Refused
Madmaxista
Muy interesante la entrevista, no es exactamente una entrevista sobre la burbuja inmobiliria sino mas bien sobre economia, pero me parece muy interesante, por que nuevamente se dicen cosas que aqui se llevan comentando durante mucho tiempo:
EDITO: Habla de burbuja americana y de como esta, lastra el crecimiento... ya veremos cuando nos toque a nosotros digerirla...
Edmund Phelps: "Es cuestión de tiempo: China e India serán más fuertes que la vieja Europa"
Edmund Phelps es el último premio Nobel de Economía. Se hizo famoso en los años sesenta por su teoría sobre la "tasa natural de desempleo", que se explica por motivos estructurales y no por motivos de política monetaria.
Con la misma, se distanciaba de la teoría al uso de la época en la que se afirmaba que se puede aumentar el empleo mediante una inflación más alta.
Según Phelps, las cuentas solo pueden funcionar a corto plazo: a largo plazo, los operadores del mercado se adaptan, descubren el juego con la ilusión del dinero.
Pregunta: Usted ha dicho que en Europa se considera el capitalismo tan malo jovenlandesalmente como la energía nuclear o las fábricas donde se explotan a los trabajadores. ¿Qué quiere usted decir?
Respuesta: Ganar dinero en Europa no está muy bien visto. Cuando propuse hace cinco años crear el día del empresario, la gente se rió. Se justifica antes a alguien que ha heredado su dinero que a quien se lo ha ganado. En América es exactamente lo contrario.
P: ¿Pero la UE no ha cambiado profundamente la situación? Al intensificar la competencia entre los Estados miembros, se fortalece el espíritu empresarial.
R: La UE es muy buena con las grandes promesas. Pero ¿qué fue de la revolucionaria idea del Mercado interior de 1992? Bruselas había prometido una explosión de bienestar e innovación. En realidad, y no estoy exagerando, las consecuencias fueron grandes avances administrativos. En el año 2000 los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometieron a aumentar la competitividad mediante la Estrategia de Lisboa…
P ... con la que los europeos quieren adelantar a los americanos antes del 2010...
R: Ahora los expertos lo que se preguntan es en qué año China o India se colocarán por delante de la UE. Y lo que es más, en poco tiempo se hará patente el problema demográfico que va a poner en apuros a los europeos, lo que además va a frenar la dinámica e innovación. Quién sabe cuántos Mozart no van a nacer debido a la baja tasa de natalidad. Es decir, para un auténtico auge económico, al viejo continente le faltan simplemente los prerrequisitos.
P: En estos momentos, se ralentiza el crecimiento en EEUU, mientras que en Europa, según todo pronóstico, está aumentando. ¿No contradice esto su tesis?
R: Para que no haya malentendidos, aclaro que hasta ahora he hablado de desarrollos a largo plazo. Las acciones presentes a corto plazo se mueven en esta tendencia, ya que Europa puede por una vez tener un crecimiento más fuerte que América durante dos años. Nosotros en este momento estamos digiriendo la burbuja inmobiliaria.
P: Acaban de galardonarle con el premio Nobel de Economía en Estocolmo. Escandinavia puede valer como demostración del éxito en la combinación entre estado de bienestar y la economía de mercado. ¿Cuál es su opinión?
R: No hay muchos suecos que piensen que su país posea un buen modelo económico. Puede ser que lo consideren mejor que el de Alemania, pero no están contentos con una fuerza de innovación que es débil y una capacidad de riesgo insuficiente por parte de los ciudadanos. También hay quejas de un Estado de Derecho, que ya no hay quien lo pare.
P: En Alemania hubo infinidad de reformas. ¿Eso no cuenta?
R: Yo sé valorar positivamente que Gerhard Schröder ha bajado algunos impuestos y que Ángela Merkel quiere reducir algunas prestaciones del estado de bienestar. Pero no creo que esto vaya a transformar la economía alemana. No se mueve mucho. Es necesaria una reforma estructural, que fortalezca la fuerza empresarial, mejore el sector financiero y facilite las innovaciones. En una palabra: se debe aumentar la dinámica.
P: ¿Qué haría usted, abolir los sindicatos?
