De particular preocupación son los 18 incidentes denunciados que ocurrieron cerca de infraestructuras nucleares y emplazamientos de armas. Si bien la AARO no encontró pruebas que sugieran que estos encuentros fueron de origen adversario, el patrón refleja las observaciones históricas del interés de los UAP en las instalaciones nucleares, un fenómeno documentado desde la década de 1940.
Bajo el liderazgo del nuevo director, el Dr. Jon Kosloski, la AARO ha mantenido un enfoque notablemente conservador en la investigación y divulgación de UAP. A diferencia de su predecesor, el Dr. Kosloski ha mantenido una presencia pública limitada, aunque el Congreso le ha otorgado a la oficina una mayor autoridad para acceder a información clasificada independientemente de los acuerdos de confidencialidad existentes.
La distribución geográfica de la actividad de los UAP ha revelado patrones sorprendentes, y los mares del este de Asia se han convertido en un foco importante de actividad. Esta región generó aproximadamente 100 informes, de los cuales 40 fueron finalmente identificados como objetos convencionales, como globos o drones. Los 60 casos restantes de esta zona siguen desafiando toda explicación, lo que plantea interrogantes sobre la naturaleza de estos encuentros y sus posibles implicaciones para la seguridad nacional.
Un avance tecnológico importante que se detalla en el informe es la introducción del sistema GREMLIN, un sofisticado conjunto de sensores diseñado para la detección y el análisis de UAP. Esta tecnología de vanguardia combina múltiples capacidades de detección, incluidos radares, sensores infrarrojos y monitoreo de radiofrecuencia, todo integrado en una plataforma de rápido despliegue. La ubicación exacta y las especificaciones detalladas del sistema Gremlin permanecen clasificadas para evitar posibles manipulaciones o interferencias de datos.
El informe, publicado el 14 de noviembre de 2024, revela que la AARO ha procesado aproximadamente 1.600 casos, con distintos grados de resolución. De ellos, 49 casos se resolvieron por completo durante el período del informe, mientras que se recomendó el cierre de 243 casos. Se consideró que 444 casos no contaban con datos suficientes para un análisis adecuado. Sin embargo, quizás lo más intrigante es que 21 casos siguen bajo investigación activa debido a sus características y comportamientos inusuales que justifican un escrutinio científico más profundo.
Este último informe representa un avance significativo en el enfoque del gobierno para la investigación de UAP, combinando métodos de investigación tradicionales con tecnología de vanguardia y rigor científico. Si bien mantiene una postura de interpretación conservadora, el reconocimiento por parte de la AARO de fenómenos verdaderamente inexplicables sugiere un enfoque más abierto a estas investigaciones que en décadas anteriores.
Mientras la AARO continúa con su misión, las próximas sesiones a puertas cerradas programadas para el 19 de noviembre de 2024 pueden brindar información adicional sobre estos misteriosos encuentros. La posible publicación de nuevas imágenes y datos de UAP podría arrojar más luz sobre la naturaleza de estos fenómenos, aunque las expectativas de revelaciones dramáticas siguen siendo moderadas entre los investigadores serios en el campo.
Mientras que AARO mantiene una estricta confidencialidad en torno a su sistema GREMLIN, el Proyecto Galileo de la Universidad de Harvard, dirigido por el Dr. Avi Loeb, está desarrollando una tecnología notablemente similar con un enfoque drásticamente diferente en cuanto a la tras*parencia. El proyecto utiliza una gama comparable de sofisticados sensores y equipos de detección, incluidas capacidades de observación multisensorial que recuerdan al sistema GREMLIN de AARO. Sin embargo, a diferencia del enfoque clasificado de AARO, el Proyecto Galileo se ha comprometido a la divulgación pública completa de sus hallazgos. El lema frecuentemente repetido del Dr. Loeb de que "el cielo no está clasificado" contrasta marcadamente con las prácticas restrictivas de AARO. A medida que el Proyecto Galileo continúa desplegando sus sistemas de observación en ubicaciones estratégicas, su compromiso con la divulgación pública puede, en última instancia, resultar más valioso para la investigación de UAP que los hallazgos clasificados de AARO, a pesar de que ambas organizaciones utilizan tecnologías de detección avanzadas similares.
Los paralelismos entre AARO y su predecesor histórico, el Proyecto Libro Azul, no han pasado desapercibidos. Si bien AARO emplea tecnología mucho más sofisticada y mantiene una mayor tras*parencia, los críticos observan patrones similares en la tendencia de la organización hacia explicaciones convencionales para fenómenos inusuales. Sin embargo, la disposición de la oficina a reconocer casos verdaderamente inexplicables sugiere un enfoque más matizado que su contraparte histórica.
Sistema GREMLIN.
Un avance tecnológico importante que se detalla en el informe es la introducción del sistema GREMLIN, un sofisticado conjunto de sensores diseñado para la detección y el análisis de UAP. Esta tecnología de vanguardia combina múltiples capacidades de detección, incluidos radares, sensores infrarrojos y monitoreo de radiofrecuencia, todo integrado en una plataforma de rápido despliegue. La ubicación exacta y las especificaciones detalladas del sistema Gremlin permanecen clasificadas para evitar posibles manipulaciones o interferencias de datos.
Jon T. Kosloski, director, en el Pentágono, de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todo Dominio (AARO).