Pues eso por lo que vengo viendo, podríamos decir que no existe mercado, en una situación y unas condiciones actuales tan anómalas, simplemente el mercado inmobiliario no existe. Nadie sabe bien donde está, si pide mucho o pide poco, si paga mucho o si paga poco. Todo vale con tal de salir adelante.
Ves que la gente no tiene referencia de nada, lo mismo pide 200, 250, 300 que 400 mil, parece que 50 mil euros no tuvieran valor, cuando una familia bien necesita 4 ó 5 años (o más) para ahorrar ese dinero.
La expectativas creadas en los últimos años nos ha hecho perder la realidad.
Sin duda cualquier mercado que se encuentre es estas circunstancias tendrá que reajustarse, la agresividad del ajuste dependerá de lo reacios que seamos a que se llegue al equilibrio, y lo somos mucho. Mientras más reacios seamos a ajustarnos a la realidad del poder adquisitivo de las familias más dramático será la forma en la que el mercado nos golpeará. Y pienso que es preferible un ajuste brusco y rápido para recomenzar con bases sólidas a acarrear una crisis que pueda durarnos décadas. Y nosotros no somos Japón, nuestra economía es mucho más sensible y vulnerable.
Las cartas están echadas y la partida está terminada, toca saber quien pierde y quien gana.
Ves que la gente no tiene referencia de nada, lo mismo pide 200, 250, 300 que 400 mil, parece que 50 mil euros no tuvieran valor, cuando una familia bien necesita 4 ó 5 años (o más) para ahorrar ese dinero.
La expectativas creadas en los últimos años nos ha hecho perder la realidad.
Sin duda cualquier mercado que se encuentre es estas circunstancias tendrá que reajustarse, la agresividad del ajuste dependerá de lo reacios que seamos a que se llegue al equilibrio, y lo somos mucho. Mientras más reacios seamos a ajustarnos a la realidad del poder adquisitivo de las familias más dramático será la forma en la que el mercado nos golpeará. Y pienso que es preferible un ajuste brusco y rápido para recomenzar con bases sólidas a acarrear una crisis que pueda durarnos décadas. Y nosotros no somos Japón, nuestra economía es mucho más sensible y vulnerable.
Las cartas están echadas y la partida está terminada, toca saber quien pierde y quien gana.