Bolita
Madmaxista
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http://www.abc.es/20061015/prensa-d...mia-ponga-constructora-vida_200610151541.html
El atronador ruido de compras en el sector bancario y el energético ha aumentado ante la aprobación de una nueva norma de opas que pone límite a las operaciones parciales, que ahora permiten controlar grandes compañías con porcentajes escasos.
Sin embargo, el Gobierno, en su línea habitual, nada en la confusión, sin aclarar si acometerá un cambio regulatorio para que se produzcan concentraciones energéticas. Joan Clos, ministro de Industria, se ha limitado a decir que le gustan más dos operadores que tres, pero no materializa. Por eso Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, mucho más pragmático se pregunta: «¿Queremos ser pigmeos o empresas acordes con el tamaño del país que es?». El Gobierno sigue como los monos de Gibraltar y, mientras tanto, los nuevos conquistadores del Ibex son los constructores. Muestran una voracidad de tiburón como si el suelo que pisan estuviera a punto de abrirse. Adquieren kilovatios a espuertas, como ellos saben. Desde que Sacyr, presidida por Luis del Rivero, se lanzó a comprar títulos de BBVA con el subrepticio encargo de La Moncloa de desalojar a Francisco González, las constructoras han ganado protagonismo y están dejando de lado el ladrillo para dedicarse a otros menesteres.
Igualito que las cajas de ahorro. Directa o indirectamente mueven los hilos de muchas de las cosas que pasan en el mercado con sus silencios y sus afirmaciones en los consejos de administración. Luis del Rivero, metido en mil batallas, la compra del 33 por ciento de Eifagge a unos díscolos franceses o una OPA sobre Europistas enfrentado a Isolux-Corvan, aparece en todas las quinielas como posible comprador de participaciones.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, el valor más caliente de la semana, junto a BBVA, ha tenido que desmentir la presencia de alguna constructora como compradora de sus títulos, que han logrado ponerse en positivo justo cuando el petróleo caía más. Del Rivero, que comparte accionariado con media docena de cajas, va camino de construir un grupo de concesionarias. Si se hace con Europistas la va a fusionar con Itínere y sacará a bolsa un grupo valorado al menos en 5.000 millones, como Cintra. Y podría participar en esta fiesta de la bolsa colgando de su constructora una participación energética.
Sinergias y extravagancias
Los analistas abren los ojos cuando un constructor les explica las supuestas sinergias que tienen con las eléctricas, más allá de la necesidad de diversificar y aligerar el riesgo del sector. No parece importar lo más mínimo el endeudamiento, que en el sector constructor alcanza cotas de rascacielos porque los bancos permiten extravagancias como pignoraciones de títulos sin avales. El más agresivo está siendo Florentino Pérez, la mano incorrupta de los Albertos y los March. A través de ACS se ha lanzado a comprar hasta un 10 por ciento de Iberdrola, que es tres veces más grande que Fenosa, donde tienen un 35 por ciento. Comparte con Caixa Galicia y Caixanova participaciones. La toma de participación resulta inexplicable porque, con la actual legislación, puede tener una participación de hasta el 24,9 por ciento, pero sólo ejercer los derechos de voto del 3. Además ha comprado a 37 euros y la acción está en poco más de 34. Florentino ha hecho un planteamiento muy parecido al que hizo con la compra de Dragados o la de Fenosa, pero Iberdrola es caza mayor y dentro están el BBVA y la BBK.
Los silenciosos Entrecanales también van camino de hacerse hasta con un 24 por ciento de Endesa, por cierto a un precio inferior al que paga E.ON. En unas malas pueden vender con suculentas plusvalías, aunque la eléctrica puede suponer un complemento a su negocio de renovables, que le da una buena parte del beneficio a Acciona. Caja Madrid, con un 10 de Endesa está en la encrucijada. Si no vende a E.On, quién sabe si alguna vez volverá a ver Endesa en sus cotas actuales. Constructoras y cajas tienen el Ibex en sus manos, pero las eléctricas no son ladrillos ni depósitos. Esperemos que no se electrocuten. Ponga una constructora en su vida, es el eslogan de todo bolsista que se precie estos días.
