hoy en día un premio literario es más un anticipo que otra cosa.