http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20070107/jerez/todo-reluce_20070107.html
No es oro todo lo que reluce
Los joyeros se adaptan resignados a la venta de productos como la plata o bisutería
TEXTO Y FOTOS: PAULA ALÁEZ / ROTA
Adaptarse o morir. La pérdida del poder adquisitivo de las familias medias de la provincia afecta de lleno a tiendas de productos de lujo, como las joyerías, que se ven obligadas a relegar a un segundo plano la venta de oro, brillantes y piedras preciosas para ofertar otros productos más económicos para unos bolsillos bastante ahogados. «Si en 2007 la cosa va a estar aún peor, no sé que haremos porque llevamos varios años notando un descenso de las ventas», afirma preocupada Leticia, propietaria de la joyería García, que afirma que «el gran bajón» se produjo con la entrada del euro.
«Hay menos dinero y eso se nota en todo, pero principalmente a la hora de comprar en tiendas como la nuestra en las que los productos no son de primera necesidad», añade esta joyera. «Aunque les encanten las joyas, tienen otras necesidades básicas que cubrir, a no ser que tengan mucho dinero» explica.
Tanto Leticia como otros compañeros de profesión buscan una salida con la oferta de otras alhajas de precios más asequibles. «Desde hace algún tiempo se vende más plata que piedras preciosas, oro o brillantes, así que imagino que las cosas seguirán igual este año» añade la joyera.
Una opinión que comparte María del Carmen Vidal, propietaria de las céntricas joyerías Cardit. «La gente no tiene dinero y prefiere comprar plata porque una pulsera de este material cuesta cuatro veces menos que una de oro, el problema es que el oro es lo que deja dinero en una joyería» afirma con rotundidad Carmen Vidal.
Clientes divididos
La homogeneidad de opiniones de los joyeros contrasta con las de sus clientes. A pesar de ser conscientes del constante encarecimiento de la vida, algunos amantes de las joyas prefieren apretarse el cinturón y no renunciar a sus caprichos mientras otros optarán por relegarlos a un segundo plano.
«Me encanta el oro, tanto comprarlo para mí como regalarlo, así que supongo que seguiré adquiriendo este tipo de productos aunque quizás en menos cantidad», explica Marta García mientras contempla el escaparate de la joyería Cardit.
En cambio, su hermana Cristina lo tiene claro. «Prefiero pagar mi hipoteca y mis gastos normales con tranquilidad y no entramparme con cosas de las que puedo prescindir», afirma con rotundidad.