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El Moscardon
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Touriño perfila la nueva Xunta y el PP empieza a digerir la pérdida del
poder
Los socialistas descartan que el voto de la emigración dé el día 27 la
mayoría absoluta a Fraga
ANDREAS GONZÁLEZ
Aparentemente, ayer nada se movía en Galicia. Manuel Fraga madrugó como un
día cualquiera y acudió a las 7.30 horas a su despacho oficial en San
Caetano como ha hecho en los últimos 16 años. Como si el domingo hubiera
amarrado en las urnas su quinta mayoría absoluta. Pero el PP gallego, de
puertas adentro, ya sólo confía en el apóstol Santiago para conservar el
poder y empieza a preparar las maletas. El socialista Emilio Pérez Touriño,
en cambio, ha desterrado cualquier duda. Tanto, que ayer mismo su partido
abrió los primeros contactos informales con los nacionalistas para perfilar
el Gobierno del cambio.
El PSOE considera "irreversible" el veredicto de las urnas del domingo y
descarta que los más de 103.000 votos emitidos por los gallegos en la
diáspora, que se escrutarán el próximo día 27, otorguen a Fraga el undécimo
escaño que precisa en Pontevedra para retener el Gobierno autonómico. En
todo caso, el secretario de organización, José Blanco, aseguró que, puestos
a esperar milagros, sería más fácil que el PSOE sumara un quinto diputado en
Ourense --el domingo se quedó a 3.578 votos de lograrlo-- que el PP arañara
el escaño de más que precisa en la circunscripción de la que es natural
Mariano Rajoy, y donde la lista del PP la encabezaba su delfín para suceder
a Fraga, Alberto Núñez Feijóo.
ECHAR CUENTAS
Los cálculos dicen que para que el PP obtenga el escaño número 11 por
Pontevedra sería necesario que los casi 40.000 votantes ausentes de esa
provincia (el doble de hace cuatro años) repartieran su voto como en el
2001, algo muy improbable. Si los emigrantes votan de forma similar a los
residentes en Pontevedra (casi 11 puntos más para el PSG y 8 menos para el
PP) el diputado lo conservarán los socialistas. En cualquier caso, el
protagonismo que ha adquirido el voto de los emigrantes ha sacado a relucir
las deficiencias de control que hacen que el sistema sea objetivamente
vulnerable al fraude. Pese a las numerosas advertencias al respecto, los
partidos mayoritarios no han puesto especial interés en resolverlo.
En público, Rajoy siguió negándose a enterrar el optimismo tras la reunión
de la ejecutiva de su partido en Madrid, al tiempo que reiteraba que se
siente "respaldado" por su partido tras los resultados obtenidos. Los
populares gallegos también guardaron las formas y siguieron la consigna
marcada por Fraga la noche electoral: "Tranquilidad, porque aún quedan los
ciruelos por desollar" los últimos votos por escrutar. Todos menos su
secretario general, Jesús Palmou, que confesó que su partido está "preparado
para hacer una oposición leal y rigurosa".
De momento, Touriño y el nacionalista Anxo Quintana dejaron ayer en manos de
sus colaboradores los primeros movimientos para perfilar el nuevo Ejecutivo.
Ambos, mientras, aseguraron que no entrarán en una verdadera negociación
hasta que estén escrutados los votos de la inmi gración. Hasta que el
resultado sea definitivo e inapelable.
El líder del PSG y Quintana se llamaron por teléfono la noche del domingo,
cuando ya se conocían los resultados casi definitivos, para coordinar los
mensajes que estaban a punto de transmitir ante la prensa y proyectar de
esta formar la imagen de unidad que se espera de unos futuros socios de
Gobierno.
DEBILIDAD DEL BLOQUE
Touriño ya había confesado en privado al abrirse la campaña gallega que
tenía meditado el "esquema general" de su Ejecutivo. Ahora, tras la bajada
electoral del Bloque, que ha perdido cuatro de sus 17 escaños, podrá
negociar desde una posición más cómoda, consciente de que Quintana está
obligado a pactar.
El más que probable futuro presidente gallego preferiría que el PSG ocupara
también la vicepresidencia, algo en lo que Quintana está poco predispuesto a
ceder, aunque los dos aseguran compartir la voluntad de evitar
enfrentamientos. Su compromiso electoral es constituir un Gobierno con
paridad de hombres y mujeres, algo que no se dará en el Parlamento gallego,
donde 50 de sus 75 asientos estarán ocupados por varones.
En todo caso, la ajustada mayoría absoluta obliga a prescindir al máximo de
los diputados a la hora del reparto de carteras. Lo contrario, dada las
apretadas agendas de los consejeros de la Xunta, comportaría el riesgo de
perder más de una votación en favor del PP.
INCORPORACIONES
Los socialistas gallegos barajan otorgar algún departamento a algún
destacado representante de las entidades de la sociedad civil que en esta
ocasión han apoyado sus candidaturas, como es el caso de la Fundación
Iniciativas 21, vinculada al partido.
Fraga permaneció ayer ajeno a los movimientos subterráneos de sus
contrincantes, aunque un militante del PP que mantiene frecuentes contactos
con consejeros del PP reconocía ayer: "Esto no suma ni de carallada"..
