MATRACON
Madmaxista
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Banco y Cajas ya lo admiten.....tenemos el mojon en el trastero.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/empresas/banca_y_cajas/es/desarrollo/679206.html
Bancos y cajas temen una inminente desaceleración del mercado hipotecario
Las presentaciones trimestrales de resultados de bancos y cajas suelen ser, si todo va bien, mortalmente tediosas. De hecho, las entidades ya han convertido en un tópico el dicho de que para que la banca funcione, tiene que ser aburrida.
Pero la tanda de presentaciones de resultados del segundo trimestre de este año fue algo distinta a las veinte o treinta precedentes. El discurso que se escuchaba habitualmente sobre la extraordinaria bonanza del mercado hipotecario –“no se puede crecer eternamente a estos ritmos y llegará un momento que el mercado frene”–, es ahora menos futurista.
Para muchos, ese momento ya está aquí. La banca lleva casi una década de crecimientos exponenciales en el negocio hipotecario en España, y espera, desde hace al menos un año, la desaceleración –o, como suele decirse en el sector, un aterrizaje, que será más o menos suave dependiendo de si uno es más o menos pesimista–.
Para algunos, ya hay síntomas de ralentización. Jaime Echegoyen, consejero delegado de Bankinter, en la presentación de resultados, habló claramente de que “las hipotecas empiezan a ralentizarse”.
De tasas de crecimiento en hipotecas del 19% en el primer trimestre, Bankinter pasó a tasas del 17% en el conjunto del primer semestre. En idéntico sentido se manifestó Banco Popular, entidad que por otra parte, ya decidió hace meses ser más prudente y restrictiva en la concesión de préstamos hipotecarios.
Lo bueno y lo malo
Francisco Dopico, consejero delegado de Popular, sacó además a la luz varios temas que pueden ser críticos para el sector inmobiliario, y que, si bien estaban en la mente de todos, nadie los había expuestos con tanta nitidez. “Se está vendiendo lo bueno, pero lo malo tarda más en venderse”, dijo, en relación a los inmuebles.
Y añadió que hay sucesos, como la Operación Malaya –la investigación judicial que se desarrolla en Marbella por temas inmobiliarios–, que están tocando a grandes promotores, y que pueden llegar a tener su efecto en el conjunto del mercado.
A simple vista, el negocio hipotecario sigue en ebullición, y de hecho, es el principal componente de todo el crédito del sector privado residente –del total de 1,27 billones de euros que bancos y cajas tenían prestado al sector privado a fecha de abril de este año, 768.000 millones eran hipotecas–.
Pero la ley de los grandes números a veces oculta detalles que empiezan a ser indicativos de que empiezan otros tiempos. “Cada vez hay menos hipotecas, pero son más grandes”, decía Echegoyen hace semanas.
Es como si un frutero tuviera menos clientes, aunque vendiera más manzanas, porque los que le quedan le compran ahora el doble de fruta. Según datos de la AHE, en el primer trimestre de este año se formalizaron en España 290.821 hipotecas para vivienda, frente a las 295.380 del primer trimestre de 2005.
Eso incluso teniendo en cuenta que el primer trimestre de este año tuvo más días hábiles comercialmente –por el retraso de la Semana Santa–.
El volumen absoluto en términos monetarios sigue en aumento –41.000 millones de euros en el primer trimestre de 2005 frente a 32.000 millones en el primer trimestre de 2004–, pero gracias a engordar el importe medio de las hipotecas para vivienda –de 118.000 euros a 134.000–.
Signos de cambio
Si hace apenas unos meses las entidades no se atrevían a hablar de que la desaceleración podía llegar en cualquier momento –entre otras cosas por el efecto multiplicador de las expectativas psicológicas–, ahora muchas reconocen abiertamente los signos de cambio.
La revista Ahorro, de las cajas, en una de sus últimas ediciones, titulaba: “Vivienda, primeros signos de cambio”. Las cajas advertían que “se prevé una ampliación de los periodos de venta de las promociones inmobiliarias”.
En 2004, se barajaban crecimientos del volumen hipotecario de entre el 15% y el 19% para 2005, un año que, sin embargo, se cerró con una tasa de incremento del 26,93%, hasta los 739.000 millones de euros, según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Después, esta especie de soufflé no paró.
En enero de 2006, un 26,96% de crecimiento interanual; 27,03% en febrero, 27,32% en marzo... Así hasta el segundo el trimestre, cuando se consiguió romper esa racha de récords.
En abril, el crecimiento –todavía muy fuerte–, se situó en el 26,6%. Después llegó mayo, y el mercado se enfrió un poco más (26,3% de crecimiento). La tasa de incremento anual del volumen hipotecario todavía es muy elevada, y no se puede hablar de que el boom haya entrado en barrena. Pero sería muy sorprende que se volvieran a batir récords.
Un informe premonitorio
El 19 de julio de este año, el Servicio de Estudios de BBVA presentó un nuevo informe sobre la situación inmobiliaria, que era mucho más drástico de lo que habían sido hasta ese momento otros documentos equivalentes de otras entidades.
El informe hablaba claramente de que cuanto más se retrase el ajuste en el mercado inmobiliario más “aumenta el riesgo de que se produzca un ajuste más intenso”.
El informe explicaba que desde septiembre de 2005 se ha producido un aumento del número de proyectos inmobiliarios a desarrollar y que el acumulado de los últimos doce meses contemplaba, en abril de 2006, la iniciación de más de 800.000 viviendas, verdadero motor del crédito hipotecario. Es “un aumento considerable de la oferta en momentos en los que la demanda puede descender”.