R Las asociaciones de trabajadores son fuerzas socialmente productivas. Recopilan informaciones valiosas para sus miembros, como los sueldos de otros empleos o sectores. Facilitan también información a la dirección sobre lo que quieren los trabajadores, ya sea un nuevo aparcamiento o cualquier otra cosa. Pero cuando los representantes de los trabajadores se sientan en el consejo de administración y participan en las decisiones de colocación, entonces ahí se llega demasiado lejos. Sería como exigirle al compositor que respetara los deseos de la orquesta. El artista sólo es responsable de su obra.
P: Es decir, ¿los trabajadores son jefes ineptos?
R: Sí. Pero no porque sean menos listos, sino porque siguen otra lógica. La cogestión en el nivel empresarial da muestras de que los alemanes tienen poca confianza en las cosas económicamente más fáciles. Qué raro es encontrar una buena idea empresarial y qué difícil es ponerla en práctica. Los sindicalistas están interesados en primer lugar en mantener los puestos de trabajo en las empresas. Pero esto ofrece pocos estímulos para dinamizar la economía. La sociedad debe ser capaz de encontrar nuevas ideas que se puedan poner en práctica. De eso vive un país, así consigue su población un mayor bienestar a la larga. Pero todo esto solo es posible si llegan nuevos empresarios al mercado que puedan expandirse y no estén constantemente limitados por el personal y sus sindicatos.
P: ¿Por qué tienen los empresarios una imagen tan mala en Europa?
R: En Francia se da por hecho que un empresario proviene de una familia rica y con solera y que su riqueza se ha ido consolidando durante cuatro o cinco generaciones. Los trabajadores no pueden identificarse con ellos, no se solidarizan con sus intereses, ya que consideran muy poco probable que ellos mismos lleguen a ser autónomos.
P: ¿Y esto lo sienten no sólo como una pérdida económica sino también individual?
R: Una buena vida es la que se toman riesgos, se solucionan problemas y se es feliz por ello. ¿Que haríamos sin la emoción de los descubrimientos? Por supuesto, una vida aventurera exige un tributo. Pero si las personas no están preparadas para tomar riesgos viven una vida aburrida. Es una pena.
P: La gran cantidad de sueldos precarios que están vegetando en el límite digno de la existencia, ¿no renuncian voluntariamente a una vida aventurera?
R: De hecho en EEUU se paga, en los puestos más bajos de la escala laboral, unos sueldos tan perversoss que estos trabajadores apenas pueden desempeñar ningún papel en la sociedad. Sólo con mucho esfuerzo pueden criar a sus hijos para poder ofrecerles las mismas posibilidades que tienen los demás. En una palabra: padecen mucho por los sueldos precarios. Y por eso se lanzan a cualquier tejemaneje ilegal o se acomodan todavía más en las prestaciones sociales. No buscan un empleo estable, están desmotivados y no siguen formándose. Y esto a su vez es lo que desanima a los empresarios.
P: ¿Entonces el estado de bienestar europeo es una bendición?
R: De ningún modo. Necesitamos subvenciones para los sueldos precarios. El Estado bonifica a las empresas por contratar a estos trabajadores, lo que conlleva un efecto de dignificación y un aumento de la productividad de los trabajadores, quienes producen no sólo mercancías o servicios sino que obtienen también sus propias subvenciones.
P: En su libro 'Rewarding Work' ('Remunerar el trabajo') reivindica usted subvenciones del sueldo, que hasta ahora habrían supuesto unos 125.000 millones de dólares o el 1,5 por ciento del Producto Interior Bruto de EE.UU. Un plan así hasta en la misma Europa se hubiera considerado como un escándalo debido a su alto coste.
R: Al revés, no es dinero suficiente. Debería llegar al 2 por ciento. El Congreso americano gasta en un abrir y cerrar de ojos más de tres o cuatro veces esa cantidad de dinero, pero para cosas inútiles, como los medicamentos gratis para las personas mayores.
P: En otro orden de cosas, usted no tiene ninguna confianza en el capitalismo. Por ejemplo, habla de la incrustación de las empresas por los monopolios.
