Bobojista
Madmaxista
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uy uy, tenemos otra burbuja, la burbuja alimenticia, querido líder otro foro please 
Si os lo tengo dixo, si baja bruscamente la vivienda tendrá k bajar todo lo demás no?
Como nos engañaron con el euro...
El descenso del IPC no se ha dejado ver en los productos más necesarios de la cesta de la compra. Más de la mitad de los alimentos analizados por el Gobierno subieron en 2006 por encima del Índice de Precios al Consumo.
De primero: ensalada de pollo aliñada. De segundo: un sabroso salmón encebollado. Y de postre: un par de peras. Una comida aparentemente sencilla... si no fuera porque ha dejado de ser asequible para determinados bolsillos. Los productos más básicos de la cesta de compra no dejan de dar sustos a los consumidores.
Alimentos como las patatas subieron durante todo el año pasado hasta un 21%, es decir, seis veces más que el índice general de precios: el encarecimiento del tubérculo queda muy lejos del 3,5% en que cerró la inflación media en 2006 y aún a más distancia del IPC del 2,7% registrado en diciembre.
Las patatas son el caso más llamativo; pero no el único que muestra que la dieta más básica de los españoles se cotiza cada día más cara, hasta tal punto que la mitad de los productos frescos que mensualmente analiza el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo subieron en 2006 por encima del índice general de precios. Unas series que, aunque publica el departamento de Joan Clos, también vigila el Observatorio de Precios de Alimentos creado por Elena Espinosa. Fue la ministra de Agricultura, precisamente, quien ya denunció el año pasado que existen “elementos distorsionadores” en la formación de precios de la cadena alimentaria.
A la espera de ver sus soluciones, los datos muestran que la lechuga costaba en diciembre un 15,8% más que en enero, mientras que para comprar tomates o pimientos había que desembolsar una media de un 9% más, según Industria.
Con las ensaladas a precio de oro, ¿qué es mejor elegir después para dar un respiro al bolsillo? ¿Carne o pescado? Lo cierto es que no son muchas las opciones. Un kilo de carne de pollo fresca cotizaba en diciembre un 16,8% más caro que doce meses antes, y comer ternera exigía pagar una factura un 8,15% superior, es decir, cerca de tres veces más que la inflación. Por la parte de los pescados, el salmón, por ejemplo, subió un 13,5%, mientras que la trucha sigue escalando peligrosamente hacia un incremento del 11%.
¿Y de postre? Si se quiere ahorrar, las peras de agua no pueden meterse en la cesta, ya que se encarecieron un 12%, porcentaje que tampoco detuvo su ascenso en enero de 2007. Las manzanas salen algo más económicas, aunque también quedan por encima de la subida media del nivel de vida: su aumento se acerca al 6%.
Estos precios de los productos frescos no han tardado en trasladarse a los alimentos envasados. Aliñar el almuerzo con un buen aceite de oliva subió un 7,6% durante el año pasado, incremento, eso sí, inferior al del casi 19% que sufrió en 2005. No sucede lo mismo con el vino: acompañar el ágape con el preciado caldo tampoco sale barato, pues ha escalado un 8,25%. Una fuerte subida si se tiene en cuenta que durante todo 2005 llegó incluso a bajar un 0,5%.
¿Un café para rematar la comida? En caso afirmativo, aún no se puede guardar el monedero: quien lo toma en casa afrontó, de enero a diciembre, una repunte del 5,9%; quien prefiere hacerlo fuera, debe multiplicar esa cifra por dos.
Pero no todo sube. Si uno se olvida de comer lechuga, frutas o los pescados y carnes más sabrosos, siempre puede enfocar su dieta hacia otros alimentos como los boquerones, que, aunque aún a un precio de más de 7 euros el kilo, bajaron en 2006 un 7,7%; o los chicharros y las chirlas, un 6,5% y un 6,7% más baratas. Y para acompañarlo, mejor hacer un aliño con limón, que cuesta un 5,1% menos.
¿El Observatorio de los Alimentos... y el Plan de Dinamización?
Poco llega hoy a la opinión pública sobre el Observatorio de Precios de los Alimentos que creó el Ministerio de Agricultura para incidir, como recalcó en su momento, en “los elementos distorsionadores” del traslado de precios en origen al consumidor final. “Lo que estamos haciendo va mucho más allá” de lo que se hacía hasta entonces, aseguró en su momento la titular del departamento, Elena Espinosa.
El toque de distinción del organismo del Gobierno socialista, o su propósito al menos, era “entrar a ver qué mecanismos pueden estar influyendo” en la diferencia entre precios de origen y de venta, al tiempo que quería anticipar precios futuros. Pero, por el momento, poco se ha plasmado de este plan de acción, pese a que el propio subsecretario del Ministerio, Santiago Menéndez de Luarca, anunciara entonces su intención de poner soluciones, ya que “algo pasa con la formación de precios”.
Tampoco se sabe nada por ahora de los buenos o malos resultados del otro arma del Gobierno para atacar la subida de los alimentos frescos: el Plan de Dinamización. La idea era que las autoridades de Competencia realizaran una vigilancia activa frente a distorsiones del mercado, que se reforzaría con “actuaciones firmes” contra prácticas monopolísticas.
El Plan también recogía la necesidad de incrementar el número de Mercas para facilitar la entrada de nuevos operadores y favorecer la formaciónde precios. Son unos de los pocos productos que escapan de la escalada general de precios en un país que, según el Agricultura, ostenta el segundo puesto del ránking de la UE de precios alimentarios más elevados.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/economia_y_politica/es/desarrollo/738501.html
Si os lo tengo dixo, si baja bruscamente la vivienda tendrá k bajar todo lo demás no?
