Javy
Madmaxista
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La venta de pisos cae en Euskadi
El frenazo del sector es superior al del conjunto de España,aunque las inmobiliarias descartan un 'crack'
MANUEL ARROYO/BILBAO
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La temida 'burbuja' inmobiliaria pierde aire a marchas forzadas. Más de una década de disparado crecimiento ha inflado de forma espectacular los precios, que ya están a punto de tocar techo, mientras los tipos de interés continúan su imparable escalada. Resultado: la venta de viviendas se frena en seco. O mejor dicho: entra en declive. Y con fuerza. En el País Vasco se desploma a un ritmo anual del 16,7%. Las transacciones realizadas en los últimos doce meses sumaban 29.673 a finales de marzo, casi 6.000 menos que a esas alturas del ejercicio anterior, según datos oficiales del Colegio de Registradores de la Propiedad. La caída en el conjunto de España también es apreciable, aunque menos: un 11,48% en ese periodo.
El 'enfriamiento' del sector es palpable tras una 'fiebre' del ladrillo que ha dejado a las familias endeudadas hasta las cejas: tienen créditos pendientes por valor de más de 830.000 millones de euros, más de 1,2 billones de pesetas. Y, lejos de moderarse, la ralentización va a más. El pasado año, el primero en el que se redujeron las compras desde que estalló el 'boom' a mediados de los 90, la caída fue del 15,2% en el País Vasco y del 7,1% en toda España. En apenas tres meses el retroceso se ha acelerado de forma apreciable.
«Cada vez cuesta más tiempo vender un piso», admite Iñaki Egurrola, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Vizcaya. ¿La causa? Su carestía, responde. Después de una etapa en la que los precios se doblaban en cinco o seis años, lo que convirtió el sector inmobiliario en una alternativa de inversión con más rentabilidad y menos riesgo que otros mercados como la Bolsa, «se están empezando a estabilizar», explica. Ya apenas dan más de sí. «Caminamos hacia un ajuste, hacia una contención, pero no creo que bajen», subraya.
Una oferta limitada
No es posible que lo hagan, defienden los promotores. Al menos, en Euskadi, donde la oferta es muy limitada por las restricciones de la Ley del Suelo, que obliga a destinar hasta un 75% de las nuevas construcciones a viviendas protegidas. Ello empuja al alza el precio de las libres y disuade a numerosos empresarios de invertir en esta actividad al no considerarla rentable, sostienen responsables de la patronal. Ése es, a su juicio, uno de los factores que justifican una caída de las ventas superior a la media nacional. El País Vasco sólo absorbió en el primer trimestre un 3,61% de las transacciones realizadas España, un porcentaje que apenas representa la mitad de su peso en la economía nacional y muy alejado también de su nivel de población. En consecuencia, el parón inmobiliario es más acusado en la comunidad autónoma.
A ello contribuyen unos precios muy por encima a los del resto de España, que se reflejan en el importe de las hipotecas: 171.412 euros de media entre enero y marzo, según datos de los registradores, es decir, 30.000 más que en el conjunto del país.
Los bajos tipos han permitido a las familias, durante años, acceder a pisos con costes prohibitivos a cambio de endeudarse al límite -o casi- de sus posibilidades. Pero la persistente escalada del euríbor, que acumula veinte meses al alza -esta semana ha trepado hasta el 4,51%-, ha eliminado esa ventaja, ha disparado las luces de alarma en miles de hogares y empieza a frenar el consumo.
El 98,8% de los créditos destinados a financiar una vivienda son a interés variable. El tipo medio aplicado en el primer trimestre fue del 4,33% en Euskadi. A finales de 2005 era del 3,06%. Como consecuencia de ello y del volumen más elevado de las hipotecas, la cuota mensual ha pasado en ese periodo de 670 a 883 euros. O sea: un ascenso del 31,7%. En dinero contante, 2.556 euros más que hay que destinar cada año a pagar los recibos del banco o la caja, lo que obliga a recortar gastos de otro lado.
Plazos más largos
Ese aumento, aunque apreciable, se ha visto amortiguado por otro arma para hacer frente a la escalada de los pisos: alargar al máximo el plazo de los préstamos para reducir los pagos de cada mes. Los españoles los han 'estirado' en tres años -hasta los 27 años y 10 meses de media- desde el primer trimestre de 2005, según el Colegio de Registradores de la Propiedad.
Egurrola descarta un estallido de la 'burbuja' inmobiliaria, un hundimiento de las ventas de tal dimensión que desplome los precios de los pisos y los sitúe en el mercado por debajo del importe de las hipotecas que pesan sobre ellos. La crisis, si llega, «afectará en primer lugar al mercado de las segundas residencias», apunta. Es decir, a las zonas con una mayor capacidad turística, entre las que no está Euskadi. «Si alguien tiene que apretarse el cinturón, empieza por prescindir del ocio», explica el responsable de las inmobiliarias vizcaínas.
En la vivienda usada, «los propietarios todavía se resisten a bajar los precios que fijan; sobre todo, si no tienen prisa en vender», añade. «Quizás se percibe ahora una mayor facilidad para limar el último 'pico' y cerrar una transacción, pero sin grandes 'alegrías'». El principal problema, a su juicio, lo tienen los jóvenes, para quienes acceder a una casa en propiedad se ha convertido en casi un imposible... salvo que les sonría la fortuna en un sorteo de Etxebide.