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Artículo de Stephen Roach, analista de Morgan Stanley, sobre la paradoja del crecimiento global y sus efectos negativos sobre el consumo
Artículo de Stephen Roach, analista de Morgan Stanley, sobre la paradoja del crecimiento global y sus efectos negativos sobre el consumo
Tras fijar la atención en un temor a la inflación durante los últimos cuatro meses, los mercados financieros ahora han devuelto su atención al debate sobre el crecimiento, y con un buen motivo.
En el clima de estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, está a punto de desenmascararse una asimetría fundamental de la globalización: la falta de soporte interno para el consumo global.
La globalización mantiene bajo presión crónica la generación de rentas salariales en el mundo desarrollado. Para el “G-7 ampliado”, el peso de los salarios reales en la renta nacional descendió hasta el 53,7% de la renta nacional bruta a principios de 2006, 2,3 puntos porcentuales por debajo de los niveles máximos alcanzados a principios de 2002.
Pese a la reciente revisión al alza, los salarios reales de la economía privada estadounidense se mantienen 360.000 millones de dólares por debajo de la trayectoria de ciclos pasados. Ahora que la burbuja inmobiliaria ha explotado, los consumidores ya no serán capaces de eludir estos menores ingresos, y el consumo podría desacelerarse bruscamente.
No es probable que otros consumidores llenen el vacío; esto es así en el mundo desarrollado debido al arbitraje del empleo y también en el mundo en desarrollo, donde la falta de una red de protección infunde una sensación de inseguridad personal. La paradoja del crecimiento global refleja el sesgo contrario al consumo inherente en la globalización.
Implicaciones de mercado: Los mercados financieros ajustan posiciones en este debate sobre el crecimiento como si se tratara de un ejercicio estándar de evaluación del riesgo cíclico. Hay muchas esperanzas de que el resultado final sea un aterrizaje suave bien orquestado.
Sin embargo, en el caso de una convulsión de la economía global posterior al estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense, la renta variable parece vulnerable y la carrera alcista de la deuda podría tener aún mayor recorrido.
Riesgos: Sin el apoyo del consumo, el aterrizaje suave podría quedar en un mero deseo. Por otro lado, en un clima de menor crecimiento global, la contracción de las rentas salariales aumenta las posibilidades de reacciones sociales y políticas –poniendo de relieve el peligro del surgimiento del proteccionismo-.