La red inmobiliaria de la candidata del PP (hace 2 legislaturas)

ane agurain

Madmaxista
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Ángeles Muñoz es la esperanza del PP en Marbella. Desde sus filas la alaban como la única candidata impoluta a la alcaldía. Pero Muñoz proyecta también sombras en la ciudad de las grúas. La líder del PP marbellí medió entre Roca y las empresas de su pareja para la firma de un convenio municipal.

Mariano Rajoy es un hombre parco en elogios. Pero no le faltaron, en su última visita a Marbella, para el trabajo de Ángeles Muñoz. La cabeza visible del Partido Popular en la ciudad tuvo el respaldo absoluto de su jefe de filas. En su declaración pública, Rajoy destacó que su apuesta para las próximas elecciones locales era la única que no había sido condenada en los juzgados: un síntoma de pulcritud política. Pero Ángeles Muñoz también tiene sus intereses en Marbella. Y como los de tantos otros, pasan de lleno por el sector del ladrillo y hacen parada y fonda en Gibraltar.

Muñoz se ha distinguido por ser un azote constante para el gobierno de Marisol Yagüe, encarcelada por las actuaciones de la operación Malaya. Pero desde su desembarco en Marbella, en 1998, su trabajo político cohabita con sus negocios personales. La alcaldable del PP está casada en segundas nupcias con el empresario sueco Lars Broberg, que controla junto a sus hermanos el grupo Wasa, un entramado empresarial que cuenta con varias sociedades dedicadas al negocio inmobiliario y que opera de lleno en las urbanizaciones de lujo de Marbella. Lars Broberg ocupa cargos en seis sociedades distintas según el Registro Mercantil español, y sus empresas alcanzan un volumen de negocio de varios millones de euros anuales. El empresario sueco alterna con su hermano Jim los puestos de responsabilidad en el grupo, que promueve y vende viviendas de lujo en urbanizaciones como Aloha Park. Los hermanos Lars y Jim Emil Broberg controlan la firma Vega del Colorado SA, con un capital suscrito superior a los tres millones de euros. La firma fue fundada para gestionar una promoción de viviendas en el término de Benahavís, localidad malagueña donde Ángeles Muñoz fue primera teniente de alcalde en 1997.

Las empresas controladas por Lars Broberg y el grupo Wasa operan principalmente en Marbella, pero no dejan allí todos sus beneficios. El marido de Ángeles Muñoz es administrador único de Hacienda Property SL, una sociedad creada en junio de 1998 y que tiene como único accionista a la empresa Cutanga Limited, registrada en el paraíso fiscal de Gibraltar. “Compré esa sociedad a un grupo inversor británico, y ya no deriva en Gibraltar”, asegura Lars Broberg en una conversación mantenida con interviú. Pero esta afirmación no encuentra refrendo en el Registro Mercantil. En cualquier caso, el marido de Ángeles Muñoz fue la única persona con potestad y firma de la sociedad gibraltareña entre 1998 y 2003, año en el que, según él, adquirió la empresa. Hacienda Property no tuvo actividad comercial en 2004, y su volumen de negocio en 2003 fue bastante escaso. Además, los Broberg controlan firmas como Swede Care SL –dedicada al cuidado dental– o Wasa Properties, con unos ingresos de 690.000 euros en 2001 y afincada en un conocido centro comercial de Nueva Andalucía.

Roca y el dinero B

Tarde o temprano, los intereses de todos los constructores marbellíes pasaban por el despacho de Juan Antonio Roca. El gerente de Urbanismo del consistorio, detenido como máximo responsable de la trama de corrupción desmontada en la operación Malaya, negoció en octubre de 2004 la firma de un convenio urbanístico entre el Ayuntamiento y la firma del marido de Ángeles Muñoz. Según fuentes municipales, el grupo Wasa buscaba un acuerdo para lograr vía libre a su proyecto en la urbanización de lujo Aloha Park. Según declaró Roca ante el juez, Muñoz realizó varias llamadas a su despacho desde el Congreso de los Diputados para mediar en los negocios personales de su familia.

