rory
Madmaxista
- Desde
- 22 Dic 2006
- Mensajes
- 10.846
- Reputación
- 13.114
Hoy me he levantado con una sensación de vacío en mi interior. No sé por qué, pero esos primeros minutos del día, en los que aún no puedo distinguir con claridad la realidad y el sueño, marcan sin remedio el pulso del resto de la jornada. A la hora del desayuno no habría sabido identificar el motivo de mi desazón...
Sin embargo, en cuanto he salido a la calle me he dado cuenta de que hoy era uno de esos días en los que llevaba puestas las gafas de la desilusión. Cada vez me ocurre más a menudo, no logro comprender toda esta sinrazón que nos rodea. No veo personas, no veo seres humanos únicos e insustituibles... sólo veo consumidores, actores protagonistas de una red capitalista que no nos deja respirar. Sólo observo gente que ha perdido su identidad, que lleva las mismas ropas, las mismas bolsas de los mismos comercios, los mismos peinados, las mismas pegatinas en los mismos coches... gente que quiere ser como el resto, con tal de no ser diferentes, gente que vive por encima de sus posibilidades para demostrar que él también juega; gente que no entiende que nunca llegará a "ser" feliz por el camino del "tener y tener...". Gente que vende el resto de su tiempo (creo que es mucho decir) a cambio de una casa que sólo será verdaderamente suya al final de su vida, cuando consiga quitarse el grillete, respirar tranquilo por el final de la pesadilla, e inmediatamente después se dé cuenta de que no hay más vidas para hacer las cosas que nunca hizo. Dónde queda la capacidad de sorpresa, dónde quedan los posibles giros que queramos darle a nuestro destino... A los 30 años está escrito nuestro futuro. Desde que nacemos somos potenciales piezas de ajedrez.
Me da miedo pensar hasta dónde puede llegar todo esto. Me da miedo, rabia e impotencia. Porque el día de mañana quiero tener HIJOS; no marionetas sin rostro.
Os guste o no os guste, no es mío, yo no escribo así de bien
Sin embargo, en cuanto he salido a la calle me he dado cuenta de que hoy era uno de esos días en los que llevaba puestas las gafas de la desilusión. Cada vez me ocurre más a menudo, no logro comprender toda esta sinrazón que nos rodea. No veo personas, no veo seres humanos únicos e insustituibles... sólo veo consumidores, actores protagonistas de una red capitalista que no nos deja respirar. Sólo observo gente que ha perdido su identidad, que lleva las mismas ropas, las mismas bolsas de los mismos comercios, los mismos peinados, las mismas pegatinas en los mismos coches... gente que quiere ser como el resto, con tal de no ser diferentes, gente que vive por encima de sus posibilidades para demostrar que él también juega; gente que no entiende que nunca llegará a "ser" feliz por el camino del "tener y tener...". Gente que vende el resto de su tiempo (creo que es mucho decir) a cambio de una casa que sólo será verdaderamente suya al final de su vida, cuando consiga quitarse el grillete, respirar tranquilo por el final de la pesadilla, e inmediatamente después se dé cuenta de que no hay más vidas para hacer las cosas que nunca hizo. Dónde queda la capacidad de sorpresa, dónde quedan los posibles giros que queramos darle a nuestro destino... A los 30 años está escrito nuestro futuro. Desde que nacemos somos potenciales piezas de ajedrez.
Me da miedo pensar hasta dónde puede llegar todo esto. Me da miedo, rabia e impotencia. Porque el día de mañana quiero tener HIJOS; no marionetas sin rostro.
Os guste o no os guste, no es mío, yo no escribo así de bien