la mosca cojonera
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España
06-06-2005
Lo que Aznar prometía a ETA en 1998
Francesc de P. Burgera
diariodirecto.com
El 2 de octubre de 1998, el presidente Aznar anunció solemnemente, en
una comparecencia en las escaleras de La Moncloa, que estaba
dispuesto a poner en marcha el proceso de paz si ETA acreditaba de
forma inequívoca que su abandono de la violencia tiene carácter
definitivo. Aznar se mostró dispuesto a activar las previsiones
contenidas en el Pacto de Ajuria Enea, en sus puntos 9, 10 y 12, que
se refieren a la apertura de un proceso de reinserción de los presos
y exiliados de ETA, la apertura de un diálogo entre los poderes
competentes del Estado y quienes abandonen la violencia, separado del
que mantengan las fuerzas políticas. El proceso de paz incluiría, en
una primera fase, la flexibilización de la política penitenciaria,
que lleva consigo el acercamiento de los presos a las cárceles
vascas, la concesión de terceros grados y, finalmente, indultos.
Este proceso de paz exige la participación de todos los partidos
democráticos y, en especial, los firmantes del Pacto de Ajuria Enea.
Este anuncio del presidente fue saludado favorablemente por los
medios de comunicación, con editoriales respaldando a Aznar por parte
de 'El País' y 'El Mundo'. Un mes más tarde, el 3 de noviembre, Aznar
da un paso más y anuncia el establecimiento de contactos con
interlocutores del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, término
inusual y rechazado siempre por el Ejecutivo, con el objetivo de
"acreditar la voluntad de la organización terrorista de dar los pasos
necesarios para abrir un proceso de paz mediante el cese definitivo
de la violencia".
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, declaraba que "lo importante
ahora es acreditar la voluntad real por parte de ETA de abandonar las
armas y de eliminar algunos equívocos que todavía se siguen
produciendo, en relación, por ejemplo, a la inquietud de empresarios
vascos en cuanto al impuesto revolucionario o episodios de violencia
reciente que todavía no han sido condenados". El diario 'El Mundo',
publica un editorial al día siguiente, titulado "Otro valiente paso
de Aznar hacia la paz". Y terminaba con estas palabras: "Ante asunto
de tanta trascendencia, los celos partidistas están de más. Si la paz
se lograse, nunca será exclusiva de Aznar: corresponderá a todos
cuantos la hayan propiciado". Y es que en el PSOE se habían quejado
de que esta decisión del presidente del Gobierno de iniciar contactos
con ETA, le fuese comunicada previamente al PNV pero no a los
dirigentes del Partido Socialista.
El día 5, dos días después, el vicepresidente primero del Gobierno,
Álvarez Cascos, pedía a ETA que designase a sus interlocutores para
que el Gobierno pueda iniciar conversaciones con esta organización.
El Gobierno ya ha dicho quién es el interlocutor: "El propio
Gobierno". Ese mismo día, el presidente Aznar, durante la
presentación de la revista 'La aventura de la historia', se
reafirmaba en su propuesta y declaraba estar dispuesto "al perdón y
la generosidad" si ETA renuncia definitivamente a las armas. Esto es
lo que pasaba en 1998. Nadie, sin embargo, se dirigió a Aznar
acusándole de estar "traicionando a los perecidos".
No sólo por entablar diálogos con ETA sino por ofrecer a los presos
el acercamiento al País Vasco, terceros grados, libertades
condicionales, hasta ¡indultos! Es decir, "perdón y generosidad". Ni
a la Asociación de Víctimas del Terrorismo se le ocurrió convocar una
manifestación en protesta por estas deferencias de Aznar con los
terroristas. Ni Aznar se encontró con la cantidad de insultos y
descalificaciones que se le han dedicado a Zapatero por pedir,
simplemente, al Congreso, autorización para de acuerdo con el Pacto
de Ajuria Enea, si ETA manifiesta "una clara voluntad para poner fin
a la violencia y da muestras inequívocas", abrir procesos de diálogo
"entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar
la violencia, respetando en todo momento el principio irrenunciable
de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través
de los representantes legítimos de la volunta popular".
Esto es lo que Zapatero pide: que el Congreso le respalde a iniciar
un proceso. No ha hablado de "perdones" ni de "generosidades", ni de
"terceros grados" ni de "indultos". Sólo quiere abrir un camino. ¿A
qué viene, entonces, tanta algarabía, tanto insulto, tanto
despropósito? ¿Qué pretenden los señores políticos del PP y sus
medios de comunicación con sus palmeros? ¿Y la Iglesia, con los
obispos lanzando homilías con la acusación al presidente Zapatero de
"traicionar a los perecidos", siguiendo los pasos del señor Rajoy? Y el
presidente de la Asociación de las Víctimas, señor Alcaraz, corriendo
a convocar una manifestación en contra de que se establezca un
diálogo con ETA si ésta abandona la violencia. ¿Por qué el presidente
Zapatero no puede iniciar un proceso de paz y el señor Aznar sí? ¿Por
qué a Zapatero se le insulta cuando a Aznar se le ensalzaba por hacer
lo mismo? Sencillamente, y no le den más vueltas: es que Aznar era
uno de los suyos. Usan el terrorismo de forma partidista.