El Periódico 21-06-05
--
Mosqui
poder
Los socialistas descartan que el voto de la emigración dé el día 27 la
mayoría absoluta a Fraga
ANDREAS GONZÁLEZ
Aparentemente, ayer nada se movía en Galicia. Manuel Fraga madrugó como un
día cualquiera y acudió a las 7.30 horas a su despacho oficial en San
Caetano como ha hecho en los últimos 16 años. Como si el domingo hubiera
amarrado en las urnas su quinta mayoría absoluta. Pero el PP gallego, de
puertas adentro, ya sólo confía en el apóstol Santiago para conservar el
poder y empieza a preparar las maletas. El socialista Emilio Pérez Touriño,
en cambio, ha desterrado cualquier duda. Tanto, que ayer mismo su partido
abrió los primeros contactos informales con los nacionalistas para perfilar
el Gobierno del cambio.
El PSOE considera "irreversible" el veredicto de las urnas del domingo y
descarta que los más de 103.000 votos emitidos por los gallegos en la
diáspora, que se escrutarán el próximo día 27, otorguen a Fraga el undécimo
escaño que precisa en Pontevedra para retener el Gobierno autonómico. En
todo caso, el secretario de organización, José Blanco, aseguró que, puestos
a esperar milagros, sería más fácil que el PSOE sumara un quinto diputado en
Ourense --el domingo se quedó a 3.578 votos de lograrlo-- que el PP arañara
el escaño de más que precisa en la circunscripción de la que es natural
Mariano Rajoy, y donde la lista del PP la encabezaba su delfín para suceder
a Fraga, Alberto Núñez Feijóo.
ECHAR CUENTAS
Los cálculos dicen que para que el PP obtenga el escaño número 11 por
Pontevedra sería necesario que los casi 40.000 votantes ausentes de esa
provincia (el doble de hace cuatro años) repartieran su voto como en el
2001, algo muy improbable. Si los emigrantes votan de forma similar a los
residentes en Pontevedra (casi 11 puntos más para el PSG y 8 menos para el
PP) el diputado lo conservarán los socialistas. En cualquier caso, el
protagonismo que ha adquirido el voto de los emigrantes ha sacado a relucir
las deficiencias de control que hacen que el sistema sea objetivamente
vulnerable al fraude. Pese a las numerosas advertencias al respecto, los
partidos mayoritarios no han puesto especial interés en resolverlo.
En público, Rajoy siguió negándose a enterrar el optimismo tras la reunión
de la ejecutiva de su partido en Madrid, al tiempo que reiteraba que se
siente "respaldado" por su partido tras los resultados obtenidos. Los
populares gallegos también guardaron las formas y siguieron la consigna
marcada por Fraga la noche electoral: "Tranquilidad, porque aún quedan los
ciruelos por desollar" los últimos votos por escrutar. Todos menos su
secretario general, Jesús Palmou, que confesó que su partido está "preparado
para hacer una oposición leal y rigurosa".
De momento, Touriño y el nacionalista Anxo Quintana dejaron ayer en manos de
sus colaboradores los primeros movimientos para perfilar el nuevo Ejecutivo.
Ambos, mientras, aseguraron que no entrarán en una verdadera negociación
hasta que estén escrutados los votos de la inmi gración. Hasta que el
resultado sea definitivo e inapelable.
El líder del PSG y Quintana se llamaron por teléfono la noche del domingo,
cuando ya se conocían los resultados casi definitivos, para coordinar los
mensajes que estaban a punto de transmitir ante la prensa y proyectar de
esta formar la imagen de unidad que se espera de unos futuros socios de
Gobierno.
DEBILIDAD DEL BLOQUE
Touriño ya había confesado en privado al abrirse la campaña gallega que
tenía meditado el "esquema general" de su Ejecutivo. Ahora, tras la bajada
electoral del Bloque, que ha perdido cuatro de sus 17 escaños, podrá
negociar desde una posición más cómoda, consciente de que Quintana está
obligado a pactar.
El más que probable futuro presidente gallego preferiría que el PSG ocupara
también la vicepresidencia, algo en lo que Quintana está poco predispuesto a
ceder, aunque los dos aseguran compartir la voluntad de evitar
enfrentamientos. Su compromiso electoral es constituir un Gobierno con
paridad de hombres y mujeres, algo que no se dará en el Parlamento gallego,
donde 50 de sus 75 asientos estarán ocupados por varones.
En todo caso, la ajustada mayoría absoluta obliga a prescindir al máximo de
los diputados a la hora del reparto de carteras. Lo contrario, dada las
apretadas agendas de los consejeros de la Xunta, comportaría el riesgo de
perder más de una votación en favor del PP.
INCORPORACIONES
Los socialistas gallegos barajan otorgar algún departamento a algún
destacado representante de las entidades de la sociedad civil que en esta
ocasión han apoyado sus candidaturas, como es el caso de la Fundación
Iniciativas 21, vinculada al partido.
Fraga permaneció ayer ajeno a los movimientos subterráneos de sus
contrincantes, aunque un militante del PP que mantiene frecuentes contactos
con consejeros del PP reconocía ayer: "Esto no suma ni de carallada"..
El Periódico 21-06-05
--
Mosqui