Como nos engañaron con el euro...
El descenso del IPC no se ha dejado ver en los productos más necesarios de la cesta de la compra. Más de la mitad de los alimentos analizados por el Gobierno subieron en 2006 por encima del Índice de Precios al Consumo.
De primero: ensalada de pollo aliñada. De segundo: un sabroso salmón encebollado. Y de postre: un par de peras. Una comida aparentemente sencilla... si no fuera porque ha dejado de ser asequible para determinados bolsillos. Los productos más básicos de la cesta de compra no dejan de dar sustos a los consumidores.
Alimentos como las patatas subieron durante todo el año pasado hasta un 21%, es decir, seis veces más que el índice general de precios: el encarecimiento del tubérculo queda muy lejos del 3,5% en que cerró la inflación media en 2006 y aún a más distancia del IPC del 2,7% registrado en diciembre.
Las patatas son el caso más llamativo; pero no el único que muestra que la dieta más básica de los españoles se cotiza cada día más cara, hasta tal punto que la mitad de los productos frescos que mensualmente analiza el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo subieron en 2006 por encima del índice general de precios. Unas series que, aunque publica el departamento de Joan Clos, también vigila el Observatorio de Precios de Alimentos creado por Elena Espinosa. Fue la ministra de Agricultura, precisamente, quien ya denunció el año pasado que existen “elementos distorsionadores” en la formación de precios de la cadena alimentaria.
A la espera de ver sus soluciones, los datos muestran que la lechuga costaba en diciembre un 15,8% más que en enero, mientras que para comprar tomates o pimientos había que desembolsar una media de un 9% más, según Industria.
Con las ensaladas a precio de oro, ¿qué es mejor elegir después para dar un respiro al bolsillo? ¿Carne o pescado? Lo cierto es que no son muchas las opciones. Un kilo de carne de pollo fresca cotizaba en diciembre un 16,8% más caro que doce meses antes, y comer ternera exigía pagar una factura un 8,15% superior, es decir, cerca de tres veces más que la inflación. Por la parte de los pescados, el salmón, por ejemplo, subió un 13,5%, mientras que la trucha sigue escalando peligrosamente hacia un incremento del 11%.
¿Y de postre? Si se quiere ahorrar, las peras de agua no pueden meterse en la cesta, ya que se encarecieron un 12%, porcentaje que tampoco detuvo su ascenso en enero de 2007. Las manzanas salen algo más económicas, aunque también quedan por encima de la subida media del nivel de vida: su aumento se acerca al 6%.
Estos precios de los productos frescos no han tardado en trasladarse a los alimentos envasados. Aliñar el almuerzo con un buen aceite de oliva subió un 7,6% durante el año pasado, incremento, eso sí, inferior al del casi 19% que sufrió en 2005. No sucede lo mismo con el vino: acompañar el ágape con el preciado caldo tampoco sale barato, pues ha escalado un 8,25%. Una fuerte subida si se tiene en cuenta que durante todo 2005 llegó incluso a bajar un 0,5%.
¿Un café para rematar la comida? En caso afirmativo, aún no se puede guardar el monedero: quien lo toma en casa afrontó, de enero a diciembre, una repunte del 5,9%; quien prefiere hacerlo fuera, debe multiplicar esa cifra por dos.
Pero no todo sube. Si uno se olvida de comer lechuga, frutas o los pescados y carnes más sabrosos, siempre puede enfocar su dieta hacia otros alimentos como los boquerones, que, aunque aún a un precio de más de 7 euros el kilo, bajaron en 2006 un 7,7%; o los chicharros y las chirlas, un 6,5% y un 6,7% más baratas. Y para acompañarlo, mejor hacer un aliño con limón, que cuesta un 5,1% menos.
¿El Observatorio de los Alimentos... y el Plan de Dinamización?
Poco llega hoy a la opinión pública sobre el Observatorio de Precios de los Alimentos que creó el Ministerio de Agricultura para incidir, como recalcó en su momento, en “los elementos distorsionadores” del traslado de precios en origen al consumidor final. “Lo que estamos haciendo va mucho más allá” de lo que se hacía hasta entonces, aseguró en su momento la titular del departamento, Elena Espinosa.
El toque de distinción del organismo del Gobierno socialista, o su propósito al menos, era “entrar a ver qué mecanismos pueden estar influyendo” en la diferencia entre precios de origen y de venta, al tiempo que quería anticipar precios futuros. Pero, por el momento, poco se ha plasmado de este plan de acción, pese a que el propio subsecretario del Ministerio, Santiago Menéndez de Luarca, anunciara entonces su intención de poner soluciones, ya que “algo pasa con la formación de precios”.
Tampoco se sabe nada por ahora de los buenos o malos resultados del otro arma del Gobierno para atacar la subida de los alimentos frescos: el Plan de Dinamización. La idea era que las autoridades de Competencia realizaran una vigilancia activa frente a distorsiones del mercado, que se reforzaría con “actuaciones firmes” contra prácticas monopolísticas.
El Plan también recogía la necesidad de incrementar el número de Mercas para facilitar la entrada de nuevos operadores y favorecer la formaciónde precios. Son unos de los pocos productos que escapan de la escalada general de precios en un país que, según el Agricultura, ostenta el segundo puesto del ránking de la UE de precios alimentarios más elevados.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/economia_y_politica/es/desarrollo/738501.html
