Alvin Red
El antepenúltimo del floro
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Buen articulo de un medio no burbujista El Semanal Digital
http://www.elsemanaldigital.com/arts/66903.asp?tt=
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El euribor toca el 4,30% y oprime el presupuesto de miles de familias
Carmen Tomás
La referencia más utilizada para las hipotecas tocó ayer una cifra preocupante. Ya son casi dos mensualidades más al año lo que supone la subida para una hipoteca media.
3 de mayo de 2007. El euribor, la referencia más utilizada para fijar los tipos de interés de las hipotecas, tocó ayer la barrera del 4,30%. Cientos de miles de españoles vigilan cada mes, y van diecinueve seguidos subiendo, su evolución y hacen cuentas. En este momento, la hipoteca media se ha encarecido en casi mil euros al año. Es decir, que en doce meses estamos pagando casi dos cuotas mensuales de más. El asunto empieza a ser un problema, y grave, que hay que añadir a otro no menos grave: la expectativa de un empeoramiento en lo que los economistas llaman el efecto riqueza. El propietario de un piso cuenta con que su vivienda vale una cantidad determinada y se siente tranquilo y su economía funciona, por supuesto teniendo en cuenta que tiene un empleo, pero también que tiene una casa con un valor. En este momento, los precios están cayendo y las perspectivas de futuro de esos cientos de miles de propietarios de pisos empeora. Su casa ya no vale lo que él creía que valía y los que la están pagando aún al banco ven además cómo se encarecen sus mensualidades.
Las consecuencias de estas dos variables para la economía no van a tardar mucho en verse. No se olvide además que si la Bolsa también pincha, y son cada vez más los españoles que invierten en ella, tendremos una bomba de relojería de complicado e imprevisible final. No es cuestión de ser alarmistas sino realistas. Ya no son sesudos economistas españoles u organismos internacionales y nacionales los que están alertando a nuestro país del problema que nos puede plantear el sector inmobiliario. Cada vez con mayor frecuencia prestigiosos diarios extranjeros, sobre todo norteamericanos, cuentan que España tiene un problema con la burbuja inmobiliaria. Al igual que estos días hay referencias también desde agencias de valoración de riesgo.
Es verdad que la duda es cómo y cuándo se producirá el pinchazo. Y no es un asunto menor. Ahora, datos para afirmar que se está cociendo hay para aburrir. Los plazos de venta de los pisos cada vez son más largos, la concesión de hipotecas baja y lo que se producen masivamente son renegociaciones de plazos, la jovenlandéssidad se mueve al alza después de años bajo mínimos, aumentan los dudosos... En fin, toda una serie de datos que llevan a la conclusión de que el problema está iniciándose y que aún no sabemos el alcance que pueda tener.
De lo que no cabe la menor duda es de que si el mercado inmobiliario falla y la bolsa se desinfla, los dos activos más importantes pinchan y con ellos las expectativas de los españoles sobre su futuro económico inmediato. El final de la historia sería mucho más complicado, claro, si además el empleo empezara a dar síntomas de agotamiento, algo que todavía no sucede. Pero, en todo caso, ya la sola previsión de que nuestra capacidad de endeudamiento y de gasto empeora, nos hará ser más cautos. Es decir, rebajaremos el consumo y con ello la otra pata en que se asienta el crecimiento de la economía española no podrá sostenerse. Además, no se ve en el horizonte otro modelo alternativo de crecimiento que pueda sustituir al actual. Tan sólo podrían tomarse medidas que rebajen la inflación y que flexibilicen el mercado laboral podrían ayudar a que el trastazo no fuera de un tamaño inmanejable.
Tampoco se ve en el horizonte la voluntad del Gobierno de ir en esa dirección. Si el presidente cree que el año pasado fue el mejor de la historia de la democracia y si para él las luces rojas son retos y únicamente hay en el horizonte luces verdes, pues está todo dicho. La autocomplacencia que era, según Zapatero, un rasgo conservador, se derrocha a raudales en la izquierda y no se contempla, por tanto, que nada deba cambiar.
No será desde luego por falta de economistas que vienen alertando de los peligros que merodean la economía española, cuya expansión depende en gran medida del dinero de fuera. Otro aspecto que podría cambiar si aquí las cosas se ponen antiestéticas y no se aclaran aspectos fundamentales para la imagen de país serio que tenemos, y que tendría que ver con lo ocurrido en la CNMV y en la Oficina Económica de La Moncloa a propósito de la opa a Endesa y otros casos. El crédito dura lo que dura, y si no sólo no se alimenta sino que se pierde, lo pagaremos en términos económicos y será otro aspecto negativo a sumar a los ya descritos.
Sería deseable que más a menudo las autoridades económicas, las que forman el Gobierno y sus aledaños, tocaran el suelo y orientaran a los ciudadanos sobre los peligros que nos acechan y qué piensan hacer para afrontarlos.