R: Las empresas como Microsoft se agarran bien en el mercado. Se necesita mucho tiempo para echarlas de su trono. Las empresas competidoras tienen que invertir mucho dinero. En mi opinión, se deberían eliminar después de un cierto tiempo. No que se destruyan, sino que se pongan a la venta en sus partes constituyentes. Puede que me esté equivocando pero hay demasiado gigante empresarial.
P: ¿Deberían crear los bancos centrales puestos de trabajo?
R: Si yo quisiera ser un poco pillo le respondería que en un Banco Central no suele haber más de 1.000 personas trabajando. Ahora en serio, no creo que eso sea una buena idea. Con frecuencia las fuerzas estructurales llevan la tasa del paro hacia un nivel incómodo. Si intervienen los bancos centrales y baja el paro mediante la bajada de los tipos de interés por debajo de su tasa natural, entonces, más tarde o más temprano, llega la inflación.
P: Sí, pero el antiguo gobernador del Banco Central de EEUU, Alan Greenspan fue aplaudido por bajar considerablemente los tipos de interés en 2001 y 2002, suavizando así la recesión
R: Alan Greenspan puede ser admirado por ser un salvador en momentos de necesidad y haber evitado una tasa de paro más alta, pero reaccionó simplemente ante una tasa de inflación a la baja. Puede que el mercado sea mucho más resistente de lo que se piensa normalmente, y el Banco Central menos responsable de lo que se cree.
P: Cambio de tema: Seguridad energética. Hace poco varios gigantes empresariales pidieron al Congreso de EEUU reducir su consumo de petróleo a la mitad para el 2030.
R En general, no me gusta que los ciudadanos o asociaciones soliciten decretos de esta manera sin plantearse claramente cuánto cuesta conseguir tales objetivos y cómo se pueden poner en práctica. Puede resultar una idea peligrosa. Por otro lado, casi siempre es bueno alertar de los peligros.
P: Como el cambio climático, ¿no?
R: Hay que luchar contra el calentamiento global. Pero con estas propuestas de aficionados no me siento yo muy a gusto.
P: ¿Qué sería mejor?
R: Avanzar mediante precios e impuestos, en lugar de plantear plazos. Se podría comenzar con un impuesto alto sobre la gasolina. En Europa el precio de la gasolina es claramente más alto.
EDITO: Habla de burbuja americana y de como esta, lastra el crecimiento... ya veremos cuando nos toque a nosotros digerirla...
Edmund Phelps: "Es cuestión de tiempo: China e India serán más fuertes que la vieja Europa"
Edmund Phelps es el último premio Nobel de Economía. Se hizo famoso en los años sesenta por su teoría sobre la "tasa natural de desempleo", que se explica por motivos estructurales y no por motivos de política monetaria.
Con la misma, se distanciaba de la teoría al uso de la época en la que se afirmaba que se puede aumentar el empleo mediante una inflación más alta.
Según Phelps, las cuentas solo pueden funcionar a corto plazo: a largo plazo, los operadores del mercado se adaptan, descubren el juego con la ilusión del dinero.
Pregunta: Usted ha dicho que en Europa se considera el capitalismo tan malo jovenlandesalmente como la energía nuclear o las fábricas donde se explotan a los trabajadores. ¿Qué quiere usted decir?
Respuesta: Ganar dinero en Europa no está muy bien visto. Cuando propuse hace cinco años crear el día del empresario, la gente se rió. Se justifica antes a alguien que ha heredado su dinero que a quien se lo ha ganado. En América es exactamente lo contrario.
P: ¿Pero la UE no ha cambiado profundamente la situación? Al intensificar la competencia entre los Estados miembros, se fortalece el espíritu empresarial.
R: La UE es muy buena con las grandes promesas. Pero ¿qué fue de la revolucionaria idea del Mercado interior de 1992? Bruselas había prometido una explosión de bienestar e innovación. En realidad, y no estoy exagerando, las consecuencias fueron grandes avances administrativos. En el año 2000 los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometieron a aumentar la competitividad mediante la Estrategia de Lisboa…
P ... con la que los europeos quieren adelantar a los americanos antes del 2010...
