Marai
Madmaxista
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Este es un hilo para defender la posibilidad de un aterrizaje suave, no del mercado inmobiliario sino de la economía en general. Me gustaría que fuera así, sin dolores fuertes.
¿Que condiciones pueden permitir un aterrizaje suave? Habeilas haylas.
Competitividad: Se ha dicho en muchas ocasiones que Ejjjpaña pierde competitividad (€ producidos/salarios pagados). Es cierto, pero no es cierto. En realidad, las industrias españolas no han perdido competitividad sino peso relativo. Lo que ha ocurido es que el peso de la construcción, uno de los sectores menos competitivos por su uso intensivo de mano de obra, ha aumentado. Si quitáramos la construcción del PIB, la competitividad resultante sería homologable al resto de la zona euro. Es un hecho que las exportaciones españolas han crecido en línea con el resto de la zona euro. Lo que han aumentado demasiado son las importaciones. Bastaría con que la construcción frenara para recuperar la competitividad perdida.
Empleo: La progenitora de todos los problemas que puede tener la economía española. El empleo en construcción ha alcanzado casi el 14% del total y supone 1/3 del empleo creado en el último año. De los 20,2 millones de empleados actuales 2,7 millones están en la construcción. Más de la mitad del sector de la construcción corresponde al subsector de la vivienda. Podemos suponer que para una construcción de 800.000 viviendas anuales se emplea un total de 1,6 millones de personas. De aquí a 2010 la construcción debería bajar mucho. Para eliminar existencias de viviendas sin vender y suministrar a una demanda real de 350.000 viv. anuales, podemos suponer que la construcción baja hasta 300.000 viviendas, -1,0 millones de empleos- en tres años. Para compensar esa caída y tener un crecimiento neto del 1% de empleos en este periodo deberíamos crear, aproximadamente, 500.000 empleos anuales ex-construcción. En el año 2006 se crearon, aproximadamente, 400.000 empleos fuera de la construcción. Para evitar la recesión y pérdida de empleo bastaría con aumentar la inversión en otros sectores un 20%. ¿Es eso posible? Quizás.
Estado: El estado no puede hacer mucho por la demanda de viviendas y los precios de forma directa. Sin embargo, si que puede actuar aumentando el gasto y el endeudamiento. Afortunadamente hay cintura para eso ya que desde el año 2000 se ha reducido mucho la deuda pendiente gracias al superávit público. El estado es un 38% del PIB aproximadamente y puede aumentar su gasto hasta, por lo menos, un 3% de déficit anual. De otra manera, el estado puede aumentar su gasto en un 1,2% del PIB para compensar la caída del mercado residencial. Esto se puede hacer de dos maneras: i) aumento directo de los presupuestos. ii) políticas fiscales que incentiven inversiones en otros sectores.
Sector privado: Si el estado puede hacer un esfuerzo del 1,2% del PIB para reflotar la economía, el resto lo debe hacer el sector privado. Con un peso del 62% en la economía española, las inversiones privadas en empleo, bienes de equipo etc deberían trasladarse del tocho a otros sectores con un aumento neto de la inversión cercano al 2%. El sector privado debe, además, mudar sus inversiones desde el tocho a otros sectores. Ya tienen una motivación: el tocho ya no proporciona la rentabilidad buscada. Si el estado ofreciera algunos incentivos fiscales (que ya lo hace) tenemos otra motivación. El reto está en encontrar esas iniciativas en las que invertir. Las iniciativas existen. Sólo falta convencer a ese dinero tan tímido de que más le vale invertir aquí que depender de rentabilidades exteriores con riesgos considerables: riesgos cambiarios, riesgos geopolíticos etc.
Si quisiéramos podríamos.
¿Que condiciones pueden permitir un aterrizaje suave? Habeilas haylas.
Competitividad: Se ha dicho en muchas ocasiones que Ejjjpaña pierde competitividad (€ producidos/salarios pagados). Es cierto, pero no es cierto. En realidad, las industrias españolas no han perdido competitividad sino peso relativo. Lo que ha ocurido es que el peso de la construcción, uno de los sectores menos competitivos por su uso intensivo de mano de obra, ha aumentado. Si quitáramos la construcción del PIB, la competitividad resultante sería homologable al resto de la zona euro. Es un hecho que las exportaciones españolas han crecido en línea con el resto de la zona euro. Lo que han aumentado demasiado son las importaciones. Bastaría con que la construcción frenara para recuperar la competitividad perdida.
Empleo: La progenitora de todos los problemas que puede tener la economía española. El empleo en construcción ha alcanzado casi el 14% del total y supone 1/3 del empleo creado en el último año. De los 20,2 millones de empleados actuales 2,7 millones están en la construcción. Más de la mitad del sector de la construcción corresponde al subsector de la vivienda. Podemos suponer que para una construcción de 800.000 viviendas anuales se emplea un total de 1,6 millones de personas. De aquí a 2010 la construcción debería bajar mucho. Para eliminar existencias de viviendas sin vender y suministrar a una demanda real de 350.000 viv. anuales, podemos suponer que la construcción baja hasta 300.000 viviendas, -1,0 millones de empleos- en tres años. Para compensar esa caída y tener un crecimiento neto del 1% de empleos en este periodo deberíamos crear, aproximadamente, 500.000 empleos anuales ex-construcción. En el año 2006 se crearon, aproximadamente, 400.000 empleos fuera de la construcción. Para evitar la recesión y pérdida de empleo bastaría con aumentar la inversión en otros sectores un 20%. ¿Es eso posible? Quizás.
Estado: El estado no puede hacer mucho por la demanda de viviendas y los precios de forma directa. Sin embargo, si que puede actuar aumentando el gasto y el endeudamiento. Afortunadamente hay cintura para eso ya que desde el año 2000 se ha reducido mucho la deuda pendiente gracias al superávit público. El estado es un 38% del PIB aproximadamente y puede aumentar su gasto hasta, por lo menos, un 3% de déficit anual. De otra manera, el estado puede aumentar su gasto en un 1,2% del PIB para compensar la caída del mercado residencial. Esto se puede hacer de dos maneras: i) aumento directo de los presupuestos. ii) políticas fiscales que incentiven inversiones en otros sectores.
Sector privado: Si el estado puede hacer un esfuerzo del 1,2% del PIB para reflotar la economía, el resto lo debe hacer el sector privado. Con un peso del 62% en la economía española, las inversiones privadas en empleo, bienes de equipo etc deberían trasladarse del tocho a otros sectores con un aumento neto de la inversión cercano al 2%. El sector privado debe, además, mudar sus inversiones desde el tocho a otros sectores. Ya tienen una motivación: el tocho ya no proporciona la rentabilidad buscada. Si el estado ofreciera algunos incentivos fiscales (que ya lo hace) tenemos otra motivación. El reto está en encontrar esas iniciativas en las que invertir. Las iniciativas existen. Sólo falta convencer a ese dinero tan tímido de que más le vale invertir aquí que depender de rentabilidades exteriores con riesgos considerables: riesgos cambiarios, riesgos geopolíticos etc.
Si quisiéramos podríamos.
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