ARIEL BOLUDOVSKY
Guest
«Sentimos un fuerte impacto, como una explosión, y caímos dando
vueltas»
PD
Miércoles, 17 de agosto 2005
«Todos sentimos un fuerte impacto, como una explosión, y nuestro
helicóptero empezó a dar vueltas hasta caer al suelo. A los otros,
que iban delante, les tuvieron que dar de lleno... Cuando tocamos
tierra, su nave ya se encontraba ardiendo».
El realato aparece en la portada de La Voz de Galicia y es el
estremecedor testimonio de uno de los supervivientes gallegos de la
tragedia que sacudió ayer al Ejército español. Parece confirmar la
tesis de que el helícóptero fue derribado, probablemente tras ser
impactado por una granada de RPG-7 disparada desde tierra.
Todavía no hay versión oficial sobre el origen del siniestro que
acabó ayer con la vida de 17 soldados en Afganistán. Doce miembros de
la Brilat de Pontevedra, diez de ellos gallegos, y los cinco miembros
de la tripulación murieron tras desplomarse el helicóptero en el que
viajaban durante un ejercicio en Herat, en el área occidental del
país.
Una segunda aeronave, en la que viajaba el militar entrevistado, cayó
poco después, provocando cuatro heridos leves. «Nuestro estado no es
grave y todavía no nos han dicho nada sobre lo que pasará con
nosotros», relató al otro lado del teléfono la misma fuente, cuya
identidad prefiere mantener en el anonimato.
Este testimonio fue confirmado a La Voz por fuentes de la familia de
uno de los fallecidos. Según ellos, el piloto del segundo aparato les
llamó para informarles de la gloria de su hijo y les dijo: «Su
helicóptero fue derribado. Recibieron fuego desde tierra, fueron
atacados».
Estos dos testimonios ponen en evidencia la versión dada ayer por el
ministro de Defensa. Según José Bono, a las 11.01 hora local (dos
horas y media menos en España), se tuvo conocimiento de que un
helicóptero Cougar había visto una columna de humo zaino en un valle
situado al sur de la ciudad de Herat.
Según Bono, el piloto no vio lo que le había sucedido al helicóptero
siniestrado, pero pensó que había sido objeto de un ataque desde
tierra, lo que le llevó a aterrizar.
Como consecuencia del brusco aterrizaje cinco militares resultaron
heridos leves y uno de ellos hubo de ser ingresado con una crisis de
ansiedad. Nada dijo el ministro del fuego sobre el primer aparato y de
que el segundo helicóptero hubiera sido igualmente atacado.
«Siniestro»
El ministro calificó lo ocurrido de «siniestro», pues según los
informes que maneja el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) «ha podido
tratarse de un accidente o de un ataque desde el exterior». El EMAD
constituyó diez minutos después de producirse la tragedia una célula
de crisis dirigida por el Jefe de Estado Mayor, general Félix Sanz, y
en un primer momento dio crédito «exclusivamente» a la hipótesis
del accidente. No obstante, tras ver las fotografías enviadas desde
Herat del lugar conde cayó el aparato, una llanura circundada por
montañas, no descartaron que hubiera sido blanco de un ataque porque
el lugar no entraña dificultad para un aterrizaje de emergencia en
caso de avería.
Otro dato que, para el Ministerio, refuerza la hipótesis del ataque es
que estos vuelos tácticos se realizan, por razones de seguridad, a muy
baja altura, en ocasiones a entre tres y diez metros del suelo.
No obstante, fuentes militares subrayaron la dificultad que entrañan
estos vuelos tan pegados al terreno, que son «muy difíciles de
recuperar en caso de que, por cualquier motivo, el aparato sufra un
desequilibrio». Bono subrayó que el helicóptero estaba en «perfecto
estado», había superado todas las revisiones y tenía en regla los
certificados de aeronavegabilidad.
Grupos hostiles
Preguntado por la posible existencia en la región de grupos armados
hostiles a la presencia de los militares extranjeros, el titular de
Defensa señaló que, de acuerdo con los informes de los servicios de
inteligencia que «han peinado la zona», los grupos humanos presentes
en la zona son «personal amigo».
En su reciente visita al contingente español, el ministro se reunió
en Qala-i-Naw con autoridades locales, entre ellas con el mulá, que
avisó de que consideraría «un mal de la religión del amor» a quien atacase a los
españoles, «que han venido a ayudar».
TRANSPORTE DE TROPAS.