R: Ahora los expertos lo que se preguntan es en qué año China o India se colocarán por delante de la UE. Y lo que es más, en poco tiempo se hará patente el problema demográfico que va a poner en apuros a los europeos, lo que además va a frenar la dinámica e innovación. Quién sabe cuántos Mozart no van a nacer debido a la baja tasa de natalidad. Es decir, para un auténtico auge económico, al viejo continente le faltan simplemente los prerrequisitos.
P: En estos momentos, se ralentiza el crecimiento en EEUU, mientras que en Europa, según todo pronóstico, está aumentando. ¿No contradice esto su tesis?
R: Para que no haya malentendidos, aclaro que hasta ahora he hablado de desarrollos a largo plazo. Las acciones presentes a corto plazo se mueven en esta tendencia, ya que Europa puede por una vez tener un crecimiento más fuerte que América durante dos años. Nosotros en este momento estamos digiriendo la burbuja inmobiliaria.
P: Acaban de galardonarle con el premio Nobel de Economía en Estocolmo. Escandinavia puede valer como demostración del éxito en la combinación entre estado de bienestar y la economía de mercado. ¿Cuál es su opinión?
R: No hay muchos suecos que piensen que su país posea un buen modelo económico. Puede ser que lo consideren mejor que el de Alemania, pero no están contentos con una fuerza de innovación que es débil y una capacidad de riesgo insuficiente por parte de los ciudadanos. También hay quejas de un Estado de Derecho, que ya no hay quien lo pare.
P: En Alemania hubo infinidad de reformas. ¿Eso no cuenta?
R: Yo sé valorar positivamente que Gerhard Schröder ha bajado algunos impuestos y que Ángela Merkel quiere reducir algunas prestaciones del estado de bienestar. Pero no creo que esto vaya a transformar la economía alemana. No se mueve mucho. Es necesaria una reforma estructural, que fortalezca la fuerza empresarial, mejore el sector financiero y facilite las innovaciones. En una palabra: se debe aumentar la dinámica.
P: ¿Qué haría usted, abolir los sindicatos?
R Las asociaciones de trabajadores son fuerzas socialmente productivas. Recopilan informaciones valiosas para sus miembros, como los sueldos de otros empleos o sectores. Facilitan también información a la dirección sobre lo que quieren los trabajadores, ya sea un nuevo aparcamiento o cualquier otra cosa. Pero cuando los representantes de los trabajadores se sientan en el consejo de administración y participan en las decisiones de colocación, entonces ahí se llega demasiado lejos. Sería como exigirle al compositor que respetara los deseos de la orquesta. El artista sólo es responsable de su obra.
P: Es decir, ¿los trabajadores son jefes ineptos?
R: Sí. Pero no porque sean menos listos, sino porque siguen otra lógica. La cogestión en el nivel empresarial da muestras de que los alemanes tienen poca confianza en las cosas económicamente más fáciles. Qué raro es encontrar una buena idea empresarial y qué difícil es ponerla en práctica. Los sindicalistas están interesados en primer lugar en mantener los puestos de trabajo en las empresas. Pero esto ofrece pocos estímulos para dinamizar la economía. La sociedad debe ser capaz de encontrar nuevas ideas que se puedan poner en práctica. De eso vive un país, así consigue su población un mayor bienestar a la larga. Pero todo esto solo es posible si llegan nuevos empresarios al mercado que puedan expandirse y no estén constantemente limitados por el personal y sus sindicatos.
P: ¿Por qué tienen los empresarios una imagen tan mala en Europa?
R: En Francia se da por hecho que un empresario proviene de una familia rica y con solera y que su riqueza se ha ido consolidando durante cuatro o cinco generaciones. Los trabajadores no pueden identificarse con ellos, no se solidarizan con sus intereses, ya que consideran muy poco probable que ellos mismos lleguen a ser autónomos.
P: ¿Y esto lo sienten no sólo como una pérdida económica sino también individual?
R: Una buena vida es la que se toman riesgos, se solucionan problemas y se es feliz por ello. ¿Que haríamos sin la emoción de los descubrimientos? Por supuesto, una vida aventurera exige un tributo. Pero si las personas no están preparadas para tomar riesgos viven una vida aburrida. Es una pena.
