Refused
Madmaxista
Nos reíamos de los japoneses y míranos ahora
Hasta no hace mucho, en España nos reíamos de los diminutos apartamentos en los que vivían los japoneses. Ahora ya no nos reímos tanto, cuando en Japón no se vende nada por menos de 80 metros cuadrados y en cambio las viviendas españolas son cada vez más pequeñas.
En España nos sorprendíamos cuando hablábamos de las largas jornadas de trabajo japonesas. Ahora ya no nos asombramos de volver a nuestras casas justo antes de la cena, reduciendo al mínimo la vida familiar.
En España nos parecía inconcebible que los trabajadores japoneses emplearan varias horas al día en ir y regresar de sus trabajos. Ahora que nos hemos autoexiliado de las ciudades y vivimos cada vez más alejados de los centros urbanos, empezamos a verlo como algo habitual.
En España nos asombramos cuando a principios de los 90 estalló la burbuja inmobiliaria japonesa, sumiendo al país en una deflación de 15 años tras el colapso de algunas de sus entidades financieras. Pero afortunadamente esto no ha ocurrido en España.
Aunque ya se sabe, nunca digas "de este agua no beberé...".
Hasta no hace mucho, en España nos reíamos de los diminutos apartamentos en los que vivían los japoneses. Ahora ya no nos reímos tanto, cuando en Japón no se vende nada por menos de 80 metros cuadrados y en cambio las viviendas españolas son cada vez más pequeñas.
En España nos sorprendíamos cuando hablábamos de las largas jornadas de trabajo japonesas. Ahora ya no nos asombramos de volver a nuestras casas justo antes de la cena, reduciendo al mínimo la vida familiar.
En España nos parecía inconcebible que los trabajadores japoneses emplearan varias horas al día en ir y regresar de sus trabajos. Ahora que nos hemos autoexiliado de las ciudades y vivimos cada vez más alejados de los centros urbanos, empezamos a verlo como algo habitual.
En España nos asombramos cuando a principios de los 90 estalló la burbuja inmobiliaria japonesa, sumiendo al país en una deflación de 15 años tras el colapso de algunas de sus entidades financieras. Pero afortunadamente esto no ha ocurrido en España.
Aunque ya se sabe, nunca digas "de este agua no beberé...".