Pequeña «mansión»
Pedro, en cambio, está contento con sus 30 metros cuadrados. Su casa, comparada con su anterior estudio de 15 metros cuadrados, parece una mansión que, bien decorada, le resulta confortable. «Tiene una habitación, un salón, una cocina y un baño. El único problema es la cocina, de dos metros cuadrados, igual de grande que un armario. Por lo demás, estoy contento».
Pedro paga por su casa, en la zona de Argüelles, 450 euros mensuales de alquiler. El precio es moderado, dentro de lo que cabe, porque llegó hace tiempo y su contrato sube anualmente el incremento del IPC. Apartamentos como el suyo, en el mismo edificio, se están alquilando ahora por más de 660 euros.
El que tampoco tiene grandes problemas de metros es David. Vive de alquiler en el madrileño barrio de Malasaña. Su casa tiene cerca de 45 metros cuadrados, lo que, para dos personas –comparte piso con su pareja– parece suficiente. Sin embargo, su problema es otro. Con cerca de 1,80 de altura, cada vez que entra en su hogar, David se ve obligado a estar encorvado en más de la mitad de la casa, porque los techos de la buhardilla son muy bajos. «Al final, terminas acostumbrándote».