www.rebelion.org/noticia.php?id=16131
06-06-2005
Lo que Aznar prometía a ETA en 1998
Francesc de P. Burgera
diariodirecto.com
El 2 de octubre de 1998, el presidente Aznar anunció solemnemente, en
una comparecencia en las escaleras de La Moncloa, que estaba
dispuesto a poner en marcha el proceso de paz si ETA acreditaba de
forma inequívoca que su abandono de la violencia tiene carácter
definitivo. Aznar se mostró dispuesto a activar las previsiones
contenidas en el Pacto de Ajuria Enea, en sus puntos 9, 10 y 12, que
se refieren a la apertura de un proceso de reinserción de los presos
y exiliados de ETA, la apertura de un diálogo entre los poderes
competentes del Estado y quienes abandonen la violencia, separado del
que mantengan las fuerzas políticas. El proceso de paz incluiría, en
una primera fase, la flexibilización de la política penitenciaria,
que lleva consigo el acercamiento de los presos a las cárceles
vascas, la concesión de terceros grados y, finalmente, indultos.
Este proceso de paz exige la participación de todos los partidos
democráticos y, en especial, los firmantes del Pacto de Ajuria Enea.
Este anuncio del presidente fue saludado favorablemente por los
medios de comunicación, con editoriales respaldando a Aznar por parte
de 'El País' y 'El Mundo'. Un mes más tarde, el 3 de noviembre, Aznar
da un paso más y anuncia el establecimiento de contactos con
interlocutores del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, término
inusual y rechazado siempre por el Ejecutivo, con el objetivo de
"acreditar la voluntad de la organización terrorista de dar los pasos
necesarios para abrir un proceso de paz mediante el cese definitivo
de la violencia".
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, declaraba que "lo importante
ahora es acreditar la voluntad real por parte de ETA de abandonar las
armas y de eliminar algunos equívocos que todavía se siguen
produciendo, en relación, por ejemplo, a la inquietud de empresarios
vascos en cuanto al impuesto revolucionario o episodios de violencia
reciente que todavía no han sido condenados". El diario 'El Mundo',
publica un editorial al día siguiente, titulado "Otro valiente paso
de Aznar hacia la paz". Y terminaba con estas palabras: "Ante asunto
de tanta trascendencia, los celos partidistas están de más. Si la paz
se lograse, nunca será exclusiva de Aznar: corresponderá a todos
cuantos la hayan propiciado". Y es que en el PSOE se habían quejado
de que esta decisión del presidente del Gobierno de iniciar contactos
con ETA, le fuese comunicada previamente al PNV pero no a los
dirigentes del Partido Socialista.
El día 5, dos días después, el vicepresidente primero del Gobierno,
Álvarez Cascos, pedía a ETA que designase a sus interlocutores para
que el Gobierno pueda iniciar conversaciones con esta organización.
El Gobierno ya ha dicho quién es el interlocutor: "El propio
Gobierno". Ese mismo día, el presidente Aznar, durante la
presentación de la revista 'La aventura de la historia', se
reafirmaba en su propuesta y declaraba estar dispuesto "al perdón y
la generosidad" si ETA renuncia definitivamente a las armas. Esto es
lo que pasaba en 1998. Nadie, sin embargo, se dirigió a Aznar
acusándole de estar "traicionando a los perecidos".
No sólo por entablar diálogos con ETA sino por ofrecer a los presos
el acercamiento al País Vasco, terceros grados, libertades
condicionales, hasta ¡indultos! Es decir, "perdón y generosidad". Ni
a la Asociación de Víctimas del Terrorismo se le ocurrió convocar una
manifestación en protesta por estas deferencias de Aznar con los
terroristas. Ni Aznar se encontró con la cantidad de insultos y
descalificaciones que se le han dedicado a Zapatero por pedir,
simplemente, al Congreso, autorización para de acuerdo con el Pacto
de Ajuria Enea, si ETA manifiesta "una clara voluntad para poner fin
a la violencia y da muestras inequívocas", abrir procesos de diálogo
"entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar
la violencia, respetando en todo momento el principio irrenunciable
de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través
de los representantes legítimos de la volunta popular".
Esto es lo que Zapatero pide: que el Congreso le respalde a iniciar
un proceso. No ha hablado de "perdones" ni de "generosidades", ni de
"terceros grados" ni de "indultos". Sólo quiere abrir un camino. ¿A
qué viene, entonces, tanta algarabía, tanto insulto, tanto
despropósito? ¿Qué pretenden los señores políticos del PP y sus
medios de comunicación con sus palmeros? ¿Y la Iglesia, con los
obispos lanzando homilías con la acusación al presidente Zapatero de
"traicionar a los perecidos", siguiendo los pasos del señor Rajoy? Y el
presidente de la Asociación de las Víctimas, señor Alcaraz, corriendo
a convocar una manifestación en contra de que se establezca un
diálogo con ETA si ésta abandona la violencia. ¿Por qué el presidente
Zapatero no puede iniciar un proceso de paz y el señor Aznar sí? ¿Por
qué a Zapatero se le insulta cuando a Aznar se le ensalzaba por hacer
lo mismo? Sencillamente, y no le den más vueltas: es que Aznar era
uno de los suyos. Usan el terrorismo de forma partidista.
www.rebelion.org/noticia.php?id=16131