El informe no pasó desapercibido y se convirtió en el detonante para que otros bancos empezaran a hablar en idénticos términos.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/empresas/banca_y_cajas/es/desarrollo/679206.html
Bancos y cajas temen una inminente desaceleración del mercado hipotecario
Las presentaciones trimestrales de resultados de bancos y cajas suelen ser, si todo va bien, mortalmente tediosas. De hecho, las entidades ya han convertido en un tópico el dicho de que para que la banca funcione, tiene que ser aburrida.
Pero la tanda de presentaciones de resultados del segundo trimestre de este año fue algo distinta a las veinte o treinta precedentes. El discurso que se escuchaba habitualmente sobre la extraordinaria bonanza del mercado hipotecario –“no se puede crecer eternamente a estos ritmos y llegará un momento que el mercado frene”–, es ahora menos futurista.
Para muchos, ese momento ya está aquí. La banca lleva casi una década de crecimientos exponenciales en el negocio hipotecario en España, y espera, desde hace al menos un año, la desaceleración –o, como suele decirse en el sector, un aterrizaje, que será más o menos suave dependiendo de si uno es más o menos pesimista–.
Para algunos, ya hay síntomas de ralentización. Jaime Echegoyen, consejero delegado de Bankinter, en la presentación de resultados, habló claramente de que “las hipotecas empiezan a ralentizarse”.
De tasas de crecimiento en hipotecas del 19% en el primer trimestre, Bankinter pasó a tasas del 17% en el conjunto del primer semestre. En idéntico sentido se manifestó Banco Popular, entidad que por otra parte, ya decidió hace meses ser más prudente y restrictiva en la concesión de préstamos hipotecarios.
Lo bueno y lo malo
Francisco Dopico, consejero delegado de Popular, sacó además a la luz varios temas que pueden ser críticos para el sector inmobiliario, y que, si bien estaban en la mente de todos, nadie los había expuestos con tanta nitidez. “Se está vendiendo lo bueno, pero lo malo tarda más en venderse”, dijo, en relación a los inmuebles.
Y añadió que hay sucesos, como la Operación Malaya –la investigación judicial que se desarrolla en Marbella por temas inmobiliarios–, que están tocando a grandes promotores, y que pueden llegar a tener su efecto en el conjunto del mercado.
A simple vista, el negocio hipotecario sigue en ebullición, y de hecho, es el principal componente de todo el crédito del sector privado residente –del total de 1,27 billones de euros que bancos y cajas tenían prestado al sector privado a fecha de abril de este año, 768.000 millones eran hipotecas–.
Pero la ley de los grandes números a veces oculta detalles que empiezan a ser indicativos de que empiezan otros tiempos. “Cada vez hay menos hipotecas, pero son más grandes”, decía Echegoyen hace semanas.
Es como si un frutero tuviera menos clientes, aunque vendiera más manzanas, porque los que le quedan le compran ahora el doble de fruta. Según datos de la AHE, en el primer trimestre de este año se formalizaron en España 290.821 hipotecas para vivienda, frente a las 295.380 del primer trimestre de 2005.
Eso incluso teniendo en cuenta que el primer trimestre de este año tuvo más días hábiles comercialmente –por el retraso de la Semana Santa–.
El volumen absoluto en términos monetarios sigue en aumento –41.000 millones de euros en el primer trimestre de 2005 frente a 32.000 millones en el primer trimestre de 2004–, pero gracias a engordar el importe medio de las hipotecas para vivienda –de 118.000 euros a 134.000–.
Signos de cambio
Si hace apenas unos meses las entidades no se atrevían a hablar de que la desaceleración podía llegar en cualquier momento –entre otras cosas por el efecto multiplicador de las expectativas psicológicas–, ahora muchas reconocen abiertamente los signos de cambio.
La revista Ahorro, de las cajas, en una de sus últimas ediciones, titulaba: “Vivienda, primeros signos de cambio”. Las cajas advertían que “se prevé una ampliación de los periodos de venta de las promociones inmobiliarias”.
En 2004, se barajaban crecimientos del volumen hipotecario de entre el 15% y el 19% para 2005, un año que, sin embargo, se cerró con una tasa de incremento del 26,93%, hasta los 739.000 millones de euros, según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Después, esta especie de soufflé no paró.
En enero de 2006, un 26,96% de crecimiento interanual; 27,03% en febrero, 27,32% en marzo... Así hasta el segundo el trimestre, cuando se consiguió romper esa racha de récords.
En abril, el crecimiento –todavía muy fuerte–, se situó en el 26,6%. Después llegó mayo, y el mercado se enfrió un poco más (26,3% de crecimiento). La tasa de incremento anual del volumen hipotecario todavía es muy elevada, y no se puede hablar de que el boom haya entrado en barrena. Pero sería muy sorprende que se volvieran a batir récords.
Un informe premonitorio
El 19 de julio de este año, el Servicio de Estudios de BBVA presentó un nuevo informe sobre la situación inmobiliaria, que era mucho más drástico de lo que habían sido hasta ese momento otros documentos equivalentes de otras entidades.
El informe hablaba claramente de que cuanto más se retrase el ajuste en el mercado inmobiliario más “aumenta el riesgo de que se produzca un ajuste más intenso”.
El informe explicaba que desde septiembre de 2005 se ha producido un aumento del número de proyectos inmobiliarios a desarrollar y que el acumulado de los últimos doce meses contemplaba, en abril de 2006, la iniciación de más de 800.000 viviendas, verdadero motor del crédito hipotecario. Es “un aumento considerable de la oferta en momentos en los que la demanda puede descender”.
El informe no pasó desapercibido y se convirtió en el detonante para que otros bancos empezaran a hablar en idénticos términos.