Los dos helicópteros que fueron atacados ayer en Afganistán son del
modelo Cougar. Sirven para el transporte rápido de pequeñas unidades
a la zona de combate
vueltas»
PD
Miércoles, 17 de agosto 2005
«Todos sentimos un fuerte impacto, como una explosión, y nuestro
helicóptero empezó a dar vueltas hasta caer al suelo. A los otros,
que iban delante, les tuvieron que dar de lleno... Cuando tocamos
tierra, su nave ya se encontraba ardiendo».
El realato aparece en la portada de La Voz de Galicia y es el
estremecedor testimonio de uno de los supervivientes gallegos de la
tragedia que sacudió ayer al Ejército español. Parece confirmar la
tesis de que el helícóptero fue derribado, probablemente tras ser
impactado por una granada de RPG-7 disparada desde tierra.
Todavía no hay versión oficial sobre el origen del siniestro que
acabó ayer con la vida de 17 soldados en Afganistán. Doce miembros de
la Brilat de Pontevedra, diez de ellos gallegos, y los cinco miembros
de la tripulación murieron tras desplomarse el helicóptero en el que
viajaban durante un ejercicio en Herat, en el área occidental del
país.
Una segunda aeronave, en la que viajaba el militar entrevistado, cayó
poco después, provocando cuatro heridos leves. «Nuestro estado no es
grave y todavía no nos han dicho nada sobre lo que pasará con
nosotros», relató al otro lado del teléfono la misma fuente, cuya
identidad prefiere mantener en el anonimato.
Este testimonio fue confirmado a La Voz por fuentes de la familia de
uno de los fallecidos. Según ellos, el piloto del segundo aparato les
llamó para informarles de la gloria de su hijo y les dijo: «Su
helicóptero fue derribado. Recibieron fuego desde tierra, fueron
atacados».
Estos dos testimonios ponen en evidencia la versión dada ayer por el
ministro de Defensa. Según José Bono, a las 11.01 hora local (dos
horas y media menos en España), se tuvo conocimiento de que un
helicóptero Cougar había visto una columna de humo zaino en un valle
situado al sur de la ciudad de Herat.
Según Bono, el piloto no vio lo que le había sucedido al helicóptero
siniestrado, pero pensó que había sido objeto de un ataque desde
tierra, lo que le llevó a aterrizar.
Como consecuencia del brusco aterrizaje cinco militares resultaron
heridos leves y uno de ellos hubo de ser ingresado con una crisis de
ansiedad. Nada dijo el ministro del fuego sobre el primer aparato y de
que el segundo helicóptero hubiera sido igualmente atacado.
«Siniestro»
El ministro calificó lo ocurrido de «siniestro», pues según los
informes que maneja el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) «ha podido
tratarse de un accidente o de un ataque desde el exterior». El EMAD
constituyó diez minutos después de producirse la tragedia una célula
de crisis dirigida por el Jefe de Estado Mayor, general Félix Sanz, y
en un primer momento dio crédito «exclusivamente» a la hipótesis
del accidente. No obstante, tras ver las fotografías enviadas desde
Herat del lugar conde cayó el aparato, una llanura circundada por
montañas, no descartaron que hubiera sido blanco de un ataque porque
el lugar no entraña dificultad para un aterrizaje de emergencia en
caso de avería.
Otro dato que, para el Ministerio, refuerza la hipótesis del ataque es
que estos vuelos tácticos se realizan, por razones de seguridad, a muy
baja altura, en ocasiones a entre tres y diez metros del suelo.
No obstante, fuentes militares subrayaron la dificultad que entrañan
estos vuelos tan pegados al terreno, que son «muy difíciles de
recuperar en caso de que, por cualquier motivo, el aparato sufra un
desequilibrio». Bono subrayó que el helicóptero estaba en «perfecto
estado», había superado todas las revisiones y tenía en regla los
certificados de aeronavegabilidad.
Grupos hostiles
Preguntado por la posible existencia en la región de grupos armados
hostiles a la presencia de los militares extranjeros, el titular de
Defensa señaló que, de acuerdo con los informes de los servicios de
inteligencia que «han peinado la zona», los grupos humanos presentes
en la zona son «personal amigo».
En su reciente visita al contingente español, el ministro se reunió
en Qala-i-Naw con autoridades locales, entre ellas con el mulá, que
avisó de que consideraría «un mal de la religión del amor» a quien atacase a los
españoles, «que han venido a ayudar».
TRANSPORTE DE TROPAS.
Los dos helicópteros que fueron atacados ayer en Afganistán son del
modelo Cougar. Sirven para el transporte rápido de pequeñas unidades
a la zona de combate