A
ARIEL BOLUDOVSKY
Guest
Todo el mundo sabe, o casi, que José Montilla es el hombre con más
poder autónomo dentro del Ejecutivo que preside Rodríguez Zapatero,
poder propio, no cedido o concedido, poder que procede de su condición
de cabeza de fila del partido o coalición que sostiene en Madrid al
Gobierno de concentración PSOE-PSC. Dicen también que Montilla lo
está haciendo bien, incluso muy bien, y que se le ve tranquilo, tan
seguro, paso de buey, diente de lobo, que este hombre hará carrera y
seguirá de ministro, o algo más, en cualquier futuro nuevo Gobierno
Rodríguez, "a menos que cometa una equivocación muy grosera",
asegura un hombre muy cercano al personaje.
Que es lo que ha estado a punto de cometer ese hombre tranquilo, de
hablar bajo y mirada oblicua, inquisitiva, este cordobés afincado en
la periferia industrial de Barcelona desde su primera juventud. Al
hombre fuerte del PSC no se le ocurrió cosa mejor que decir en
público que la decisión política para que el Plus de Polanco pueda
emitir en abierto "tardaría aún unos meses", lo cual que el
personal se quedó perplejo, porque esa frase pareció una
demostración de poderío, un alto ahí, don Jesús, quieto parao, un
respeto al Ejecutivo, no vaya usted a pensar que todo el monte es
orégano.
Eso, ya digo, a don Jesús Polanco, o De Polanco, como ustedes gusten,
que lleva más o menos desde el 15 de marzo de 2004, hora arriba o
abajo, convencido de que su Plus emitirá en abierto, faltaría más, y
a tal fin lleva meses contratando gente, algunos de los mejores
expertos en la materia que están siendo fichados a golpe de talonario
en los caladeros de otras televisiones, y claro está, hasta ahí
podíamos llegar, señor Montilla, se dijo el PFFR, ¿ha dicho usted de
unos meses...?
¿Resultado? En apenas unas horas, el ministro de Industria y otras
hierbas del Gobierno Zapatero tuvo que decir Diego donde había dicho
digo, plegar velas y anunciar en el Senado la apertura del expediente
necesario para que el Consejo de Ministros rubrique los deseos del
magnate de emitir las 24 horas en abierto. Atento compañero Rodríguez
y aplíquese el cuento: dijo Maquiavelo que "la generosidad que
supone abandono de poder, ni es rentable ni se debe esperar que sea
agradecida".
De donde se infiere que don José Montilla, un tipo que no se acaba de
caer de un guindo precisamente, ha aprendido una lección importante,
si bien bastante elemental para quien conozca un poco la aguja de
marear en los procelosos madriles. La lección de dónde está el
verdadero poder en la España de nuestros días. Aquí manda don Jesús
Polanco, y lo hace desde más de 20 años, básicamente desde el famoso
referéndum de la OTAN del año 85, y porque es así la inmensa
mayoría, si no todos, de los grandes empresarios y financieros
hispanos se cobijan todos, bajo fórmulas societarias de diverso signo,
bajo su manto protector, que ahí tienen el maravilloso caso reciente
de César Alierta, presidente de Telefónica, libre de toda asechanza
desde las esferas de Moncloa precisamente porque todo el mundo sabe que
es un protegido de don Jesús, como el propio don Jesús se encarga de
decir y recordar a sus amigos en privado.
Total que los gestores de Telecinco, convencidos de "la voluntad"
del Ejecutivo de acceder a las pretensiones de Sogecable, anunciaron
ayer su disposición a emprender "todas las acciones legales a las
que haya lugar" en defensa de sus intereses, toda vez que la
decisión tomada por el Ejecutivo "cambia el escenario de
pluralidad" en el sector televisivo, y "altera las reglas básicas
de la competencia". Lo cual que ya son ganas de dar trabajo a los
abogados y de tirar el dinero. Eso sí, Paolo Vasile está demostrando
ser un tipo valiente. Sabe que Zapatero ha pedido su cabeza a
Berlusconi, y que sus días están contados, pero quiere morir con
cierta dignidad. Un italiano atípico, dispuesto a hacer honor a lo que
Bloch llamaba "el paso erguido del hombre", es decir, la negativa
radical de algunos hombres libres a vivir amedrentados.
