Una fiesta de policías municipales de Madrid pudo acabar en tragedia. Los responsables del orden público se juntaron para festejar la despedida de un compañero en una sala habilitada para ellos en el parking público de la Plaza del Carmen, en la capital, pero lo que parecía ser una simple celebración estuvo cerca de finalizar de forma dramática.
Según informa el diario El Mundo, todo ocurrió la noche del viernes 8 de marzo. Los policías, quizá por efecto del alcohol, dispararon sus armas en dicha sala, provocando que algunas paredes quedasen agujereadas por los balazos.
Entre las pistolas utilizadas no sólo se encontraron las reglamentarias de calibre 9 mm, sino también otras de calibre 22 mm, que probablemente pertenecen de forma particular a alguno de los integrantes de la fiesta.
La fiesta se salió de lo previsto, y algunos de los balazos impactaron sobre una pared algo más fina, siempre según la versión del mencionado medio. Esto provocó que el muro fuese atravesado y que las balas llegasen a la zona pública del aparcamiento.
Allí, una pareja vio como los proyectiles pasaban muy cerca de ellos, y se asustó pensando en la existencia de un tiroteo, huyendo rápidamente y avisando a las fuerzas del orden.
La Policía compareció, pero la minuta apenas habla de un disparo fortuito. Del resto de balazos no se menciona absolutamente nada, suavizando notablemente la versión de lo allí sucedido.
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