P: La gran cantidad de sueldos precarios que están vegetando en el límite digno de la existencia, ¿no renuncian voluntariamente a una vida aventurera?
R: De hecho en EEUU se paga, en los puestos más bajos de la escala laboral, unos sueldos tan perversoss que estos trabajadores apenas pueden desempeñar ningún papel en la sociedad. Sólo con mucho esfuerzo pueden criar a sus hijos para poder ofrecerles las mismas posibilidades que tienen los demás. En una palabra: padecen mucho por los sueldos precarios. Y por eso se lanzan a cualquier tejemaneje ilegal o se acomodan todavía más en las prestaciones sociales. No buscan un empleo estable, están desmotivados y no siguen formándose. Y esto a su vez es lo que desanima a los empresarios.
P: ¿Entonces el estado de bienestar europeo es una bendición?
R: De ningún modo. Necesitamos subvenciones para los sueldos precarios. El Estado bonifica a las empresas por contratar a estos trabajadores, lo que conlleva un efecto de dignificación y un aumento de la productividad de los trabajadores, quienes producen no sólo mercancías o servicios sino que obtienen también sus propias subvenciones.
P: En su libro 'Rewarding Work' ('Remunerar el trabajo') reivindica usted subvenciones del sueldo, que hasta ahora habrían supuesto unos 125.000 millones de dólares o el 1,5 por ciento del Producto Interior Bruto de EE.UU. Un plan así hasta en la misma Europa se hubiera considerado como un escándalo debido a su alto coste.
R: Al revés, no es dinero suficiente. Debería llegar al 2 por ciento. El Congreso americano gasta en un abrir y cerrar de ojos más de tres o cuatro veces esa cantidad de dinero, pero para cosas inútiles, como los medicamentos gratis para las personas mayores.
P: En otro orden de cosas, usted no tiene ninguna confianza en el capitalismo. Por ejemplo, habla de la incrustación de las empresas por los monopolios.
R: Las empresas como Microsoft se agarran bien en el mercado. Se necesita mucho tiempo para echarlas de su trono. Las empresas competidoras tienen que invertir mucho dinero. En mi opinión, se deberían eliminar después de un cierto tiempo. No que se destruyan, sino que se pongan a la venta en sus partes constituyentes. Puede que me esté equivocando pero hay demasiado gigante empresarial.
P: ¿Deberían crear los bancos centrales puestos de trabajo?
R: Si yo quisiera ser un poco pillo le respondería que en un Banco Central no suele haber más de 1.000 personas trabajando. Ahora en serio, no creo que eso sea una buena idea. Con frecuencia las fuerzas estructurales llevan la tasa del paro hacia un nivel incómodo. Si intervienen los bancos centrales y baja el paro mediante la bajada de los tipos de interés por debajo de su tasa natural, entonces, más tarde o más temprano, llega la inflación.
P: Sí, pero el antiguo gobernador del Banco Central de EEUU, Alan Greenspan fue aplaudido por bajar considerablemente los tipos de interés en 2001 y 2002, suavizando así la recesión
R: Alan Greenspan puede ser admirado por ser un salvador en momentos de necesidad y haber evitado una tasa de paro más alta, pero reaccionó simplemente ante una tasa de inflación a la baja. Puede que el mercado sea mucho más resistente de lo que se piensa normalmente, y el Banco Central menos responsable de lo que se cree.
P: Cambio de tema: Seguridad energética. Hace poco varios gigantes empresariales pidieron al Congreso de EEUU reducir su consumo de petróleo a la mitad para el 2030.
R En general, no me gusta que los ciudadanos o asociaciones soliciten decretos de esta manera sin plantearse claramente cuánto cuesta conseguir tales objetivos y cómo se pueden poner en práctica. Puede resultar una idea peligrosa. Por otro lado, casi siempre es bueno alertar de los peligros.
P: Como el cambio climático, ¿no?
R: Hay que luchar contra el calentamiento global. Pero con estas propuestas de aficionados no me siento yo muy a gusto.
P: ¿Qué sería mejor?
R: Avanzar mediante precios e impuestos, en lugar de plantear plazos. Se podría comenzar con un impuesto alto sobre la gasolina. En Europa el precio de la gasolina es claramente más alto.
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