Muñoz negó ante la prensa las acusaciones, sostenidas por Carlos Fernández, responsable del Partido Andalucista en la ciudad, y acudió a los tribunales para limpiar su imagen. Pero la jugada le salió mal, ya que Juan Antonio Roca, poco amigo de los juzgados, accedió esta vez a declarar y corroboró la mediación telefónica de Muñoz mientras ejercía su labor de diputada. El capo de la operación Malaya se presentó en el juicio con sus agendas personales, en las que figuraba de forma minuciosa la fecha de un encuentro entre Roca y Jim Broberg, cuñado de la alcaldable. Según Roca, la negociación se produjo cinco días después de las llamadas de Muñoz a su despacho. Pero las conversaciones no llegaron a buen término, y el convenio entre los Broberg y el Ayuntamiento nunca se firmó. “Roca quería la mitad del dinero en A y la mitad en B –desvela ahora Lars Broberg ante las preguntas de esta revista– y, como yo lo hago todo legal, las negociaciones se rompieron”. Claro que no todo fue legal: Broberg pudo cortar sus conversaciones con Roca, pero no denunció que el gerente de Urbanismo de Marbella pedía dinero oscuro a los promotores, según había podido conocer él mismo. Este aspecto que ahora se desvela ni siquiera fue relatado por su mujer ante el juez, ni lo denunció como cargo público del Ayuntamiento.

Tras su llegada a Marbella desde la sede central del PP en Madrid, Ángeles Muñoz ha sido un azote constante para los restos del GIL. Pero tras sus denuncias públicas hay un amparo privado. José Luis Troyano, alto responsable del GIL y procesado en varios delitos penales, abandonó el gobierno del GIL en 2002 tras la llegada al poder de Julián Muñoz. El ex responsable gilista cambió de bando político y engrosó en las últimas elecciones las listas del Partido Popular. Troyano ocupó el puesto 26 en la candidatura de Ángeles Muñoz. Numerosas fuentes relacionadas con la construcción ligan a Troyano –arquitecto de profesión– con el grupo empresarial Wasa, extremo negado de forma rotunda por ambas partes.

La alcaldable popular gestionó además el primer gran pacto entre PP y GIL en sus primeros años de andadura política. A cambio del voto del GIL para dar al PP la presidencia de la Diputación de Málaga en 1996, los populares se comprometieron a que sus cuatro ediles del municipio de Benahavís votaran al único concejal del GIL para que le representara en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. El voto del concejal facilitó que Jesús Gil obtuviera la presidencia de este órgano. En este acuerdo participaron, según fuentes relacionadas con aquel proceso, los dirigentes del PP Javier Arenas y Manuel Atencia, pero Ángeles Muñoz, estrechamente relacionada con Arenas, fue la encargada de su ejecución sobre el terreno.

Las relaciones familiares de la responsable del Partido Popular llevan directamente hasta la figura de Felice Cultrera. El empresario italiano, casado con una hermana de la portavoz popular, fue considerado por la Fiscalía Anticorrupción como el primer eslabón de la mafia italiana de Santapaola en España. Cultrera, un acaudalado hombre de negocios, desembarcó en la Marbella de los ochenta con una relación preferencial con los hombres del GIL. La fiscalía Anticorrupción le implicó de lleno en las instrucciones contra la familia Ramírez, estrechamente relacionada con judicatura marbellí.

El empresario italiano fue investigado por irregularidades en casinos de juegos, estafa, falsedad en títulos, chantaje y blanqueo de dinero, pero Cultrera negó siempre esas acusaciones. Además fue el director de la sociedad gibraltareña Larashe Investment, accionista a su vez de Menimar SA, de la que era administrador único Juan Ramírez, hermano de la jueza Pilar Ramírez, ex decana de Marbella. Juan Ramírez creó con la mujer de Cultrera la empresa Fisher Island SL, hoy inoperante. Según ha podido saber interviú, una de sus empresas, Guerende SL, está domiciliada en la Avenida Ricardo Soriano, 66, de Marbella. En la misma dirección está inscrito uno de los coches incautados a la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, el día de su reciente detención por la operación Malaya.


La red inmobiliaria de la candidata del PP