El atronador ruido de compras en el sector bancario y el energético ha aumentado ante la aprobación de una nueva norma de opas que pone límite a las operaciones parciales, que ahora permiten controlar grandes compañías con porcentajes escasos.
Sin embargo, el Gobierno, en su línea habitual, nada en la confusión, sin aclarar si acometerá un cambio regulatorio para que se produzcan concentraciones energéticas. Joan Clos, ministro de Industria, se ha limitado a decir que le gustan más dos operadores que tres, pero no materializa. Por eso Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, mucho más pragmático se pregunta: «¿Queremos ser pigmeos o empresas acordes con el tamaño del país que es?». El Gobierno sigue como los monos de Gibraltar y, mientras tanto, los nuevos conquistadores del Ibex son los constructores. Muestran una voracidad de tiburón como si el suelo que pisan estuviera a punto de abrirse. Adquieren kilovatios a espuertas, como ellos saben. Desde que Sacyr, presidida por Luis del Rivero, se lanzó a comprar títulos de BBVA con el subrepticio encargo de La Moncloa de desalojar a Francisco González, las constructoras han ganado protagonismo y están dejando de lado el ladrillo para dedicarse a otros menesteres.
Igualito que las cajas de ahorro. Directa o indirectamente mueven los hilos de muchas de las cosas que pasan en el mercado con sus silencios y sus afirmaciones en los consejos de administración. Luis del Rivero, metido en mil batallas, la compra del 33 por ciento de Eifagge a unos díscolos franceses o una OPA sobre Europistas enfrentado a Isolux-Corvan, aparece en todas las quinielas como posible comprador de participaciones.
Antonio Brufau, presidente de Repsol, el valor más caliente de la semana, junto a BBVA, ha tenido que desmentir la presencia de alguna constructora como compradora de sus títulos, que han logrado ponerse en positivo justo cuando el petróleo caía más. Del Rivero, que comparte accionariado con media docena de cajas, va camino de construir un grupo de concesionarias. Si se hace con Europistas la va a fusionar con Itínere y sacará a bolsa un grupo valorado al menos en 5.000 millones, como Cintra. Y podría participar en esta fiesta de la bolsa colgando de su constructora una participación energética.
Sinergias y extravagancias
Los analistas abren los ojos cuando un constructor les explica las supuestas sinergias que tienen con las eléctricas, más allá de la necesidad de diversificar y aligerar el riesgo del sector. No parece importar lo más mínimo el endeudamiento, que en el sector constructor alcanza cotas de rascacielos porque los bancos permiten extravagancias como pignoraciones de títulos sin avales. El más agresivo está siendo Florentino Pérez, la mano incorrupta de los Albertos y los March. A través de ACS se ha lanzado a comprar hasta un 10 por ciento de Iberdrola, que es tres veces más grande que Fenosa, donde tienen un 35 por ciento. Comparte con Caixa Galicia y Caixanova participaciones. La toma de participación resulta inexplicable porque, con la actual legislación, puede tener una participación de hasta el 24,9 por ciento, pero sólo ejercer los derechos de voto del 3. Además ha comprado a 37 euros y la acción está en poco más de 34. Florentino ha hecho un planteamiento muy parecido al que hizo con la compra de Dragados o la de Fenosa, pero Iberdrola es caza mayor y dentro están el BBVA y la BBK.
Los silenciosos Entrecanales también van camino de hacerse hasta con un 24 por ciento de Endesa, por cierto a un precio inferior al que paga E.ON. En unas malas pueden vender con suculentas plusvalías, aunque la eléctrica puede suponer un complemento a su negocio de renovables, que le da una buena parte del beneficio a Acciona. Caja Madrid, con un 10 de Endesa está en la encrucijada. Si no vende a E.On, quién sabe si alguna vez volverá a ver Endesa en sus cotas actuales. Constructoras y cajas tienen el Ibex en sus manos, pero las eléctricas no son ladrillos ni depósitos. Esperemos que no se electrocuten. Ponga una constructora en su vida, es el eslogan de todo bolsista que se precie estos días.