poder autónomo dentro del Ejecutivo que preside Rodríguez Zapatero,
poder propio, no cedido o concedido, poder que procede de su condición
de cabeza de fila del partido o coalición que sostiene en Madrid al
Gobierno de concentración PSOE-PSC. Dicen también que Montilla lo
está haciendo bien, incluso muy bien, y que se le ve tranquilo, tan
seguro, paso de buey, diente de lobo, que este hombre hará carrera y
seguirá de ministro, o algo más, en cualquier futuro nuevo Gobierno
Rodríguez, "a menos que cometa una equivocación muy grosera",
asegura un hombre muy cercano al personaje.
Que es lo que ha estado a punto de cometer ese hombre tranquilo, de
hablar bajo y mirada oblicua, inquisitiva, este cordobés afincado en
la periferia industrial de Barcelona desde su primera juventud. Al
hombre fuerte del PSC no se le ocurrió cosa mejor que decir en
público que la decisión política para que el Plus de Polanco pueda
emitir en abierto "tardaría aún unos meses", lo cual que el
personal se quedó perplejo, porque esa frase pareció una
demostración de poderío, un alto ahí, don Jesús, quieto parao, un
respeto al Ejecutivo, no vaya usted a pensar que todo el monte es
orégano.
Eso, ya digo, a don Jesús Polanco, o De Polanco, como ustedes gusten,
que lleva más o menos desde el 15 de marzo de 2004, hora arriba o
abajo, convencido de que su Plus emitirá en abierto, faltaría más, y
a tal fin lleva meses contratando gente, algunos de los mejores
expertos en la materia que están siendo fichados a golpe de talonario
en los caladeros de otras televisiones, y claro está, hasta ahí
podíamos llegar, señor Montilla, se dijo el PFFR, ¿ha dicho usted de
unos meses...?
¿Resultado? En apenas unas horas, el ministro de Industria y otras
hierbas del Gobierno Zapatero tuvo que decir Diego donde había dicho
digo, plegar velas y anunciar en el Senado la apertura del expediente
necesario para que el Consejo de Ministros rubrique los deseos del
magnate de emitir las 24 horas en abierto. Atento compañero Rodríguez
y aplíquese el cuento: dijo Maquiavelo que "la generosidad que
supone abandono de poder, ni es rentable ni se debe esperar que sea
agradecida".
De donde se infiere que don José Montilla, un tipo que no se acaba de
caer de un guindo precisamente, ha aprendido una lección importante,
si bien bastante elemental para quien conozca un poco la aguja de
marear en los procelosos madriles. La lección de dónde está el
verdadero poder en la España de nuestros días. Aquí manda don Jesús
Polanco, y lo hace desde más de 20 años, básicamente desde el famoso
referéndum de la OTAN del año 85, y porque es así la inmensa
mayoría, si no todos, de los grandes empresarios y financieros
hispanos se cobijan todos, bajo fórmulas societarias de diverso signo,
bajo su manto protector, que ahí tienen el maravilloso caso reciente
de César Alierta, presidente de Telefónica, libre de toda asechanza
desde las esferas de Moncloa precisamente porque todo el mundo sabe que
es un protegido de don Jesús, como el propio don Jesús se encarga de
decir y recordar a sus amigos en privado.
Total que los gestores de Telecinco, convencidos de "la voluntad"
del Ejecutivo de acceder a las pretensiones de Sogecable, anunciaron
ayer su disposición a emprender "todas las acciones legales a las
que haya lugar" en defensa de sus intereses, toda vez que la
decisión tomada por el Ejecutivo "cambia el escenario de
pluralidad" en el sector televisivo, y "altera las reglas básicas
de la competencia". Lo cual que ya son ganas de dar trabajo a los
abogados y de tirar el dinero. Eso sí, Paolo Vasile está demostrando
ser un tipo valiente. Sabe que Zapatero ha pedido su cabeza a
Berlusconi, y que sus días están contados, pero quiere morir con
cierta dignidad. Un italiano atípico, dispuesto a hacer honor a lo que
Bloch llamaba "el paso erguido del hombre", es decir, la negativa
radical de algunos hombres libres a vivir amedrentados.