Las instituciones aplazan a octubre las decisiones sobre los recortes del gasto
Gobierno, diputaciones y ayuntamientos crean seis comisiones de trabajo ante su incapacidad para adoptar medidas urgentes
Aguirre admite que cada parte tomará sus propias iniciativas
Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos ratificaron ayer que sigue vigente esa vieja sentencia de que cuando no puedes solucionar un problema, al menos debes crear una comisión. Como los problemas de entendimiento entre ellos son hondos, la crisis económica es galopante y el deterioro de los ingresos para las arcas públicas, «descomunal», en vez de una han decidido crear seis comisiones de trabajo. Este es, al menos oficialmente, el único logro de la reunión celebrada ayer en la sede del Ejecutivo de Vitoria y a la que asistieron cinco consejeros del Gabinete de Patxi López -los titulares de las carteras de Economía, Trabajo, Administración Pública, Industria y Transportes-, así como los diputados de Hacienda de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa y el presidente de la Asociación de Municipios Vascos, Eudel.
El consejero de Hacienda, Carlos Aguirre, pareció disculpar la ausencia de acuerdos concretos en su intento de alcanzar una «actuación concertada contra la crisis», al asegurar que «la composición de los asistentes a la reunión marca el carácter de la misma» y que el encuentro de ayer, celebrado en un clima dominado por los recelos, había que calificarlo como «de trabajo». El consejero, sin embargo, no quiso prejuzgar cuál hubiese sido el resultado de la misma de haber asistido los diputados generales de los tres territorios, que habían sido los invitados inicialmente y que argumentaron problemas protocolarios -exigen que sea el lehendakari quien les convoque y no un consejero- para no acudir a la cita.
Así las cosas, mientras que Aguirre buscaba acciones urgentes, y otras a más largo plazo, para sortear las enormes dificultades a las que se enfrenta el conjunto de la Administración por el descenso brusco de recaudación, el Ejecutivo se va a tener que conformar con la creación de seis grupos de trabajo que, si todo discurre bien, presentarán sus conclusiones a principios de octubre.
Estos seis equipos abordarán la discusión a tres bandas -Gobierno, diputaciones y ayuntamientos- sobre materias como la «actividad económica e industrial, la función publica, el análisis del gasto público, los servicios sociales, la inserción social y el empleo y la financiación municipal». Incluso, el Gobierno tenía en cartera crear una séptima comisión, destinada a discutir sobre reformas tributarias, pero los responsables de las haciendas forales recordaron que no es necesario hacerlo, ya que existe desde hace décadas. Así, como está previsto en la legislación, será el Órgano de Coordinación Tributaria el encargado de debatir en su seno las iniciativas en torno a la modificación de los impuestos.
Recaudación fiscal
Fracasado el intento de consensuar medidas urgentes de recorte de gastos -«cada institución adoptará las medidas que crea necesario por su cuenta», tuvo que reconocer Aguirre-, tampoco fructificó la idea de realizar una estimación sobre el comportamiento que tendrá la recaudación fiscal en lo que resta del año. «Hemos decidido no hacer previsiones hasta que acabe el mes de agosto -anunció el consejero-, ya que un descenso como el que se está registrando no tiene precedentes y los expertos no alcanzan a establecer en estos momentos estimaciones fiables». En definitiva, la previsión de cierre del año se hará pública, como ha ocurrido tradicionalmente y está previsto por la legislación, a mediados de octubre, cuando se reúna el Consejo Vasco de Finanzas.
Otro asunto sobre el que tampoco hubo novedades fue la subida salarial de los funcionarios, que, según los representantes del Gobierno, no se abordó en la reunión.
Mientras que los diputados de Hacienda aplazaron a hoy sus valoraciones sobre la reunión, el presidente de Eudel, Jokin Bildarratz, sí mostró su convicción de que en el encuentro «deberían haber estado presentes el lehendakari y los diputados generales». Bildarratz, que dijo tomarse la convocatoria «como el punto cero de las relaciones institucionales», sí dirigió un claro mensaje al Gobierno al señalar que la adopción de acuerdos «requiere que previamente haya una complicidad. Esa complicidad hay que trabajarla previamente y eso no se ha hecho estos días».
El representante de los municipios -que valoró como un hecho positivo que «al menos se parta de la idea de que hay un problema en la financiación municipal»- también apuntó su deseo de que a partir de ahora «y con lo que ha llovido, se acaben los recelos entre instituciones», porque esa, dijo, «será la vía para un buen entendimiento y la adopción de acuerdos».
