Cuando el hablante siente que un
hecho concluido en el pasado le afecta emocionalmente y repercute aún fuertemente en su vida, emplea el pretérito perfecto compuesto (en vez del indefinido) para acercar el hecho pasado al presente e indicar así que ese hecho ocurrido en el pasado
sigue teniendo una gran importancia en su vida.
Mi madre ha muerto hace diez años.
(murió hace diez años, pero la sigo recordando y echando de menos)
Cuando el hablante dice
Mi madre murió hace cinco años,
quiere dar a entender al oyente que la muerte de su madre es algo que emocionalmente ya ha superado. Con el indefinido o pretérito perfecto simple, el hablante da al oyente la misma noticia pero de forma más objetiva, más distanciada y desprovista de toda emotividad.
Aquel año hemos perdido a dos familiares.
Mi hijo ha muerto en la guerra de 1936.
En aquellos días he llorado noches enteras.
Hemos sufrido mucho en los años de la posguerra.